La productividad y la juventud están de moda. En una sociedad como la actual, en la que impera un rechazo hacia la senectud y lo que realmente importa es la actividad frenética y la acumulación continua de logros y resultados, no resulta extraño que hayan proliferado una serie de voces que recalcan esa desaprobación hacia la idea de envejecer o hacia un colectivo tan vulnerable como es el de los mayores. Términos como edadismo, gerascofobia, gerontofobia o viejismo se han abierto paso y han aparecido cada vez con más regularidad en los medios de comunicación en los últimos años. Muestras de este uso se localizan en prensa en español tanto del ámbito nacional como internacional:
- Ni siquiera, agrega Jones, reconocen el problema las propias personas adultas, las víctimas excluidas: tan profundo caló este estilo de pensamiento que se conoce como viejismo o edadismo. [La Nación (Argentina), 21/10/2018]
- Al margen de lo que ha salido a la luz en las residencias, el edadismo —discriminación por edad— ha aflorado en el discurso político y social. [La Vanguardia (España), 22/5/2020]
El neologismo al que dedicamos esta entrada —edadismo— está compuesto por una base léxica formada por el nombre edad, al que se le añade el sufijo –ismo, designando así una determinada situación o condición. En este caso concreto, para la configuración del término, se mantiene la -d final en el derivado, conservando así la referencia directa a la palabra originaria, edad. El edadismo, por tanto, alude a un fenómeno social muy específico: la exclusión o marginación sufrida por un determinado individuo debido a su edad. Asimismo, se debe destacar que este sustantivo surgió por analogía con términos que aludían a tendencias o movimientos sociales que discriminaban a determinada población por razones de sexo —sexismo— o raza —racismo—.
En cuanto al uso de esta palabra de reciente creación, hay que resaltar que también se localiza la variante edaísmo o el calco procedente de la lengua inglesa ageísmo en prensa y textos especializados. No obstante, en una entrada publicada el 11 de febrero del 2020 por Fundéu, se señala que la forma edadismo es la «única alternativa válida en español» para aludir a la discriminación por motivos de edad, rechazando así la voz edaísmo o el préstamo adaptado del inglés ageísmo. Otra opción legítima que contempla la Academia es sustituir el término por la perífrasis «discriminación por edad».
Por otro lado, el Diccionario Collins Universal cataloga el término ageismâgisme o gérontophobie. La forma ageismo es también la más empleada en la lengua italiana. No obstante, estos vocablos extranjeros tienen poco calado en el español actual y confirman la preferencia de estas lenguas por la adopción y adaptación del término originario ageism. Por otro lado, indagando en la forma edadismo, parece que el portugués sí contempla esta variante en diccionarios virtuales como Infopédia (s. v. idadismo), aportando la siguiente definición: «actitud prejuiciosa y discriminatoria basada en la edad, especialmente hacia las personas mayores».
Además, si se acude a las obras lexicográficas, se comprueba que este vocablo no está incluido ni en los diccionarios descriptivos del uso actual ni en los de neologismos. No aparece tampoco en el Diccionario de la lengua española ni en el Diccionario histórico de la lengua española. En cambio, sí que se encuentra documentado en diversos corpus digitales: en CORPES XXI, el vocablo edadismo se comienza a registrar en 2019 tanto en España como en Argentina. En total, en este banco de datos se catalogan —de momento— diez muestras procedentes de ambos lados del océano, concretamente de España, Argentina y Venezuela. Y en BOBNEO aparecen nueve ejemplos de uso fechados entre 2018 y 2021, como los siguientes:
- La pandemia y el edadismo empujan a los mayores de 45 al emprendimiento. [Diario Vasco (España), 1/11/2021]
- El edadismo es muy nocivo para la salud y se asocia a una muerte más temprana. [La Opinión de Málaga (España), 11/7/2021]
Por el contrario, en el corpus del Diccionario histórico de la lengua española no se muestran casos ni de edadismo ni de la variante no recomendada edaísmo. Misma situación se observa en el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), en el Corpus Diacrónico del Español (CORDE) y tampoco se obtienen resultados de dichas formas ni en el Fichero General de la Real Academia Española ni en el Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española.
En definitiva, en el uso lingüístico, la actualidad y los hablantes mandan. Las obras lexicográficas deben actualizarse, dar cabida y recoger esas nuevas voces que los usuarios de la lengua crean continuamente y emplean en su día a día. Sin duda, el mundo evoluciona y la lengua también. El neologismo edadismo es un ejemplo idóneo que confirma que el cambio lingüístico es permanente y reafirma la capacidad creativa de los hablantes para generar nuevas palabras que aluden a situaciones o comportamientos propios de la sociedad en la que surgen.
Marta Rodríguez Manzano
Historia 15
Universidad de Sevilla (España)