Los cuidados y tratamientos cosméticos son tan antiguos como la propia preocupación por la belleza. No obstante, las redes sociales potencian, hoy más que nunca antes, la divulgación de las rutinas de mejora de la salud física y mental (los llamados autocuidados) para conseguir sentirnos sanos y gustarnos más. Parece que asistimos a una redimensión del concepto de belleza, donde lo bello se relaciona con lo terapéutico.
agua micelar f.
La preocupación por el cuidado personal en el último tiempo ha obligado a la industria de la cosmética a desarrollar nuevos productos para personas cada vez más exigentes e interesadas en el autocuidado. Un aspecto de la higiene personal que ha ido cobrando importancia en los últimos años es la limpieza facial. Se ha observado una mayor conciencia y preocupación por el cuidado del cutis, y, como consecuencia, algunos productos han ido tomando protagonismo debido a los beneficios que tienen para la salud de la piel. Uno de ellos es el agua micelar, al que también se le conoce (en menor medida) como solución micelar o agua de micelas.
nutricosmética f.
La voz neológica que nos ocupa este martes, esto es, nutricosmética, es una palabra resultada del truncamiento del término nutrición sumado al sustantivo cosmética. Se nos presenta como una formación apenas registrada en los corpus e historia lexicográfica de nuestra lengua, por lo que trazaremos en lo que sigue su breve recorrido en español.
rosa mosqueta f.
Según el DRAE23, mosqueta (del cat. mosqueta) se define como ‘rosal con tallos flexibles, muy espinosos, de tres a cuatro metros de longitud, hojas lustrosas, compuestas de siete hojuelas ovales de color verde claro, y flores blancas, pequeñas, de olor almizclado, en panojas espesas y terminales’. Esta definición parece coincidir con la descripción de la Rosa moschata o rosa almizcleña (en inglés, musk-rose), también conocida como mosqueta blanca y muy apreciada, en concreto, por su olor —de ahí su étimo, almizcle, que ya en sí mismo contiene siglos de historia—. Los diccionarios de uso de la lengua española se refieren asimismo a una o varias variedades de rosal; y el Diccionario de uso del español de María Moliner además incluye su variedad silvestre, también conocida como escaramujo.