El término precariado se refiere a un creciente número de personas asalariadas de manera inestable, con un bajo nivel de ingresos y con incertidumbre sobre su futuro laboral. Se incluye en este grupo de trabajadores con contratos precarios al de los desempleados que subsisten gracias al subsidio de desempleo y al trabajo en negro. Cuando aparece reforzado por el adjetivo especificativo laboral se refiere a trabajadores que no reciben el sueldo que merecen y además no están asegurados (a menudo inmigrantes), ven peligrar la salubridad de su vida en aspectos como la cultura o los afectos, o en su preocupación por la supervivencia biológica (alimentos, vivienda, etc.).
Por sus características referenciales, este neologismo no se puede calificar como neologismo estilístico (una alternativa lúdica) sino que aporta nuevas características a un grupo social. La extensión semántica del término proletariado no es suficiente, y el motivo más visible es el hecho de subsumir una característica socialmente relevante: en la nueva clase o grupo social se incluyen numerosos jóvenes titulados universitarios que, o bien están desempleados, o bien realizan empleos por debajo de su cualificación, sumándose a los inmigrantes y los trabajadores sin formación específica.
Así es como se percibe su uso en la prensa europea desde hace más o menos una década y va asociado al concepto de generación prácticum:
- En los últimos meses han hecho fortuna en Alemania conceptos como generación prácticum (los jóvenes que se pasan años haciendo prácticas), precariado (el proletariado precario del siglo xxi) o nueva clase baja (trabajadores con salarios bajos e inestables, o dependientes de la ayuda estatal). [La Vanguardia (España), 21/04/2007]
Morfológicamente el término se forma por la simbiosis de precario y de proletariado (el sufijo –ado en el participio nominalizado significa ‘conjunto o colectividad’. Se atribuye al genio de Robert Castel (1933-2013), sociólogo francés dedicado al estudio de las transformaciones del trabajo, la intervención social y las políticas sociales. En su libro Las metamorfosis de la cuestión social (1995) analiza las consecuencias de la disgregación y la «desafiliación» para los individuos: los sentimientos de vulnerabilidad y fragilidad crecientes.
Se trata de un concepto connotado ideológicamente que recoge la intención reivindicativa de la sociedad preindustrial y la traslada a la postindustrial, tal y como se observa a partir de sus coocurrencias y colocaciones atributivas en los siguientes contextos:
- Sonidos del precariado rebelde. [El País (España), 28/04/2006]
- Es lo que el sociólogo Rafael Díaz-Salazar llama «la insurrección del precariado», usando el término como un identificador común de las nuevas legiones sin acceso a la vivienda, jubilados con pésimos ingresos, inmigrantes convertidos en esclavos o universitarios desempleados. [Clarín (Argentina), 28/05/2011]
El término proletariado, formado en la pasada Europa preindustrial para referirse a los trabajadores de las fábricas que en su mayoría acudían desde las zonas rurales y configuraron una nueva clase social en las ciudades, tiene su origen en el latín prole, ‘hijos’, y denominaba, en la antigua Roma, a las personas que no tenían propiedades pero que eran útiles para procrear y engrosar las filas del ejército (el cual defendería, claro está, a los amos y sus propiedades). El cambio de la raíz prole por precari del latín prex, ‘ruego’, refuerza, en el caso que nos ocupa, una actitud reivindicativa que solicita la intervención del Estado en la política económica para la rectificación del desequilibrio social. En un contexto supuestamente democrático y dialogante parecería posible equilibrar las tensiones sociales generadas por un sistema capitalista en el cual los trabajadores son valorados primordialmente como consumidores que devuelven al sistema el contenido íntegro de su salario, viendo así mermada la posibilidad de mejorar su condición, con el consiguiente aumento de la desesperanza y el malestar social:
- El candidato de la federación, que ha denunciado la «receta» del «miedo y la exclusión» de la derecha ante la situación del precariado y la política «antihumanista» de los populares. [El Mundo (España), 1/03/2008]
- Gane quien gane las elecciones, le pondremos una vela a San Precario. Los partidos no sólo no han sabido escuchar las voces del precariado, sino que a través de sus recortes sociales, sus políticas de privatización y su apuesta por la flexibilidad, le han dado motivos para echarse a las plazas. [El País (España), 26/05/2011]
Desgraciadamente no parece que las políticas del mundo actual tomen demasiado en cuenta la posibilidad de intervenir en este tema, sino que, por el contrario, se fomenta o permite la rivalidad y competitividad entre los conciudadanos aspirantes a una plaza como única solución a un problema que afecta a la subsistencia y a la tragedia de verla en peligro. Otras actitudes gubernamentales serían o podrían ser calificadas como «populistas»:
- Eso si tienes la suerte de firmar un contrato por horas, pronto por minutos. Aquí valen los codazos. Tonto el último. La nueva clase social se llama precariado. [La Vanguardia (España), 17/09/2016]
- Del mismo modo que la revolución industrial engendró el proletariado, cuya expresión política fue el socialismo, la revolución digital ha engendrado el precariado, cuya expresión política es el populismo. [El Mundo (España), 16/10/2016]
El término aparece también en fuentes de América Latina:
- En Polonia la destrucción del sindicato del mismo nombre, del movimiento social alrededor suyo y del propio valor humano (y sustitución por precariado, atomización y egoísmo) fueron condiciones indispensables para la restauración capitalista en 1989. [La Jornada (México), 11/09/2015]
- Como cabeza letrada del proletariado son los que mejor representan su muerte: fueron su piedra de toque y aunque hoy en día se intentan inventar palabras nuevas para redefinirlos —precariado, voluntariado— como clase social, perteneciente al universo filosófico del marxismo, desaparecieron: ahora son tan sólo trabajadores. [Clarín (Argentina), 27/03/2010]
El término existe con una formación genérica similar en otras lenguas románicas como el francés (précariat) y el portugués (precariado) y se ha trasladado al inglés con la forma precariat, aunque en la familia anglogermánica se usa más frecuentemente sintagmas como precarious work ‘trabajo precario’ o precarious workers ‘trabajadores precarios’.
A pesar de la importancia social del término solo nos consta como recogido en el NEOMM, el Dizionario Garzanti del italiano y el Dicionário Priberam da Lingua Portuguesa, y está ausente de grandes obras como el Diccionario de la Real Academia Española. Sería de desear que se lo tuviera en cuenta.
Anna Aguilar-Amat
Universitat Autònoma de Barcelona (España)