El término retrogusto es un tecnicismo compuesto por el prefijo o elemento compositivo latino retro- («hacia atrás») y la base nominal gusto («sentido corporal con el que se perciben sustancias químicas disueltas»; «sabor»). Aunque en español se emplea desde hace varias décadas, en los últimos años esta voz se ha puesto de moda gracias a la terminología de los enólogos en la cata de vinos —especialmente para conocer la «personalidad» de un caldo—, ya que sirve para describir la experiencia que provoca en nuestros sentidos. Este concepto («gusto o sabor que queda de la comida o bebida») se conoce también como regusto, pos(t)gusto, dejo, resabio, persistencia, sabor, final de boca, bouquet interno o sensación terciaria, entre otras. Algunos adjetivos y locuciones con los que suele aparecer son picante, amargo, ácido, dulce, frutal, a regaliz, a roble o a especias