No cabe la menor duda de que la pandemia de COVID ha trastornado nuestra vida durante los últimos tres años. El mundo ha enfrentado situaciones inéditas y muchos de nuestros temores se han vuelto realidad. Afortunadamente, desde el año 2021 la vacuna contra esta enfermedad se ha aplicado masivamente en todos los continentes y la emergencia mundial parece terminar finalmente. Hay que considerar, sin embargo, que el rescoldo que dejó este virus aún se manifiesta de diversas maneras. Si bien la vacunación llegó como un viento fresco para llenarnos de esperanza en el combate contra la enfermedad, tuvo algunos aspectos negativos. Uno de estos aspectos tiene que ver con el miedo que muchas personas sienten cuando se vacunan, particularmente cuando tienen ante sí el instrumento de la vacunación: la afilada aguja. Frente a la jeringuilla llena de la solución y con su punta larga y amenazante, muchas personas sufren indecibles temores ante la inminente perforación de su cuerpo. Gritos y llantos acompañaron muchas veces las sesiones masivas de vacunación