La formación de la palabra vigorexia en español ha sido influida por la palabra inglesa bigorexia. La forma inglesa —registrada en el Oxford English Dictionary, en el Cambridge Dictionary y en el Merriam-Webster— copia la estructura de anorexia (del griego, an-, que significa ‘sin’, y orexis, ‘apetito’), pero incorpora el adjetivo big para dar cuenta del deseo de ganar una mayor masa muscular. En español, se buscó naturalizar la formación incorporando la palabra vigor. Se observa así un fenómeno de haplología, es decir, de omisión de fonemas, porque la forma debería ser vigororexia. Diccionarios de otras lenguas romances, como el Dizionario Garzanti y el Zingarelli, del italiano, y el Dicionário Priberam da Lingua Portuguesa presentan formas paralelas (vigoressia, con la variante bigoressia, y vigorexia, respectivamente). Por otra parte, el formante –orexia se observa en otras unidades neológicas que, al igual que vigorexia, denotan trastornos de índole física y psicológica. Así, en la base de datos del Observatorio de Neologia de la Universitad Pompeu Fabra (OBNEO) se registran las voces tanorexia (‘adicción a exponerse al sol’), ortorexia (‘obsesión por la comida sana’) y ebriorexia (‘trastorno alimentario vinculado al alcohol’). De hecho, vigorexia suele coocurrir con otras unidades formadas también a partir de –orexia.

Fotografía de unas pesas y unas zapatillas de deporte, con otros objetos para realizar ejercicio
Pixabay
  • Los casos de anorexia y bulimia son menos de la mitad de los TCA (trastornos de conducta alimentaria): aumentan los trastornos con síntomas de uno y otro, los atracones, el comer durante la noche y la obsesión por el músculo (vigorexia) y comer sano (ortorexia). [La Vanguardia (España), 2/06/2006]

Vigorexia es definida por el NEOMM como un ‘trastorno caracterizado por la obsesión patológica por desarrollar los músculos’. Si bien no se encuentra recogida por el DRAE23 ni por VOXUSO, diversos diccionarios del español ya la incorporan: además de figurar en el NEOMM, se registra en Alvar2, Clave y DEA. Las personas que padecen este trastorno —mayormente hombres— se caracterizan por sufrir problemas de autoestima que les llevan a tener una imagen distorsionada de su propio cuerpo, se perciben a sí mismos como seres débiles. Con el objetivo de aumentar la masa muscular, realizan una cantidad excesiva de entrenamiento físico; en particular, levantan pesas y llevan una dieta baja en grasas y alta en proteínas, que a veces combinan con el consumo de anabolizantes y hormonas. Continúan entrenándose a pesar del desgaste físico y de los severos dolores musculares que llegan a experimentar. Además, el trastorno conduce al aislamiento social. Como tratamiento, se sugiere la atención psicológica así como el seguimiento médico y nutricional.

Existen denominaciones alternativas para este trastorno, como anorexia inversa (dado que quien padece anorexia se percibe obeso y el que padece vigorexia se percibedébil), dismorfia muscular (término de la medicina) y complejo de Adonis o complejo de Hércules. Sin embargo, la palabra vigorexia se ha afianzado en el habla común y es la más frecuente en las distintas variedades de español.

  • “Igual que un asiduo al gimnasio con vigorexia no cree que su cuerpo haya alcanzado el grado de musculación adecuado, o aquellos con anorexia que se creen gordos a pesar de que el espejo les refleja delgados, el adicto al moreno tiene una imagen totalmente distorsionada de sí”, explica González. [Noticias de Álava (España), 2/06/2010]

En el Observatori se registra también el neologismo vigoréxico vigoréxica, que se define como ‘persona que padece vigorexia’, también recogido en Alvar2.

  • En general, los vigoréxicos se miran mucho en el espejo sin sentirse satisfechos con su apariencia, se pesan varias veces al día, recurren al gimnasio más tiempo de lo adecuado para desarrollar más masa muscular y tienen una baja capacidad aeróbica. [El Mercurio (Chile), 17/03/2013]

El aumento de este trastorno y otros similares en la población suele asociarse a las distorsiones que caracterizan a las imágenes difundidas en la sociedad actual. A diferencia de lo que sucedía en épocas anteriores, cuando los medios de comunicación popularizaban imágenes de lo que se consideraba el estándar de belleza de una época, en la actualidad se difunden y proponen modelos de belleza que son por definición inalcanzables, dado que las imágenes se encuentran intervenidas digitalmente. Nos rodean publicidades que muestran personas que no son reales y el modelo propuesto no es difícil, sino directamente imposible de alcanzar. Por otra parte, se suman las intervenciones quirúrgicas y las demandas de constante energía y vitalidad. Los contextos dan cuenta de esta asociación, así como del cambio operado en los medios de comunicación:

  • “En las redes hay gente desesperada o desencantada con el sistema de salud y por eso buscan por fuera de él y, lamentablemente, en ese ámbito las redes proponen opciones brindadas por muchos influencers que son personas con problemas personales de salud, como ortorexia, ex obesos, vigorexia, etc., que aconsejan desde su experiencia patológica”, analizó Katz, para quien “someter constantemente a la gente a imágenes ultra delgadas, perfectas y marcadas lleva a que la vara con la que se mida no coincida con la imagen real”. [Infobae (Argentina), 6/02/2018]
  • Si comparamos hoy en día las imágenes de los héroes de cine, tienen el triple de músculos que los que tenían en los años 50, la vigorexia es un problema no tratado. [Radio 5 (España), 6/02/2018]

La entrada al diccionario de voces como vigorexia contribuiría a que las sociedades cobrasen una mayor conciencia de la importancia de estos trastornos. De ahí que sugiramos su diccionarización, así como la de la inclusión del tema culto –orexia, ausente de los diccionarios analizados, pero que goza de relativa productividad en la creación de neología.

Marina Berri
CONICET
Universidad de Buenos Aires
Universidad Nacional de General Sarmiento (Argentina)

vigorexia f.

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