Seguro que más de uno ha tenido esa sensación de mareo y vértigo viajando en algún medio de transporte, ya sea coche, barco, tren o avión. Por suerte, podemos aliviar estos síntomas que padecemos mientras viajamos con un medicamento muy eficaz: la biodramina. Sin embargo, lo que no saben muchos es la historia que se esconde detrás de este fármaco.
Debemos retroceder hasta la Segunda Guerra Mundial, en concreto, a la batalla de Normandía, una operación militar lanzada en junio de 1944 por los aliados, con los ejércitos británico y estadounidense a la cabeza. Durante los preparativos para el desembarco, en el que se pretendía que los soldados cumplieran su misión sin pasmarse, tambalearse ni pestañear, los combatientes se dedicaron a inventar un medicamento parecido a la biodramina. Tenían claro que cualquiera que pudiera sufrir algún contratiempo —mareos, náuseas, vómitos, dolores de cabeza, etc.— se convertiría al instante en presa fácil para los enemigos.
En el libro Memòries del doctor Biodramina (2011) del facultativo catalán Joan Uriach, se rememora el origen de la biodramina. Además, Uriach explica que, cuando supo de la existencia de un principio activo —el dimenhidrinato— que se facilitaba a los soldados que iban a combatir en Normandía para evitar que se marearan, viajó a Estados Unidos para buscarlo y traerlo a España. En 1952 la compañía farmacéutica Grupo Uriach, con sede en Palau-solità i Plegamans, en Barcelona, comercializó dicho producto bajo el nombre de Biodramina®. Pero no fue hasta la década de los sesenta cuando se convirtió en un fármaco estrella. Durante aquellos años el país experimentó un importante crecimiento económico y muchas familias se decidieron a comprarse un Seat 600 y lanzarse a la carretera. Así pues, la popularización y comercialización de los coches como medio de transporte habitual, el inicio del turismo de interior y, por qué no decirlo, el mal estado que presentaban las carreteras por aquel entonces hicieron que la biodramina tuviera una fuerte demanda. Tal y como recuerda el doctor en sus memorias, «las carreteras eran una porquería, un desastre total. Estaban llenas de curvas. Los vehículos tampoco estaban preparados. Viajar en coche era, a menudo, un pequeño calvario».
Como ya se ha mencionado más arriba, el principio activo de la biodramina es el dimenhidrinato, un medicamento de reconocida eficacia en la prevención y el tratamiento del mareo, vértigo, náuseas y vómitos, causados por el movimiento —en el lenguaje médico conocido como cinetosis— de los medios de transporte. Tomando solo una dosis de entre 50 y 100 mg, el efecto de la biodramina se presenta a los pocos minutos de su administración y se prolonga durante varias horas, entre tres y seis.
Aunque el sustantivo sea una marca registrada que el uso ha convertido en nombre común, el proceso de formación de la palabra biodramina es un poco complejo, ya que es el resultado de tres elementos distintos: el primero es el formante prefijado del griego bio- ‘vida’ —que a su vez se encuentra en el nombre de la empresa Biohorm, también de Uriach—; el segundo corresponde al grupo consonántico dr que procede de dimenhidrinato, y el tercero está compuesto por el término amina «sustancia derivada del amoniaco por sustitución de uno o dos átomos de hidrógeno por radicales alifáticos o aromáticos», presente en otras entradas del diccionario como dopamina, anfetamina, vitamina, histamina o melamina.
En carteles publicitarios de hace seis décadas, la palabra biodramina ya aparecía en eslóganes de la empresa Biohorm como «Mareo en los viajes? [sic] Biodramina le asegura un feliz desplazamiento», «Viajar, sin mareos, es un placer. Biodramina. Tratamiento moderno y eficaz del mareo» y «¡Disfrute del viaje! Biodramina evita el mareo y proporciona bienestar». En su base de datos, el Observatori de Neologia recoge sus primeras ocurrencias a partir del siglo XXI:
- Habrá quien recuerde que el género humano, poco preparado para circular en automóviles y aviones, recurría a la biodramina u otras drogas adecuadas para evitar el mareo. [El País (España), 15/6/2006]
- Y después están los antihistamínicos, como la biodramina. Son comúnmente utilizados para tratar alergias, pero pueden ayudar a controlar la náusea y el vómito. [El Comercio (Perú), 27/2/2017]
- Quince minutos después de salir del puerto, el barco empezó a ir de un lado para otro. Yo ya había tomado biodramina, pero mucha gente no. [El Periódico (España), 27/8/2019]
En algunos casos, el proceso de resemantización todavía no ha cristalizado, por lo que podemos encontrar en la prensa el nombre comercial escrito en mayúsculas:
- Hay medicamentos que ayudan a evitar estos malestares como la Biodramina y el Dramamine. Antes de ingerirlos, consulta a tu médico. [Reforma (México), 18/10/2015]
- Segarra ha explicado que han caído las ventas de productos estrella como la Biodramina a causa de la parálisis de la movilidad si bien han crecido otros segmentos, como los productos para conciliar el sueño como Aquilea. [La Vanguardia (España), 23/3/2021]
Lo cierto es que estas pastillas contra el mareo, líderes en venta desde el momento en el que aparecieron en el mercado farmacéutico, nos han cambiado la vida y siguen siendo una solución para millones de pasajeros. Por eso parece curioso que, pese al largo viaje que ha hecho la biodramina hasta nuestros días, no se encuentre en ninguno de los diccionarios de referencia del español —tampoco en los de francés, italiano, catalán, inglés o alemán—. Y sorprende aún más si tenemos en cuenta que el Diccionario de la lengua española incluye otros medicamentos como el ibuprofeno, el paracetamol, la cortisona, la terramicina o la aspirina, estos dos últimos procedentes también de marcas registradas. Así pues, nuestra compañera inefable de viaje tiene recorrido para rato hasta llegar a las puertas del diccionario.
Martí Freixas Cardona
Observatori de Neologia
Universitat Pompeu Fabra (España)