El significado de gastrobar es, cuando menos, discutido, dado que oscila entre una definición casi social de Wikipedia, donde se afirma que es un «bar-restaurante que procura acercar la alta cocina a las clases más populares sirviendo tapas de autor a precios asequibles», y descripciones que insinúan un esnobismo exagerado aprovechando que la cocina está de moda en el ocio, en el turismo, en la televisión y hasta en las conversaciones cotidianas.
El término gastrobar podría ser un símbolo del campo léxico al que pertenece, como si quisiera representar ese carácter efímero de todo lo relacionado con la cocina, con la comida que se elabora durante horas y dura solo algunos minutos en el plato o con las tendencias demasiado novedosas que apenas subsisten durante un lapso demasiado corto, necesario para dar paso a la siguiente novedad.
Al tratar de conocer la presencia del término tanto en el Corpus de la Real Academia (CREA) como en el Corpus Diacrónico de la Real Academia (CORDE), la respuesta que se nos ofrece no deja lugar a dudas: «No existen casos para esta consulta», lo cual nos hace sospechar que podríamos estar ante una voz aparecida con el estigma de nacer para morir.
Pero estas sospechas no pasarían de ser meras suposiciones si no tuviéramos la suerte de saber no solo cuándo apareció por primera vez, sino también, y esto es menos habitual, quién fue la primera persona que la usó públicamente antes que nadie en nuestra lengua. En efecto, al igual que ocurre con otros escasos ejemplos de voces acuñadas por una sola persona como intrahistoria, mileurista, posverdad, etc., gastrobar fue el hallazgo del crítico y periodista español José Carlos Capel quien recurrió a un sencillo calco léxico que él mismo explica:
La palabra apareció escrita por vez primera en julio de 2008 en un titular de El Viajero (El País) a propósito de mi crítica de «Estado Puro», inaugurado en Madrid bajo la dirección de Paco Roncero. En ese momento no inventamos nada. Solo adaptamos al español el término gastropub, palabra que emplea la guía Time Out para distinguir a los pubs londinenses con inquietudes gastronómicas. [El País (España), 15/06/2011]
En ese mismo artículo periodístico, fechado hace más de seis años, Capel ya se cuestionaba su existencia desde el propio título («¿Gastrobares?»), y casi se respondía en las primeras líneas: «Ya nadie sabe lo que es un gastrobar. Ni siquiera yo mismo, que fui quien inventó el término».
Desde una perspectiva lexicográfica, el término, como decimos, es un calco léxico, pero, a su vez, es un acrónimo de gastronomía y bar, siguiendo esa tendencia de crear palabras relacionadas con la gastronomía, mediante el uso del elemento compositivo gastro–/gastri– que antes solo aparecía en términos médicos. Y, nuevamente, tenemos la fortuna de disponer de una documentación exacta del término original inglés, toda vez que también conocemos no solo cuándo apareció la palabra, en 1991, sino también que sus creadores fueron David Eyre y Mike Belben, propietarios de un pub londinense llamado The Eagle con el que querían transformar, como decimos, el concepto tradicional del pub inglés para ofrecer comidas elaboradas, como queda definido, por ejemplo, en los diccionarios Merriam-Webster («1. pub, bar, or tavern that offers meals of high quality») que datan el término en 1996, cinco años más tarde de su creación.
Por lo que respecta a nuestros diccionarios, ni el DRAE23 ni el Clave ni el VOXUSO lo recogen, como ocurre con otras lenguas románicas como el gallego, el catalán, el italiano, el portugués o el rumano, si bien la Fundéu lo menciona al referirse al elemento compositivo gastro- y sanciona su uso correcto «aunque no figure(n) en los diccionarios», dado que, pese a esos malos augurios sobre la pervivencia de la palabra, no solo siguen existiendo gastrobares repartidos por nuestras ciudades, sino que, además, la prensa diaria parece más sensible a la presencia del término en la lengua. Así queda reflejado, por ejemplo, en los registros del Observatori de Neologia, donde gastrobar aparece por primera vez en enero de 2009, en una noticia sobre el evento «Madrid Fusión»:
- «Alta cocina pobre, gastrobares y small plates», y «Ciencia y cocina». [El Universal (México), 15/01/2009]
Y es fácil encontrar ejemplos de uso de la palabra en español peninsular y de América:
- Otra de las cuestiones que piden revisar los hosteleros es la que se refiere a la especialización en gastrobar. El proyecto de decreto especifica que este tipo de establecimiento deberá contar con un mínimo de 20 tapas y que en cada una de ellas se utilice un producto amparado por la marca «Tierra de Sabor» o por una marca de calidad reconocida por Castilla y León. [La Gaceta (España), 3/01/2015]
- Esta presión alcista de precios ha agravado la fuga de vecinos del casco histórico, totalmente volcado en atender a los turistas, mientras las cordonerías, los bares clásicos y las carnicerías de barrio han dejado sitio a las tiendas de conveniencia: los «gastrobares» (bar-restaurantes) y comercios de las grandes marcas de ropa a nivel mundial. [El Mercurio (Chile), 9/06/2016]
- Agrupa los gastrobares y diferentes taperías de la ciudad para disfrutar de una excelente gastronomía en miniatura. [Clarín (Argentina), 12/06/2015]
- El lugar que cuenta con estas delicias es el Astoria Gastro-bar, que se encuentra en la colonia Condesa y en esta ocasión los asistentes pudieron disfrutar de exquisitos platillos como: croquetas de jamón serrano con shitake, maki tailandés de res con curri de cacahuate, tataki de atún en costra de ajonjolí y patatas bravas con alioli de jengibre. [El Sol de México (México), 5/07/2016]
- Sin embargo, la instalación albergará un moderno centro comercial con tiendas, restaurantes y gastrobares, que sustituirá a la actual esquina del Bernabéu, que se reurbanizará por completo. [ABC (España), 11/10/2016]
- Años después abrimos StreetXO una propuesta informal y low cost en El Corte Inglés, en la época en que estaban de moda los gastrobares. [La Nación (Argentina), 30/03/2017]
Habrá que prestar mucha atención a la vida de este neologismo para ver si las modas se lo llevan de nuestra lengua y lo convierten pronto en un neoarcaísmo o si perdura en los nombres de los establecimientos, en la prensa y, sobre todo, en nuestras bocas.
Agustín Torijano
Grupo NeoUSAL
Universidad de Salamanca (España)