Hay palabras que se instalan en nuestra memoria más íntima y reaparecen con las alforjas cargadas de sensaciones de lo vivido y un inevitable lastre de nostalgia. García Márquez abogaba por un diccionario que intentara atrapar la dimensión subjetiva de los vocablos, algo que solo pueden entender, decía el novelista colombiano, los niños de corta edad y los escritores hasta los cien años. Los que no pertenecemos a ninguno de estos colectivos también veríamos con buenos ojos la utopía de compilar las piezas léxicas connotativas. Pero las vivencias son muchas, distintas y distantes, y si buscamos lo genérico dentro de lo particular, solo podríamos encontrar algunos denominadores comunes atendiendo a las diferentes generaciones que compartieron experiencias que unen, en una suerte de guiños culturales que nos retrotraen y nos recuerdan que algunos ya no somos tan jóvenes. Esto sucede con aftersun, la crema usada después de tomar el sol.