La descarbonización se ha establecido como un término crucial en el discurso contemporáneo sobre el cambio climático y la sostenibilidad. Su relevancia ha ido en aumento, reflejada en su consideración como candidata a palabra del año por la Fundéu en 2018. Se trata de un vocablo derivado del verbo descarbonizar, incorporado recientemente el diccionario de la Real Academia Española (DLE) a través de la actualización del 2023 en su edición digital con la definición de «reducir las emisiones de carbono, especialmente las que se producen en forma de dióxido de carbono».
De entre las otras obras de referencia del español, únicamente el DEA documenta este neologismo, cuya definición es «acción de descarbonizar». Al mismo tiempo, el verbo en cuestión se define de forma parecida al DLE23. Aparte de estas dos fuentes, ninguna de las otras obras de referencia del español (Alvar1, Alvar2, Clave y NEOMM) documenta descarbonizar ni descarbonización. Esto muestra que se trata de dos términos recientes que las obras lexicográficas de hace diez o más años no documentaban. Más allá del español, hay obras de referencia de otras lenguas de origen europeo que documentan el presente neologismo: el Oxford English Dictionary documenta decarbonization desde 2021, Le Robert (francés) hace lo mismo con décarbonation o décarbonisation y Duden (alemán) recoge Dekarbonisierung.
Contrariamente a lo que alguien que no haya vivido en nuestro planeta en los últimos cuarenta años podría pensar, el significado y aplicación de descarbonización no hace referencia a la eliminación del carbono de un cuerpo, significado que ya designa el término descarburación. De la misma manera que ha pasado con otros términos relacionados con el medio ambiente surgidos en los últimos años de emergencia climática, como huella de carbono o neutralidad de carbono, descarbonización se forma a partir de la raíz carbono, que adopta aquí el significado de dióxido de carbono y que designa en realidad el conjunto de gases que se emiten y que tienen un efecto perjudicial para el planeta. Así, a partir de descarbonizar, formado con el prefijo des-, se forma —con el sufijo -ción— el sustantivo deverbal que designa la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como de la dependencia de los combustibles fósiles.
Cabe destacar que no es un término que surja como antónimo de carbonización, término que no existe para describir el proceso de haber desarrollado una economía dependiente de los combustibles fósiles con emisiones descontroladas en las últimas décadas. Aun así, la respuesta sí que debe ser planificada, motivo por el cual surge el neologismo de este martes. La descarbonización se ha convertido en un objetivo clave en políticas y prácticas en todo el mundo. Se pueden observar contextos como:
- La razón por la que todo esto tiene importancia es la de que tenemos abierta ante nosotros la vía para una profunda descarbonización. Sin embargo, disponemos de muy poco tiempo. El mundo debe dejar de construir nuevas centrales eléctricas alimentadas con carbón (excepto las que apliquen la captura y el secuestro del carbono) y substituirlas por una electricidad con un bajo nivel de emisiones de carbono. [El País (España), 31/1/2014]
- El presidente Petro aseguró durante la clausura de la cumbre mundial de bancos de desarrollo que el papel de la banca sería liderar, a nivel global, al sistema financiero para conducirlo hacia los objetivos de descarbonización. [El Espectador (Colombia), 7/9/2023]
Vemos que la descarbonización implica un compromiso global hacia un futuro más sostenible, influyendo en la política, la economía y la sociedad. Es una respuesta a la urgencia del cambio climático y, para algunos, refleja un cambio en la conciencia colectiva sobre el medio ambiente. Hay contextos que muestran las contradicciones del capitalismo:
- Kia Chile e Inversiones Security, a través de su fondo de inversión, apoyan la masificación de vehículos eléctricos como el Kia Niro en la plataforma Uber, contribuyendo a la descarbonización de las ciudades. [La Cuarta (Chile), 17/3/2023]
Así, vemos como aun queriendo «descarbonizar las ciudades», la industria sigue proponiendo la inversión en fabricar nuevos vehículos en grandes cantidades. De hecho, una búsqueda del término en cualquiera de los buscadores populares de Internet nos da una visión clara de que muchas grandes multinacionales, poco sospechosas de querer avanzar hacia un decrecimiento económico, tienen la descarbonización en su agenda de planificación de las próximas décadas. De esta manera, las contradicciones se manifiestan en cómo las iniciativas de descarbonización interactúan con los modelos económicos existentes y en las decisiones políticas que a menudo requieren equilibrio y mediación:
- Lo preocupante es que el Estado no asuma un rol de mediador y, al contrario, adopte posturas extremas —hacia un lado u otro dependiendo del ministerio involucrado— en lugar de acercar las posiciones mediante la construcción de una hoja de ruta para la descarbonización de la economía y el desarrollo sostenible, que brinde certezas y garantías. [Clarín (Argentina), 7/4/2022]
La descarbonización se ha establecido firmemente en el lenguaje y la política ambiental como un elemento esencial en la llamada lucha contra el cambio climático. Su presencia en diversos ámbitos indica la importancia de caminar hacia un futuro más ecológico y sostenible, subrayando la necesidad de adoptar medidas efectivas para enfrentar los retos ambientales actuales. Respecto al plano lexicográfico, cabe decir que, aunque descarbonización sea un derivado predictible del ya recientemente documentado descarbonizar, es necesario que el diccionario ofrezca las series derivativas completas con la incorporación de sustantivos deverbales como el que hemos presentado en este texto.
Ramon Casas i Luque
Observatori de Neologia
Universitat Pompeu Fabra (España)
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