Hoy, todos los ordenadores y dispositivos móviles cuentan entre sus ajustes con un apartado llamado «accesibilidad». Allí se nos ofrecen opciones para usar las aplicaciones informáticas de acuerdo con nuestras preferencias de tamaño de la fuente, contraste del color, consulta de texto alternativo en las imágenes que aparezcan en la pantalla, etcétera.
El sustantivo femenino accesibilidad está recogido en el DRAE, el cual lo define escuetamente: «cualidad de lo accesible». Se le otorga, así, el tratamiento lexicográfico prototípico de los sustantivos derivados de adjetivos; en este caso, accesible. Como explicaremos a continuación, sin embargo, esta única acepción silencia un amplio uso actual de la palabra que cobra una gran relevancia desde el punto de vista social. Si acudimos al adjetivo accesible en busca de más información sobre la semántica de la voz que aquí nos ocupa, encontramos las acepciones siguientes: (1) Que tiene acceso; (2) De fácil acceso o trato; (3) De fácil comprensión, inteligible. Aquí, en efecto, las acepciones (2) y (3) comienzan a acercarnos al uso de accesibilidad al que nos referíamos más arriba, aunque de forma poco específica. Si bien el DRAE es un diccionario monolingüe general, el hecho de que la accesibilidad esté vinculada a un derecho fundamental de todos los ciudadanos como es la participación en todos los ámbitos de la sociedad nos invita a proponer una segunda acepción para la voz sustantiva, y tal vez una subacepción o una cuarta acepción para el adjetivo accesible, como justificamos en adelante. Esta última ha sido la opción tomada por el diccionario Macmillan para la voz accesible en lengua inglesa.
Siguiendo la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, la accesibilidad es la condición, la cualidad o el principio del diseño del entorno y de la organización social que permite que toda persona pueda participar en todos los aspectos de la vida y llevar a cabo un proyecto vital de forma independiente. Así, pues, se vincula directamente al diseño universal de productos que puedan utilizar todas las personas sin importar sus capacidades físicas, sensoriales o cognitivas. La prensa nos deja ejemplos del uso de la palabra con este sentido en español, algunos de los cuales datan de hace más de dos décadas:
- Los autobuses de piso bajo se van imponiendo en el servicio de transportes municipal debido a que aseguran a los pasajeros una accesibilidad muy superior a la de los autobuses convencionales, especialmente en los casos de niños, personas de edad avanzada y, como es lógico, de los discapacitados. [El Mundo (España), 15/05/1995]
- «La accesibilidad Web es la posibilidad efectiva de que el mayor número de personas puedan acceder de manera satisfactoria a la Web y hacer uso de sus contenidos, independientemente de cualquier limitación personal o derivada del entorno, es decir, en igualdad de condiciones y oportunidades con el conjunto de la sociedad», subraya el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo). [Clarín (Argentina), 12/05/2013]
- A la hora de elegir aplicaciones que nos sean de utilidad a las personas con discapacidad visual, el criterio más importante que buscamos, por sobre cualquier otro, es la accesibilidad. Y es que, no importa si es el juego más famoso del mundo, o la aplicación de mensajería con las mejores características, si realmente no podemos utilizarla. [La Izquierda Diario (España), 27/03/2019]
- «El compromiso del Gobierno peruano, a través del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, es dar la normatividad adecuada para que tengamos un mundo en donde exista igualdad en materia de accesibilidad, donde todas las personas podamos desarrollarnos de manera igualitaria, con acceso a servicios públicos y edificaciones de manera segura, cómoda y, sobre todo, velando porque el derecho a la accesibilidad se cumpla», señaló el ministro. [Perú21 (Perú), 14/05/2019]
Desde los años ochenta, aunque muy especialmente a partir de los noventa, se ha venido legislando internacionalmente en materia de accesibilidad. Si bien algunos documentos legislativos iniciales se referían a la accesibilidad como una «característica», últimamente ha pasado a considerarse una «condición» crucial en la garantía de la participación de todas las personas en la sociedad. La idea de que la accesibilidad es una condición refuerza la obligatoriedad de este principio, en contraste con la noción de accesibilidad como característica, que hace alusión a un conjunto de rasgos de forma no tan prescriptiva como descriptiva. Proponemos, por lo tanto, que el DRAE se sume a la tendencia de concienciación sobre la necesidad de accesibilidad e incluya una nueva acepción para la voz que dé cuenta de su importancia, tal como se ha hecho anteriormente con otras palabras que, en distintos contextos, pueden cobrar un valor más general o más específico: un ejemplo de ello es el sustantivo femenino libertad, también derivado de adjetivo (libre), el cual cuenta con hasta 12 definiciones en el diccionario académico, ninguna de ellas consistente en una escueta remisión al adjetivo libre. Invitamos igualmente a grupos editoriales encargados de otras obras lexicográficas en español a prestar atención a esta palabra, cuyo nuevo significado no aparece todavía recogido en Alvar1, Alvar2, Clave ni VOXUSO; tampoco en el Diccionario de Uso del Español de María Moliner (4.ª ed.) ni el Diccionario de neologismos del español actual – NEOMA.
Blanca Arias Badia
TransMedia Catalonia; InfoLex
Universitat Autònoma de Barcelona; Universitat Pompeu Fabra (España)