En el año 2007 se produjo una crisis económico-financiera mundial que sorprendió no solo a las grandes empresas de la bolsa, sino también a la banca y, consiguientemente, a los gobiernos de múltiples países. La crisis también afectó a millones de personas de todo el mundo, que padecieron sus consecuencias; razón por la cual surgió la palabra austericidio, que consiste en la aplicación de una serie de medidas orientadas a reducir la deuda pública, algo que supone un conjunto de recortes en educación, sanidad y otros ámbitos relacionados con el estado de derecho. A raíz de estas políticas de recortes, muchas familias se vieron en una situación muy vulnerable: sin ingresos ni ayudas, rápidamente perdieron sus casas —recordemos la ola de desahucios que se produjo— y, a su vez, algunos casos desembocaron en el suicidio, bien porque la situación era insoportable, bien por las penurias que supone perder el hogar y no tener ni con qué alimentarse.
En este contexto, el austericidio se convirtió en un tema de gran actualidad, ya que no dejaba de ser una palabra nueva, un neologismo, para designar una realidad que, poco a poco, se iba normalizando. Así, debemos pensar que anteriormente también hubo austericidios, pero la sociedad nunca tuvo la necesidad de designar una realidad que era, hasta el momento, periférica. Con esta crisis, como hemos visto, dejó de ser un hecho marginal y pasó a ser una realidad de primer orden desde el 2012, momento en que se recoge por primera vez en el Observatori de Neologia el neologismo, como vemos a continuación:
- “Que salgan a la calle para rechazar las políticas de austericidio de Rajoy y Fabra”, señalo Mollà. [Información.es (España), 11/11/2012]
- El austericidio –como se dice— ha fracasado; no hay espacio para las políticas de estímulo o, en todo caso, no hay voluntad ni coraje para llevarlas a cabo. [La Vanguardia (España), 30/04/2013]
Morfológicamente, austericidio es un compuesto culto formado por el adjetivo austero y el elemento compositivo –cidio, que siempre ocupa una posición sufijada, el cual se refiere a la ‘acción de matar’ (DRAE). Se trata de un formante productivo actualmente, como reflejan los datos del Observatori de Neologia; de hecho, encontramos diferentes neologismos de este tipo, como arboricidio, biocidio o urbanicidio, entre otros. No obstante, austericidio es un caso particular, ya que no es un compuesto culto canónico, los cuales se forman mediante la unión de dos elementos compositivos, como filología o aporofobia. En este caso se trata de un compuesto culto híbrido, formado por una palabra patrimonial y un tema culto, el cual exige la vocal de enlace -i- porque es de origen latino —en los formantes que provienen del griego, la vocal de enlace es una -o-—. De hecho, la mayoría de los compuestos cultos que recoge el Observatori de Neologia están formados por una forma prefijada y una palabra patrimonial o por una palabra de la lengua y una forma sufijada. En cambio, los compuestos cultos en sentido estricto son menos frecuentes en la lengua común y más habituales en los lenguajes de especialidad.
