La COVID-19, causada por el SARS-CoV-2, nos ha pillado por sorpresa, tanto en el ámbito sanitario como en el lingüístico, y por ello hemos tenido que actualizar nuestro vocabulario de acuerdo con las nuevas necesidades creadas por la enfermedad. Algunos ejemplos, como hacerse una PCR o un test de antígenos, utilizar mascarillas FFP2 o pantallas faciales, ansiar la inmunidad de rebaño o aludir a los fómites, las vacunas con RNA mensajero o al uso de EPI son tan solo una pequeña muestra de ello.