La globalización ha mostrado que, en un mundo constantemente interconectado, aparecen problemas sociales y políticos comunes y compartidos por todas las sociedades. Por ello, el arte, que nunca permanece ajeno a la actualidad, se ha pronunciado en las últimas décadas sobre cuestiones relativas al cambio climático, la desigualdad o la violencia. Principalmente a través del arte callejero, aunque no exclusivamente, son numerosos los creadores que practican el artivismo, que buscan, a través de sus obras, ofrecer una visión crítica de la sociedad y la política que los envuelve sin dejar al margen los valores estéticos del arte.