pixelar v. tr.

pixelar <em>v. tr.</em>

Es un hecho que las modas son cíclicas. Lo confirman el retorno de los pantalones campana o los cortes de pelo al más puro estilo Farrah Fawcett. En plena era digital, llama la atención que haya escasez de carretes fotográficos o que todavía haya demanda de discos de vinilo o videoconsolas retro. Sin ir más lejos, uno de los regalos estrella de las pasadas Navidades fue el Tamagotchi, la mascota digital que marcó la infancia de toda una generación. Nacido en Japón y comercializado por Bandai en el año 1996, fue un fenómeno en todo el mundo. Todos, niños y no tan niños, vivían pendientes de su nueva mascota virtual. El aparato era sencillo: tenía la forma de un huevo y cabía en la palma de la mano, lo que permitía poder llevarlo a todos lados. En la pequeña pantalla vivía un alienígena compuesto de píxeles al que se tenía que cuidar.

chipar v. tr.

chipar <em>v. tr.</em>

La informática es un ámbito muy fructífero para la creación de nuevos términos en las últimas décadas. Si echamos un vistazo a este blog, observamos la documentación y explicación de neologismos como descargable, videochat, bot, hiperconectividad, malware, ciberdelincuente, googlear o hackear. Chipar es un verbo neológico que se suma a esta lista por el significado de la base de la que deriva, aunque se ha convertido en una voz especialmente interesante por su especialización semántica.

positivo m.

positivo <em>m.</em>

La crisis mundial del COVID-19 repercute actualmente no solo en el ámbito social, político y económico sino también en los usos lingüísticos de los hispanohablantes para designar las realidades vinculadas con este acontecimiento histórico. De hecho, la RAE (2020) señala: «Nuestro idioma no es impermeable a la sociedad y tampoco lo es a esta pandemia. Un reflejo de esto es que palabras como pandemia, epidemia, cuarentena, confinar, confinamiento, hipocondría, asintomático o, por supuesto, coronavirus aparecen en los puestos más altos de palabras buscadas estos días en el diccionario. Sin duda, la crisis sanitaria generará por sí misma palabras que habrá que atender. Las circunstancias excepcionales producen palabras nuevas, pero que suelen ser efímeras. Aunque se pongan muy de moda luego desaparecen».

infusionar v. tr.

infusionar <em>v. tr.</em>

Este siglo xxi se caracteriza, en la esfera gastronómica, por el aumento progresivo del afán culinario, no solo en el contexto de la alta cocina, representado por reconocidos chefs, sino extrapolable a un ámbito no especializado. Los medios de comunicación han contribuido, sin lugar a dudas, a promocionar dicho auge. Esta difusión no debe centralizarse en exclusiva en programas televisivos, puesto que las redes sociales poseen un poder muy significativo al respecto. La popularización de esta cocina moderna ha favorecido la aparición de nuevas unidades léxicas, en concreto, el uso del término infusionar, que en esta ocasión desplaza el verbo infundir, utilizado con anterioridad, aunque con un significado menos específico según se demostrará a continuación.

antologar v. tr.

antologar <em>v. tr.</em>

La palabra antologar parece haberse hecho un lugar en nuestro repertorio léxico, a pesar de que solo uno de los diccionarios consultados —el DRAE23, el Clave, el DEM, el DUE y el DEA— registra el neologismo —el DEA—. Para definirlo, este diccionario recurre al sinónimo antologizar, que es precisamente el término aceptado por el diccionario académico en la vigésima tercera edición, con el significado de ‘incluir en una antología’. La mayoría de los diccionarios parece, por tanto, asumir la posición de la Fundéu (2008): «El verbo correspondiente a antología es antologizar, y su participio, antologizado».

ficcionar v. tr.

ficcionar <em>v. tr.</em>

En principio, ficción y realidad se oponen. La realidad se vincula al mundo, a la verdad, a lo que efectivamente existe y sucede, mientras que la ficción es una invención, algo fingido, producto de la imaginación. De allí que llamemos ficción a las ‘obras literarias o cinematográficas, generalmente narrativas, que tratan de sucesos y personajes imaginarios’ (DRAE23). Sin embargo, no siempre es sencillo establecer un corte de navaja entre ficción y realidad. ¿Qué pasa, por ejemplo, si queremos contar una historia de vida? ¿Hasta dónde se reconstruyen los detalles? ¿Hasta dónde es válido «adornar»?