limbo m.

limbo <em>m.</em>

En 2007 la prensa advertía que uno de los lugares más importantes en el más allá católico había sido eliminado por la misma Iglesia. Entonces, el limbo, este lugar en el que según la doctrina y en palabras del DLE «[…] irían las almas de aquellos que no han sido bautizados antes de tener uso de razón», fue suprimido porque, según la Comisión Teológica Internacional, refleja una visión excesivamente restrictiva de la salvación. Si bien hace más de diez años que ya no existe el limbo católico, la palabra limbo ha permanecido, escabulléndose del ámbito divino para hacerse un hueco en otros contextos comunicativos. En la actualidad, el DLE recoge tanto las acepciones religiosas —aunque hoy obsoletas— como las relacionadas con la astronomía («contorno aparente de un astro»), la botánica («la lámina o parte ensanchada de las hojas típicas») y la popular expresión idiomática estar en el limbo, es decir, «sin enterarse de lo que ocurre». Estas son también las acepciones que recogen el Diccionario de uso del español de América y España y el Diccionario Clave.

doméstico, doméstica adj.

doméstico, doméstica <em>adj.</em>

Del latín domestĭcus, de domus ‘casa’. Cuando encontramos el adjetivo doméstico, doméstica inmediatamente nos remite a lo que tiene que ver con la casa, sus habitantes (humanos o animales), la familia y todo lo que pasa en ese entorno de intimidad. Es una voz de uso cotidiano; de hecho, el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) la recoge con una frecuencia media-alta, por lo que, en primera instancia no se percibe como un neologismo.

explorador m.

explorador <em>m.</em>

En 1995, Microsoft lanzó su navegador web Internet Explorer (el cual, antes de popularizarse con este nombre, fue presentado como Microsoft Internet Explorer y Windows Internet Explorer). Fue el navegador más usado a principios de los 2000 y perdió usuarios a partir del 2004, con la aparición de navegadores alternativos, como Mozilla Firefox o Google Chrome. Aunque se trata de una aplicación ya obsoleta, en este artículo veremos que ha dejado huella en el repertorio léxico de la lengua española.

exoesqueleto m.

exoesqueleto <em>m.</em>

Los avances científicos y técnicos favorecen el progreso de la sociedad y ayudan a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Ahora bien, en algunos casos el desarrollo también comporta determinados riesgos y desafíos para los seres vivos. Por este motivo, algunos inventos constituyen un arma de doble filo, como bien constató Alfred Nobel, el químico e ingeniero sueco que inventó la dinamita en 1866 a raíz de descubrir que al combinar nitroglicerina con diatomita se podía crear un explosivo estable. La dinamita supuso un avance en el ámbito industrial y minero: para construir carreteras o excavar montañas, entre otras aplicaciones en demoliciones y obras. No obstante, este potente explosivo también se usó con objetivos militares, de forma que desde entonces ha provocado numerosas pérdidas, destrucción y sufrimiento alrededor del mundo.

némesis f.

némesis <em>f.</em>

El vocablo español némesis es en su origen una transcripción del término griego antiguo νέμεσις. Este tiene una historia compleja y su significado no siempre es fácil de comprender, si se desliga de su contexto cultural originario. Según el Greek English Lexicon de Clarendon Press, parece que su significado básico es algo así como «reparto de lo que se debe en cada caso». El Dictionnaire étymologique de la langue grecque de Klinsieck lo entiende más bien como «asignación por parte de la autoridad legal». Pero su significado se especializa en época muy temprana y adopta un conjunto de acepciones que podemos situar dentro del campo semántico de las creencias religiosas.

gótico, gótica adj. y m. y f.

gótico, gótica <em>adj.</em> y <em>m.</em> y <em>f.</em>

A finales de la década de 1970 comienza a emplearse en Inglaterra el término gothic rock (rock gótico) para definir un género musical emergente, que acabará formando parte de un movimiento mayor: la subcultura gótica. Gran parte del éxito de la acuñación del término y la formación del ideario del colectivo se debe a un pub londinense situado en el barrio del Soho, The Batcave Club, donde, a principios de los 80, se congregaban grupos de jóvenes con vestimenta oscura, rostros pálidos, y labios, ojos y uñas pintados de negro que cantaban al unísono canciones de The Cure. Es aquí donde se difunde el rock gótico y se gesta la subcultura gótica formada por sus seguidores, los góticos.

termómetro m.

termómetro <em>m.</em>

La voz termómetro lleva fijada en la morfología su significado recto. Se trata de un compuesto culto formado a partir de los formantes termo- «temperatura» y -metro, que se emplea para formar términos con que se designan aparatos para medir, como barómetro, podómetro o higrómetro. En su origen, sin embargo, no es una palabra de nueva creación en español, sino que se trata de un préstamo del francés, que se incorpora a la lengua con la introducción de este nuevo aparato a mediados del siglo xvii.

aftersun m.

aftersun <em>m.</em>

Hay palabras que se instalan en nuestra memoria más íntima y reaparecen con las alforjas cargadas de sensaciones de lo vivido y un inevitable lastre de nostalgia. García Márquez abogaba por un diccionario que intentara atrapar la dimensión subjetiva de los vocablos, algo que solo pueden entender, decía el novelista colombiano, los niños de corta edad y los escritores hasta los cien años. Los que no pertenecemos a ninguno de estos colectivos también veríamos con buenos ojos la utopía de compilar las piezas léxicas connotativas. Pero las vivencias son muchas, distintas y distantes, y si buscamos lo genérico dentro de lo particular, solo podríamos encontrar algunos denominadores comunes atendiendo a las diferentes generaciones que compartieron experiencias que unen, en una suerte de guiños culturales que nos retrotraen y nos recuerdan que algunos ya no somos tan jóvenes. Esto sucede con aftersun, la crema usada después de tomar el sol.

fitipaldi m. y f. y adj.

fitipaldi <em>m.</em> y <em>f.</em> y <em>adj.</em>

Emerson Fittipaldi es un expiloto de la Fórmula 1, en la que compitió durante la década de 1970. En aquellos años, el joven brasileño se subió a más de treinta podios, ganó catorce carreras y se coronó campeón mundial en dos ocasiones. Tal fue su éxito que su manera de conducir, juzgada como temeraria, traspasó las fronteras del mundo deportivo y se introdujo en la lengua de los españoles, que adoptamos su apellido para referirnos a aquellos conductores veloces y, a menudo, imprudentes.