La palabra narcopiso pertenece de una familia de vocablos derivados del acortamiento de narcotraficante. Como señala la Fundéu, narco forma parte del diccionario académico, por lo que puede considerarse un término asentado en la lengua. El propio diccionario académico recoge otras palabras formadas con este mismo procedimiento como narcoavioneta, narcodinero, narcodólar, narcoguerrilla, narcoguerrillera, narcoguerrillero, narcoterrorismo, narcoterrorista y narcopolítica. Muchas de estas palabras tienen su origen en aquellos países del ámbito hispánico donde se desarrolla con más intensidad la producción y el tráfico de drogas. Así, en las entradas correspondientes a narcoavioneta y narcopolítica se incluyen marca de procedencia de Bolivia, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua o Perú. El resto, sin marca, se ha ido creando e introduciendo en el vocabulario a partir de los años noventa, fundamentalmente a través de la prensa.