El uso del neologismo anglosajón think tank está muy extendido en español desde la década de los noventa del siglo xx, con el significado de grupo o centro de reflexión formado por personas con mucha formación y experiencia en los ámbitos de la política, de la economía o de las relaciones internacionales, fundamentalmente, cuyo fin es investigar sobre problemas específicos de gran repercusión social para aportar soluciones. Es un tecnicismo originariamente procedente del mundo de la política y los negocios, y de EE. UU., como tantos otros (benchmarking, spin-off). Su campo de aplicación, no obstante, se ha ampliado para vincularse también a cuestiones sociales, urbanísticas, tecnológicas o de comunicación, entre otras. Así lo reflejan los contextos de uso de los tres ejemplos siguientes, el primero económico, el segundo político (es el más frecuente en la base de datos del Observatori de Neologia) y empresarial el último:
- Hay algunos think tanks que afirman que se está librando una guerra mundial con el dinero, con los productos financieros, con la deuda. [El Norte de Castilla (España), 11/02/2012]
- Era un comité de sabios —hoy think tank— que ya en 1986 advertían de que estábamos perjudicando el medio ambiente con un desarrollismo insensato. [La Vanguardia (España), 18/04/2013]
- «[…] Tal vez lo que me atrae, aparte del contenido valórico, es que estamos formando una guagua nueva, una fundación para ayudar a Uniapac a extenderse a nuevos países, a organizar seminarios y congresos internacionales y para crear, perdón por la siutiquería, un think tank», contó Aninat, quien estuvo en Chile por 24 horas. [El Mercurio (Chile), 3/07/2011]
En contextos académicos hoy el préstamo think tank remite a grupos interdisciplinares de investigadores que estudian un mismo fenómeno complejo desde distintas perspectivas. La denominada sociedad del conocimiento explicaría la proliferación de «centros de estudios o de pensamiento», «fundaciones para el análisis», «gabinetes estratégicos», «institutos de estudios políticos», «consejos consultivos», «laboratorios de ideas», «grupos de expertos», «cohortes de cerebros consultores», «comités de sabios», «equipos de pensamiento», «fábricas del conocimiento», denominaciones todas ellas que se presentan como equivalencias léxicas del término think tank en los textos recopilados. La Fundéu BBVA recomienda evitar el anglicismo y emplear en su lugar los sintagmas laboratorio de ideas, gabinete estratégico o centro de reflexión. Las traducciones que se proponen para el español son muy diversas, sujetas también a variación dialectal, como se observa a continuación:
- DAR es el think tank sciolista que funcionará como usina de ideas para la campaña Daniel Scioli 2015. [La Nación (Argentina), 7/05/2014]
Los verbos que se usan con este sustantivo como sujeto describen la tarea de los asesores especialistas que forman un think tank: analizar, reflexionar, documentar, investigar, elaborar informes y emitir pronósticos para aconsejar, asesorar, recomendar, establecer prioridades, opinar, alertar, influir, proponer, proyectar, cuestionar, impulsar o promover acciones, idear, organizar o diseñar líneas estratégicas en una determinada área. Una obra especializada como el Diccionario de economía y finanzas de Tamames y Gallego (2000) recoge el método de trabajo que se sigue en un think tank: ‘Generalmente, por lo menos en su primera fase, los componentes de los grupos de esta clase utilizan el método brain storming’ (s. v.).
Este préstamo no adaptado del inglés se ha formado por la combinación de dos palabras: el verbo think (‘pensar’, ‘reflexionar’) y el nombre tank (‘depósito’, ‘cisterna’, ‘aljibe’, ‘tanque’). El significado literal de tank en esta composición incluye tanto el ‘recipiente’ (de agua o líquidos) como el ‘propósito’ de este almacén: para irrigar, rociar o transportar. El proceso de cambio semántico seguido desde este significado original de ‘depósito de agua’ al de ‘centro de generación de ideas en una organización’ (tal y como se define en Alvar y Alvar2) es metafórico. Tello Beneitez plantea que el origen del concepto moderno de think tank es militar: se refiere a un local o recinto cerrado en el que científicos y militares debatían sobre asuntos estratégicos durante la Segunda Guerra Mundial; documenta el primer think tank con este significado en EE. UU. en 1948.
