burrata f.

burrata <em>f.</em>

En un mundo tan globalizado, son cada vez más los préstamos que utilizamos a diario y el ámbito gastronómico no iba a ser la excepción. Algunos se adaptan a la nueva cultura, mientras que otros se conservan como extranjerismos; es el caso de la burrata. El término burrata proviene de burro, que en italiano significa ‘mantequilla’. Este nombre se debe a que su textura cremosa y suave la recuerda.

abrir el melón loc. v.

abrir el melón <em>loc. v.</em>

Por azares de la norma hay combinaciones léxicas habitualizadas, sintagmas menos libres que otros, en la medida en que los vocablos coaparecen con frecuencia. Son las llamadas «colocaciones». Una unidad (la «base») selecciona a la otra (el «colocativo»), que, normalmente, adquiere un sentido específico o esencialmente ponderativo, según los casos (ruido infernal, acariciar una idea, conciliar el sueño, pegar un grito, etc.), por más que, en algunas ocasiones, su descodificación sea aún más transparente, cuando hablamos de relaciones de tipicidad, como ocurre con abrir (o cerrar) una ventana, tocar el piano o abrir el melón. Todas estas combinaciones semiestables se encuadran en la llamada «primera esfera fraseológica», frente a la segunda, las locuciones, caracterizadas por su idiomaticidad, es decir, el significado de la unidad lexicalizada no puede deducirse sumando el de sus componentes. Esto ocurre porque adquieren un sentido metafórico. En efecto, es relativamente habitual que, sobre todo cuando el colocativo es un verbo de movimiento, las colocaciones con tipicidad relacional lleguen a tener un uso figurado y devengan en locuciones verbales. Este es el caso de abrir el melón.

mapuzugun m.

mapuzugun <em>m.</em>

La influencia de las lenguas indígenas en las distintas variedades geográficas del español de América ha sido uno de los temas más estudiados y polémicos de la dialectología hispanoamericana: aunque no hay consenso en torno al impacto de estas lenguas en los esquemas fonológicos y sintácticos de la lengua española, sí lo hay en lo que respecta a su importante influencia en el nivel léxico, con préstamos amplia y tempranamente documentados. Préstamos de estas lenguas son, por ejemplo, los nombres empleados para denominar a los mismos pueblos (etnónimos) y sus lenguas (glosónimos). Es lo que ocurre con los etnónimos y glosónimos del mapuche, el pueblo originario más numeroso de las actuales repúblicas de Chile y Argentina. El etnónimo araucano (de Arauco ‘corriente de agua’, y este de rag ‘greda’ y ko ‘agua’) se incorporó a la tradición lexicográfica académica muy pronto, ya desde la segunda edición del Diccionario de autoridades (1770), donde se definió como «el natural de Arauco, o lo perteneciente a aquel valle del reyno del Perú».