La comunicación en línea, y en especial las redes sociales, nos ha permitido conectarnos, y así conocernos y cuidarnos, desde lugares y en modos que apenas unas décadas atrás solo podríamos haber imaginado en una realidad de ciencia ficción. Pero esa misma posibilidad de cercanía virtual es también fuente de innumerables, y novedosas, formas de vínculos perniciosos. Hace unos años, el Martes Neológico se detenía sobre ciberacoso, calificando la actividad a la que la voz refiere como una «inclinación de ciertos individuos a someter al prójimo, a convertirlo en objeto de escarnio, a hostigarlo». El neologismo del que nos ocuparemos hoy, grooming, remite, tristemente, a una de las variantes más execrables del ciberacoso, pues los prójimos sometidos son menores de edad.

[dibujo] niño acurrucado para protegerse frente a un ordenador portátil de cuya pantalla sale una mano hacia él
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  • El grooming o acoso sexual a través de la Red es la vertiente más grave de una serie de delitos que han cobrado vida en los últimos años y que encuentran en Internet su extenso campo de batalla. [La Verdad (España), 21/2/2010]
  • El youtuber es acusado de acoso sexual, grooming y hostigamiento por parte de jóvenes, quienes señalan que abusó de su poder cuando ellas aún eran menores de edad. [El Comercio (Perú), 17/9/2020]

Desde su primer registro en BOBNEO en 2008, la voz ha sido documentada en el banco en numerosas ocasiones por todos los nodos que integran las redes de observatorios de neologías, como también en bancos —como el Corpus NOW, o el CORPES.

La voz grooming, préstamo crudo del inglés, es un acortamiento de child grooming. Aunque el nombre (derivado del verbo to groom) no es nuevo, en la acepción que se actualiza en el préstamo se trata de un neologismo semántico, registrado en diccionarios de inglés, como el Oxford English Dictionary o el Cambridge Advanced Learner’s Dictionary (el hecho de que aún no haya ingresado en otros grandes diccionarios del inglés, como Macmillan o Merriam-Webster, o de otras lenguas nacionales, como francés o italiano, puede pensarse como indicio del carácter novedoso y tal vez inestable de la voz). OED define el verbo como «referido a un pedófilo: trabar amistad o ejercer influencia sobre (un menor), en la actualidad especialmente a través de internet, como preparación para un futuro abuso sexual». La definición pone en primer plano la actividad preliminar y preparatoria antes que el delito, un rasgo del significado que vincula a la palabra con otros sentidos que la preceden y con los que convive. En efecto, en el sentido original, el nombre grooming alude a diversas formas de preparación, como el acicalamiento de animales, el arreglo personal o la capacitación de una persona para una actividad; pero, a diferencia de la acepción que nos compete, en donde la preparación anticipa una agresión, se trata siempre de acciones que conducen a un estado mejorado de quien es objeto de ellas.

Este sentido de preparación queda en segundo plano en castellano, donde el uso pone el énfasis en los actores involucrados en la actividad delictiva en sí (adultos victimizando a menores con fines sexuales) y en el medio electrónico. En ocasiones se observa, como vemos en los siguientes fragmentos, ambivalencia respecto de las características del delito, ya sea la forma de engaño (hacerse pasar por menores) o el objetivo (conseguir fotografías):

  • También busca alertarlos de otras prácticas como el grooming, que consiste en que algunas personas se hacen pasar por menores para conseguir fotografías íntimas de los niños. [Página/12 (Argentina), 17/12/2011]
  • Están disparados los robos de identidad digital (cuando le roban el perfil de Facebook, o una cuenta de correo, etc.), las amenazas, injurias y el grooming, en donde acosadores se hacen pasar por un niño o niña para engañar a menores de edad. [El Tiempo (Colombia) 9/8/2015]

Se trata, en realidad, de variantes de la actividad que hoy en día ya se encuentra tipificada en diversas legislaciones regionales (como la de la ciudad de México) y nacionales en países hispanoparlantes (como Colombia o Perú). A título de ejemplo, en Argentina, con el nombre «Ley de Grooming» en 2013 se promulgó una modificación del Código Penal que indica penas de prisión a quien «por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma»; y en 2020 se creó el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o Ciberacoso contra Niñas, Niños y Adolescentes.

Como suele ocurrir con los anglicismos, el uso de grooming es desaconsejado por instituciones que promueven alternativas patrimoniales como Fundéu, que sugiere optar por locuciones equivalentes como engaño pederasta (por internet) o ciberengaño pederasta. Sin embargo, tales propuestas no han tenido repercusión en el uso: hasta 2019, en NOW solo se encuentran treinta y un casos de engaño pederasta, la mayoría en adyacencias de grooming; en cuanto a ciberengaño pederasta, hay apenas un caso relevante.

  • Si los padres no toman algunas precauciones, en un momento inesperado un niño o un adolescente pueden transformarse en víctima de la ciberviolencia, el ciberacoso o el grooming (engaño pederasta). [La Prensa de Honduras (Honduras), 29/4/2019]

Si nos guiamos por las prácticas de actualización habituales de la RAE, parece poco probable que grooming se incorpore al DLE en lo inmediato. No obstante, existen razones de peso (y hasta urgentes) para que figure en diccionarios de nuestra lengua. Como hemos visto es, sin dudas, una voz consagrada por los hablantes de las distintas variedades de español y estabilizada en el uso: así lo demuestra el empleo institucional que de ella se hace en organismos oficiales de la más alta jerarquía, como los parlamentarios. A esto se suma un motivo más profundo, de orden simbólico: toda voz que ingresa a un diccionario goza, como sabemos, de una sanción social y un grado de legitimación que impacta en la visibilización de los fenómenos que nombra. En el caso de grooming, con la inclusión en diccionarios se contribuiría a la enorme función social de combatir este horroroso delito social.

Victoria de los Ángeles Boschiroli
Universidad Nacional de General Sarmiento (Argentina)

grooming m.

2 pensamientos en “grooming m.

  • 22 de junio de 2022 a las 11:21
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    Y cual es el problema de decir: “acoso sexual a menores”. Pienso que la expresión en español es clara, de fácil comprensión y con una valoración moral añadido en la especificación “a menores”.
    ¿Por qué se supone que un término traducido es menos eficaz que su original en inglés? Si el término se incorporase en su grafía inglesa la determinación de sentido sería, de todos modos, cercano a la traducción.

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    • 12 de julio de 2022 a las 20:30
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      No hay ningún problema, Hugo, aunque la expresión no captura el hecho de que se trate de un caso de ciberacoso – pero perfectamente podría decirse “ciberacoso sexual de menores. Pero el texto no sostiene que el término traducido sea menos eficaz que el original, simplemente verifica y explica el uso extendido, en todas la variedades del español, y en discursos de autoridad, como los legales.

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