Los diccionarios españoles que recogen este neologismo remiten a distintos referentes en sus definiciones: Alvar y Alvar2, al lugar (‘centro de generación de ideas’); DEA, a los miembros, como nombre colectivo (‘grupo de expertos creado, generalmente por una empresa o gobierno, para reflexionar y asesorar sobre determinados temas’); y en su Diccionario especializado Tamames y Gallego, a la actividad (‘es la reunión de un cierto número de personas que se consideran especialmente cualificadas para reflexionar conjuntamente sobre una determinada área de cuestiones […]’). No aparece recogido este sustantivo en DRAE23 ni en los diccionarios de uso VOXUSO y Clave; tampoco se incluye en NEOMM. Su presencia en otras lenguas románicas también es escasa: no aparece en el Diccionari de la llengua catalana (DIEC2) ni en Le Grand Robert; el Dictionnaire Larousse de français lo incluye con la recomendación de usar laboratoire d’idées.
El sustantivo think tank puede escribirse con o sin guion: en Alvar, Alvar2 y DEA se recoge sin guion; en el Oxford English Dictionary la entrada presenta guion: think-tank, así como su derivado think-tanker; en el Longman Dictionary of Contemporary English se escribe sin guion. Otra variación que presenta este sustantivo, morfológica en este caso, es que admite tanto el plural normal con –s (los think tanks) como el plural invariable (los think tank). Aunque en inglés se puede usar este sustantivo como sujeto en singular seguido del verbo en plural, en español esta concordancia por el sentido no se suele dar.
Al ser expertos sus integrantes, los think tank o think-tanks son instituciones muy valoradas socialmente, tal y como se observa en los calificativos con los que se los caracteriza: influyente, prestigioso, portentoso, poderoso, respetado, selecto, conocido son adjetivos ponderativos que se combinan muy a menudo con este sustantivo. Existen incluso rankings que miden el grado de influencia de estos centros:
- La propia fundación publica un estudio de la Universidad de Pensilvania según el cual FAES ha subido al puesto 32 entre los think tank más prestigiosos fuera de Estados Unidos. (El País, 1/03/2010)
A pesar de este reconocimiento, los think tanks son fundaciones frecuentemente ideologizadas, al servicio de partidos políticos, bancos o empresas, cuyos intereses defienden; en los ejemplos que siguen puede observarse la diversa vinculación política de cada uno de los think tanks:
- El informe de este think tank vinculado a los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido indica que las naciones latinoamericanas tienen en la actualidad la necesidad y la oportunidad de hacer un esfuerzo colectivo en favor de la seguridad de la región. [El Universal (México), 5/02/2010]
- El favoritismo de Rousseff para llevarse los comicios en primera vuelta va de la mano con una oposición brasileña anulada hace años por su propia incapacidad y por el carisma y la popularidad de Lula da Silva, que sigue siendo quien baraja las cartas en la política nacional mientras cuida de su salud, del think tank que lleva su nombre y de sus conferencias por el mundo. [El Comercio (Perú), 22/12/2013]
Por esa razón, estos centros de reflexión levantan fuertes críticas, como la siguiente, a propósito de las claves de una campaña electoral:
- […] la mendacidad de la prensa, los think tanks y otros creadores de opinión, todos conspirando en la falsificación de historias al servicio de prejuicios e intereses políticos inconfesables [El País (España), 22/10/2016]
Necesitaremos, en consecuencia, analizar cómo será la labor de los nuevos think tanks que están creándose al amparo no ya de empresas o gobiernos como en su origen sino de entidades con fines más altruistas. Se podrá así confirmar su uso generalizado en todos los ámbitos y considerar entonces si se incorpora definitivamente como préstamo común, adaptado o no, o bien se opta por alguna de las muchas alternativas en español que ya se emplean.
Carmen López Ferrero
Universidad Pompeu Fabra (España)