Tempus fugit es una locución latina que se refiere a la velocidad en que transcurre el tiempo. Se podría traducir literalmente como ‘el tiempo se escapa’ o ‘el tiempo vuela’; quizás esta última sería la expresión equivalente más común en nuestra época. De hecho, el DRAE23, aunque no recoge la expresión latina, sí que incorpora la metáfora bajo el lema volar: ‘dicho del tiempo: pasar muy deprisa’.

Detalle de un reloj que marca las doce menos diez, con segundero marcando el segundo 54.
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Parece que el origen de la locución tempus fugit se encuentra en un verso de las Geórgicas, del poeta romano Virgilio (70 a. C. – 19 a. C.): «Sed fugit interea, fugit irreperabile tempus» (‘pero huye mientras tanto, huye irreparablemente el tiempo’). Por este motivo, las oraciones que recuperan esta locución en los periódicos a menudo hacen referencia a los clásicos:

  • Tempus fugit decían los clásicos, tiempo que transcurre inexorablemente, que huye fugazmente, que pasa para no volver, pero que deja el regusto de lo vivido. [Levante (España), 18/01/2006]
  • Tempus fugit’, decían los romanos para referirse al inexorable paso del tiempo. Pero si el tiempo vuela para cualquiera, lo hace a una velocidad sobrecogedora cuando se trata de los niños con progeria. [El Tiempo (Colombia), 19/03/2018]
  • El poeta Virgilio ya alertó hace dos milenios: tempus fugit (el tiempo vuela). La velocidad con la que se viaja en la vida ha evocado innumerables obras literarias. [El País (España), 22/06/2018]

La expresión se ha convertido a lo largo de los siglos en un tópico literario (como evidencia el último contexto anterior) y se asocia a una filosofía vitalista, a la idea de vivir el presente y disfrutarlo, en vez de concebir la vida como la consecución de objetivos a largo plazo. Y es que el tiempo pasa irremediablemente y por este motivo hay que aprovecharlo. Siguiendo esta interpretación, la locución se puede asociar a otras expresiones latinas que transmiten la misma idea, como carpe diem (‘aprovecha el momento’), que también tiene su origen en los versos de un poeta romano, en este caso Horacio (65 a. C. – 8 a. C.): «Carpe diem, quam minimum credula postero» (‘aprovecha el día, no confíes en el mañana’). La esencia de estas expresiones se basa en el hecho de darse cuenta de que, si el tiempo vuela, hay que aprovechar el momento presente. En los siguientes contextos se puede observar como tempus fugit puede relacionarse con otras expresiones de la misma índole:

  • Sánchez no acudió en Madrid a un desayuno informativo que era la puesta de largo de Puig en la capital de España, y éste aprovechó la ausencia para lanzarle a Sánchez un mensaje en latín —Carpe Diem. Tempus fugit— y recordarle que su liderazgo, como todo en la vida, «es revisable». [El Mundo (España), 19/11/2015]
  • Lástima, pero ya entiendo que ruit hora (corre la hora) y tempus fugit (el tiempo huye). [Clarín (Argentina), 22/08/2012]

Además, a causa de la explícita referencia al tiempo de tempus fugit, a menudo esta expresión latina se encuentra inscrita en relojes de sol o de péndulo. Se trata de una costumbre que parece remontarse a la Edad Media y que también queda reflejada en los contextos periodísticos:

  • [En un artículo titulado «Tempus fugit»] Algunos se muestran sorprendidos, pero, como los viejos relojes de pared recuerdan en latín, el tiempo huye eternamente, y cuando el dinero decide imitarle lo hace a más velocidad, pues bien conocida es de todos su timidez. [El País (España), 5/05/2002]

Como puede observarse en algunos contextos que presentamos a continuación, frecuentemente la locución latina tempus fugit es utilizada como sustantivo. Esta lexicalización se puede interpretar como un síntoma de que la expresión se introduce poco a poco en el lexicón del castellano. Por este motivo ya aparece recogida en algunos diccionarios, como en el Clave, que enfatiza su faceta de tópico literario: ‘tópico literario que recuerda la rapidez con la que pasa el tiempo y la brevedad de la vida’. En otras lenguas, en cambio, se registra en los diccionarios como locución (en inglés, en el Oxford English Dictionary, por ejemplo), aunque también es habitual su omisión (como en Le Grand Robert francés o en el Diccionari de la llengua catalana).

  • Porque nunca como ahora la realidad ha sido tan fugitiva y vertiginosa. El ‘tempus fugit’ clásico está actualmente en plena vigencia. [El País (España), 22/09/2016]
  • El tema del paso del tiempo, el tempus fugit, y la certeza de la muerte, son constantes en la historia del arte, sin embargo, solemos habitar sociedades en las que la muerte es tema tabú, en las que vivimos el día a día como si fuésemos eternos. [El País (España), 08/05/2017]

La lengua presente, pues, aboga por el uso habitual de esta expresión latina (y no solamente como locución, sino que ya ha experimentado un proceso de integración al uso y se ha sustantivado), así que parece que los diccionarios de las distintas lenguas no tardarán en incorporarla, seguramente ya como sustantivo lexicalizado. Y deberían hacerlo rápido, porque tempus fugit y hay que aprovechar la oportunidad.

M. Amor Montané March
Grup IULATERM
Universitat Pompeu Fabra (España)

tempus fugit loc. y m.

2 pensamientos en “tempus fugit loc. y m.

  • 22 de agosto de 2022 a las 04:18
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    Un artículo muy completo y aclarador. Sólo apuntar que se debería usar con más prudencia lo de “se podría traducir literalmente”

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