Este verbo neológico es comúnmente usado en el mundo de la cocina y de la preparación de alimentos. Se refiere, casi siempre, al proceso de cocción en horno de algún tipo de guisado o pan. Se supone que el horno debe haber sido puesto en la temperatura óptima indicada en las instrucciones de preparación instantes previos a la introducción del alimento que va a cocinarse. Esta indicación es muy importante porque del choque de calor que experimenta la preparación y del tiempo que se mantenga el horneado depende la correcta cocción de los alimentos.