La voz autoficción resulta interesante tanto desde el punto de vista formal como desde el de su contenido. El primer componente de esta palabra compleja lo encontramos en otros vocablos como autógrafo y autómata, tomados del francés autographe y automate, respectivamente. También se halla en voces más recientes del ámbito de la psicología, tales como autoestima, autoconcepto, autocontrol, autoconvencimiento y autoconciencia, en palabras del ámbito educativo: autoevaluación y autoaprendizaje y, entre otros, en términos de la vida diaria como son autoconsumo, autorregulación y autocomplaciente. El significado que aporta el prefijo culto auto– a estas palabras es un valor reflexivo o, si se prefiere, el de ‘propio’ y ‘por uno mismo’, tal y como señala el diccionario académico (DLE).
En cambio, en voces compuestas como autoescuela, autocaravana, autopista y autovía, el elemento auto- es el resultado de un acortamiento de la palabra automóvil, ‘coche, vehículo con motor’. Este mismo proceso morfológico lo encontramos también en palabras como autocine y autovacunación, empleadas para indicar un local donde se ve el cine desde el interior del coche o bien para señalar un lugar o punto de vacunación, respectivamente. También se halla con este sentido en alguna palabra importada de otras lenguas, como, por ejemplo, autostop.
Sin embargo, en voces como autovacuna volvemos a encontrar el significado etimológico del prefijo auto-, ya que esta palabra se refiere a preparados basados en elementos biológicos del propio individuo. Este mismo sentido lo hallamos en autobiografía, palabra tomada del francés, y en la voz autoficción, surgida esta en el ámbito literario y extendida después al mundo cinematográfico.
En cuanto al segundo componente del neologismo que centra nuestra atención, ficción, se atestigua en otras voces relacionadas con la literatura, como metaficción, empleada para referirse a la forma de narración que aborda los mecanismos de la ficción en sí mismos, y microficción, relato de extensión muy breve. En principio, ficción se opone a biografía puesto que la ficción tiene que ver con la invención de unos hechos que se narran, mientras que en una biografía se cuentan hechos que han sucedido en la realidad. Este sentido es el que parece apreciarse en los testimonios del banco de datos del Observatori de Neologia del término autoficción de la prensa, tanto de América como de España:
- Acababa de leer su nueva novela, Vergüenza, o autoficción, si se quiere llamar así al ejercicio de autobiografiarse mediante la escritura. [La República (Perú), 25/05/2014]
- ¿Qué significado tiene esa innegable atracción que ejercen hoy la autoficción, lo confesional, las distintas formas de la literatura del yo? [Europa Sur (España), 7/02/2017]
- Refractaria a las escrituras del yo y a la noción de autoficción tan de moda últimamente, Febrero 30 retoma Cielo ½ y lo reanuda en su máxima incandescencia. [Página/12 (Argentina), 27/11/2017]
- El drama sobre los últimos días de Unamuno en la Guerra Civil obtiene 17 candidaturas, una más que la autoficción de Pedro Almodóvar. [El País (España), 3/12/2019]
- Los críticos hablarían quizá de una obra de autoficción, como si no fuera siempre autoficción toda literatura, y como si no hubiese existido Montaigne, el que nos enseñó las afueras para perdernos en el yo que se explora. [La Vanguardia (España), 13/08/2020]
Pero si nos fijamos detenidamente en estos testimonios, comprobamos que autoficción se refiere unas veces a hechos reales, propios de la biografía («lo confesional» del testimonio 2.º), y otras a sucesos imaginarios, relativos a la ficción (como refleja con claridad el testimonio 5.º). El término autofiction,con un doble y, en cierto modo, contrapuesto sentido, fue ya empleado por el escritor francés Serge Doubrovsky en 1977 en su libro Fils, con la intención de diferenciar las narraciones tradicionales sobre la propia vida, autobiografías, de las obras en las que la utilización de la primera persona del singular alude con ambigüedad tanto al protagonista como al creador. Así, el lector de una autoficción se enfrenta a textos donde no puede discernir lo ficticio de lo real, ya que ambas posibilidades se mezclan y se confunden en el mismo libro.
Este doble sentido del vocablo, que se encuentra en textos de la crítica literaria, española e hispanoamericana, desde principios del siglo xxi, se refleja en las reseñas literarias de la prensa de las que son una pequeña muestra los ejemplos seleccionados. Sin embargo, autoficción no es un término incorporado aún a los diccionarios del español, del catalán, del gallego ni tampoco del italiano, aunque los diccionarios del francés (Le Grand Robert) del portugués (Dicionário Priberam da Língua Portuguesa) y del inglés (Oxford English Dictionary) sí que registran la forma correspondiente en cada lengua. Dado que se trata de un vocablo suficientemente extendido en el español de diferentes lugares, merecería su incorporación al diccionario académico por su carácter panhispánico, porque es usual en la teoría literaria en la cual se emplean términos relacionados con él, mencionados arriba (metaficción, microficción), y porque el género de la autoficción, surgido en el campo literario, se está extendiendo a otros ámbitos, entre ellos, el cinematográfico.
Hermógenes Perdiguero y Rafael Pontes Velasco
Universidad de Burgos (España)
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