Con el auge del movimiento feminista, los términos relacionados con este ámbito (en numerosas ocasiones, neológicos) impregnan nuestra lengua, ocupando un espacio cada vez mayor en el vocabulario que empleamos a diario para aludir a la realidad que nos rodea. Y es precisamente una cuestión de espacios lo que denuncia la voz manspreading.
Este préstamo procedente del inglés está compuesto por las palabras inglesas man (‘hombre’) y spreading (‘extenderse’), incorporado a la lengua española sin ninguna adaptación ortográfica y cuya traducción literal sería despatarre masculino. Y aunque esta palabra alude a la postura que adoptan algunos hombres en el transporte público al sentarse con las piernas abiertas, sus implicaciones van mucho más allá de una mera cuestión postural. Esta práctica hace que se reduzca el espacio disponible en los asientos contiguos al ocupado por el «despatarrado», impidiendo viajar con comodidad al resto de personas usuarias del transporte público o, incluso, que viajen sentadas. Numerosos colectivos feministas defienden que el manspreading constituye uno de los micromachismos más habituales, debido a su carácter cotidiano, diario, y a que, por norma general, el espacio que se ve reducido es el de la mujer; por ello, esta conducta reflejaría la falta de igualdad social.
Fueron precisamente todas estas consecuencias sociales las que motivaron la creación de este término, el cual se popularizó en Internet tras una campaña feminista en la red social Tumblr, en la que se pretendía dar cuenta de esta actitud en el transporte público. Como gran parte del activismo feminista actual, esta voz se gestó en redes, en el ámbito anglosajón, desde el cual se ha extendido y popularizado a las demás lenguas con su grafía originaria. Fue tal su impacto, difusión en prensa e implementación en el uso cotidiano del lenguaje que en agosto de 2015 fue incorporado en el Oxford English Dictionary. Manspreading también figura en otras obras lexicográficas en línea de referencia de esta misma lengua, como Cambridge Dictionary, MacMillan Dictionary, Merriam-Webster y Collins Dictionary, no solo definiendo esta práctica, sino también aludiendo a la reducción del espacio contiguo.
En otras lenguas vecinas, el tratamiento en diccionarios de manspreading es muy distinto, ya que no queda recogido en ninguna de las obras lexicográficas de referencia, como son el Dictionnaire de l’Académie française, Le Robert Dico, Larousse y Le Dictionnaire para el francés; el Dizionario nell’Enciclopedia Treccani y Dizionario Hoepli della lingua italiana para el italiano; Duden para el alemán; Gran diccionari de la llengua catalana para el catalán; y, por último, el Dicionário Priberam da Língua Portuguesa para el portugués.
El castellano no supone una excepción a este fenómeno, ya que manspreading brilla por su ausencia en los diccionarios de referencia del español actual impresos. No obstante, sí es cierto que la Fundéu ya dio cuenta de su uso en 2015 y propuso como alternativas al anglicismo las formas patrimoniales despatarre o explaye masculino o machista, en función del matiz ideológico que se le pretenda otorgar. Además, esta voz también cuenta con dos ocurrencias en CORPES XXI, ambas acompañadas de la etiqueta de extranjerismo; si estudiamos su uso, comprobamos que este se divide entre «crítica» y «noticia». Si analizamos su uso en prensa, vemos que, en gran cantidad de contextos, efectivamente, manspreading se emplea para describir a la par que denunciar este micromachismo:
- El manspreading es esa costumbre de algunos hombres de abrir tanto las piernas al momento de sentarse, que terminan por incomodar a la persona que está a lado. Ante ello, en Instagram ha surgido una protesta denominada #womanspreading, la cual busca ser además una forma de reivindicación feminista. [El Comercio (Perú), 29/11/2017]
- Dijo que adoptó una postura considerada agresiva, conocida como manspreading, en la que un hombre se sienta con las piernas separadas. [El Universo (Ecuador), 20/9/2017]
Por otro lado, también figura en contextos de denuncia y activismo feminista, esta vez mucho más integrado en el discurso:
- El sábado, en el metro, quedo literalmente encajada entre dos hombres por culpa del manspreading. [La Vanguardia (España), 1/4/2017]
- Desde Barcelona, Marta y Sara o, lo que es lo mismo, @devermut, han creado @machismocallejero, una cuenta que publica casos de violencia y acoso machistas: tocamientos, comentarios, manspreading, etcétera. [El País (Bolivia), 19/7/2020]
- Es extremadamente importante para mí llamar la atención de las personas hacia este tema, para provocar una discusión y, en consecuencia, la creación de normas legislativas que penalicen el manspreading, porque se trata de una falta de respeto público hacia las mujeres y niños y es una vergüenza para la sociedad. [Clarín (Argentina), 26/9/2018]
Así, comprobamos que manspreading ocupa un espacio cada vez mayor en nuestro discurso, como reflejo de la toma de conciencia social ante las muestras de desigualdad antes silenciadas. Por lo tanto, sorprende que solamente se rinda cuenta de esta voz en diccionarios especializados del ámbito o en glosarios «distendidos» creados en Internet por usuarios sin formación lexicográfica, pero concienciados de la importancia de definir y catalogar ciertas realidades a modo de activismo. Y es que el lenguaje es una herramienta a disposición de todos los hablantes, por lo que cabe esperar que este se emplee para reflejar la realidad social y cultural actual, otorgando a palabras como manspreading el espacio que les corresponde.
Beatriz Guerrero García
Universidad de Salamanca (España)
Me parece estupendo que por fin se visibilice esta actitud prepotente. Ahora queda visibilizar la actitud de tocamiento de sus partes sin ningún sentido.gracias
Muy bueno