El léxico del deporte, como cualquier conjunto léxico, va impulsando la creación de nuevas acepciones en palabras ya existentes por una necesidad de especificidad comunicativa y uno de los recursos para ello es la restricción de sentido. El término entrenador tiene una extensión semántica demasiado ancha como para poder cubrir el conjunto de actuaciones del profesional que no solo entrena, sino que selecciona a los jugadores de un equipo deportivo y dirige su juego sobre el terreno. Por esta razón, técnico desarrolla una nueva acepción y se usa con este sentido restringido en el ámbito deportivo, a diferencia de su uso genérico: ‘persona que posee los conocimientos especiales de una ciencia o arte’, según se define en la última edición del diccionario académico. También en francés el término technicien ha sufrido esta restricción semántica e igualmente ha ocurrido en otras lenguas románicas, por ejemplo, en catalán.
Frecuentemente, técnico se usa referido al entrenador de fútbol, en consonancia con la fuerte repercusión mediática del deporte estrella, pero también puede referirse a otros entrenadores deportivos. El técnico futbolístico suele ser un personaje de relieve en los medios, blanco de feroces críticas o grandes alabanzas, al que suele adjudicársele la responsabilidad de la victoria o fracaso de los jugadores a su cargo. La alta estimación de la labor de este profesional motiva también que se le distinga de otro entrenador cualquiera, convirtiéndolo en depositario de un ‘conocimiento especial’, de modo que se le confiere con esta denominación la categoría de experto en una ‘ciencia’ o ‘arte’.
Los neologismos semánticos son los más difíciles de detectar, dado que formalmente la unidad léxica no es nueva, pero especialmente lo son aquellos que no resultan de un cambio semántico, sino de una ampliación o reducción de significado. La naturalidad de determinadas extensiones y restricciones puede ocasionar que pasen desapercibidas incluso para los especialistas. Por otra parte, estos neologismos implican una leve diferencia semántica y el posible recurso a una unidad léxica con sentido próximo y de uso más genérico es plausible, por lo que pueden ser desestimados por parte de lexicógrafos. Por cualquiera de las razones aducidas, el hecho es que el empleo de técnico con el nuevo sentido mencionado no se documentó en el DRAE (2014), ni tampoco en el DEA (1999), cuando la consulta del CREA escrito nos muestra que se empleaba al menos desde 1975, tanto en España como en América Latina:
- Para Gallón Cañas, técnico antioqueño al servicio del club tachirense, «esta versión de la Vuelta al Táchira será de las más difíciles que se hayan disputado, por la calidad de los participantes tanto venezolanos como extranjeros». [El Tiempo (Colombia), 14/1/1975]
- Destaca la presencia con los mayores del junior Fernando Romay y el propio técnico lo explica: «Es un hombre seleccionable para un futuro más o menos inmediato y he querido tenerlo a mi lado para estar al tanto de su evolución». [El País (España), 4/08/1977].
En los medios orales también se atestigua su empleo en el CREA oral. El VOXUSO (2003) y el DUE (2008, versión electrónica 3.0), sí registran este nuevo vocablo; precisamente en el diccionario Neologismos del español actual (2013) de María Moliner ya no se recoge como neologismo por considerarlo normalizado y estar incluido en su diccionario de uso. También está documentado en diccionarios de neologismos anteriores al Moliner, como en el Diccionario de neologismos de la lengua española (1998) de Larousse, en el que se dan como sinónimos entrenador y míster, y en el Nuevo diccionario de voces de uso actual (2004), de Alvar Ezquerra, que presenta ejemplos de su uso desde 1989:
- En teoría son buenos los técnicos argentinos. El problema está en la práctica. Le ocurrió a Menotti en el Atlético con lo del «achique espacios». [ABC (España), 3/8/1989]
No hemos detectado en la prensa el uso de la forma femenina para referirse a una entrenadora deportiva. Ello quizás se debe a la posible confusión con el empleo de técnica con el sentido de ‘Conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte’ (definición del DRAE23), lo que crearía ambigüedad. Cuando se trata de una mujer, en todo caso se emplea directora técnica, como podemos comprobar en las siguientes noticias distribuidas en prensa digital de difusión internacional:
- La flamante directora técnica también tendría buen ojo para el talento futbolístico: entre 2008 y 2011 el club escocés Celtic la contrató para reclutar nuevos talentos. [http://www.bbc.com/mundo, 08/05/2014]
- La directora técnica de la Selección femenina de fútbol de Estados Unidos fue galardonada en la Gala del Balón de Oro como la mejor. [http://www.goal.com/es, 11/01/2016].
Los datos expuestos corroboran que el neologismo semántico técnico está plenamente consolidado en la lengua y que ha perdido su carácter neológico, pues se registra desde hace más de 40 años en los diversos territorios de habla hispánica. Por tanto, la exclusión de esta acepción en la última edición del DRAE (2014) debería ser rectificada, por más que, como es propio de los diccionarios normativos, retarde el ingreso de voces y acepciones nuevas.
Carmen Sánchez Manzanares
NEOROC, Observatorio de Neología
Universidad de Murcia (España)