En cuanto al significado, cabe destacar que austericidio no significa ‘matar la austeridad’, sino, más bien, ‘muerte por austeridad’ o ‘muerte por políticas austeras’, de manera que tiene un uso diferente al resto de palabras en que interviene -cidio. Solo encontramos un ejemplo semánticamente similar, que es el de sincericidio, que tampoco se refiere a ‘matar la sinceridad’, sino a ‘morir por ser sincero, por sinceridad’. Es un caso, por tanto, de cambio semántico del elemento compositivo —que es, a su vez, una característica común de algunos temas cultos, como –fobia; que no solo se refiere al ‘miedo o temor’, como en acrofobia, sino también al ‘rechazo u odio’, como vemos en xenofobia. En el caso de -cidio no es tan habitual este cambio semántico, aunque encontramos otro tipo de modificación semántica que es casi sistemático, ya que los neologismos que se recogen actualmente con este elemento compositivo tienen un sentido metafórico: la muerte no es real, como vemos en sincericidio o en memoricidio, que funcionan como austericidio. Así, podemos ver en los siguientes ejemplos:
- A veces hemos sido demasiado indulgentes con las políticas de derecha, creyendo que la austeridad, que luego se transformó en un austericidio, era la clave para poder garantizar desarrollo y ocupación. [Página12 (Argentina), 17/05/2015]
- Europa necesita en estas circunstancias otra revolución ante tanto austericidio. [Correo Perú (Perú), 27/11/2015]
- Entonces, el legado reinventado por los latinoamericanos de Russell II resulta útil a la hora de explorar la legalidad y justicia de la deuda, el austericidio, y las nuevas formas de colonialidad emergentes en el ocaso del período neoliberal. [El Espectador (Colombia), 4/08/2015]
- El Partido Socialista español (PSOE) escribió por su parte en Facebook: “Llevamos 3 años denunciando el austericidio de la UE y proponiendo una alternativa económica para Europa, incluidas España y Grecia.” [The Clinic (Chile), 25/01/2015]
Así pues, como hemos visto, es un compuesto culto híbrido y formalmente sigue la regla de formación de palabras. No obstante, el significado de –cidio en este caso no es recto, sino oblicuo, como hemos comentado en el párrafo anterior. Además, debemos tener en cuenta que es una voz que no encontramos documentada en ningún diccionario, ni en castellano, ni en otras lenguas románicas —como el catalán, el francés o el portugués— ni tampoco en obras de referencia relativas al inglés. La razón bien puede ser que es una palabra de reciente aparición —razón por la cual aún no ha entrado en las obras lexicográficas— o bien porque se trata de una formación extraña, puesto que el uso del elemento compositivo –cidio es atípico, aunque en un futuro quizás este uso llegue a ser más productivo y se incluyan en las obras lexicográficas voces como austericidio.
Ivan Solivellas Ugena
Observatori de Neologia
Universitat Pompeu Fabra (España)
Con tan apasionado enfoque de lo que no deja de ser un “mantra” político, no es raro que se confunda el estado del bienestar con estado de derecho.
Muchas gracias por el artículo. Disfruté la lectura. Estoy de acuerdo que austericidio no significa ‘matar la austeridad’, sino, más bien, ‘muerte por austeridad’ o ‘muerte por políticas austeras’, de manera que tiene un uso diferente al resto de palabras en que interviene -cidio. Yo acuñe varios neologismos con el elemento compositivo –cidio en mis novelas y traté de mantener ese sentido, como algunas que incluí en el Lexinario:
trecidio. 1. m. Acción y efecto de eliminar el número trece del treceavo piso del edificio, así como la treceava hilera y el treceavo asiento de los medios de transporte público. 2. Sarcasmo que se hace a una superstición de una civilización supuestamente avanzada.
amoricidio. 1. m. En una pareja: Destrucción de una pasión por el ademán o el comportamiento involuntario de una persona que molesta de sobremanera a la otra.
antrocidio. m. Pérdida excesiva de vidas humanas como consecuencia de guerras, genocidios y epidemias que ocurren simultáneamente.
feicidio. m. Destrucción de la fe por medio del uso de la lógica y del raciocinio que conlleva a la sensación de bienestar al aceptar la realidad y asumir la responsabilidad propia.
La ultraizquierda viene siendo pródiga en crear o incorporar neologismos, aun sin concepto que los soporte y sólo por mera eufonía con los prefijos neo- o ultra- (también lo de -cidio -feminicidio, austericidio…; a la ultraderecha le va mas el sufijo -ismo). El tal “austericidio” es hipérbole con etimología torcida y meramente eufónica: lo asombroso no es que haya colao’, lo asombroso es que le deis carta de naturaleza etimológica (“sincericidio” no se usa por más que se invoque en la ficha) más allá de constatar su uso. Desde que nombró ‘palabra del año’ a “aporofobia” (vocablo que no usa nadie) se ven hasta ganas de dirigismo en el lenguaje. Los fondos públicos a veces sirven para lo que sirven…