Desde el punto de vista morfológico, microplástico se compone del prefijo micro- (en su acepción de ‘muy pequeño’) y del nombre plástico, lo que nos lleva a obtener un significado bastante intuitivo: plástico de poco tamaño —aquel que no supera los cinco milímetros, según apuntan los expertos—. Sin embargo, si buscamos este nombre en el DLE, comprobamos que el diccionario de la Academia no recopila todavía microplástico entre sus entradas, pese a registrar otras como microbús, microcrédito, microchip o microficha, en las que el elemento derivativo micro- se ha fijado a las respectivas palabras ya formadas (bus, crédito, chip o ficha). De hecho, la Fundéu, en 2018, en su elección de microplástico como palabra del año, ya denunciaba su ausencia en los repertorios lexicográficos del español.
poliamor m.
Cada vez es más frecuente encontrarnos con que el paradigma relacional de las generaciones más jóvenes, en algunas ocasiones, rompe con el prototipo de relación judeocristiana tradicional y con el imaginario monógamo, trayendo consigo nuevas realidades que vienen acompañadas de diferentes nomenclaturas: relación abierta, anarquía relacional, relación arromántica, polisexual o poliamorosa, entre otras. Uno de los paradigmas más extendidos es el de las relaciones poliamorosas o el de las personas que practican el poliamor.
antiminero, antiminera m. y f. y adj.
Este adjetivo —usado también como sustantivo— no se registra en ninguno de los diccionarios básicos que se han consultado. Tampoco el sustantivo antiminería. Es posible que su ausencia en las obras lexicográficas se deba a que estamos ante un término cuyas primeras documentaciones son relativamente recientes. Comienza a aparecer, en medios de comunicación hispanoamericanos, a partir de la década del 2000.
semipresencial adj.
Que la situación actual de pandemia ha supuesto convertir en virtuales —o, mejor expresado para este blog de neología, «virtualizar»— muchas de nuestras actividades cotidianas no es, a estas alturas, ningún secreto. Cuando dicha virtualización no se lleva a cabo de forma total, sino parcial, hablamos a menudo de actividades «semipresenciales», el adjetivo que aquí nos ocupa. Hasta hoy, este neologismo no aparece recogido ni en el diccionario normativo ni en otros de uso, como Alvar2, Clave, DEA o VOXUSO. Su traducción literal a otras lenguas románicas tampoco se recoge en diccionarios como Le Robert, el Gran diccionari de la lengua catalana o Lo Zingarelli.
hiperconectividad f.
Las lenguas cambian y evolucionan, adaptándose a los factores históricos, económicos, tecnológicos o culturales, entre otros, que influyen en una sociedad. Estos cambios son especialmente apreciables en el léxico, el cual es más sensible y permeable a la variación que la morfología o la sintaxis, y puede experimentar, en poco tiempo, transformaciones que impliquen tanto la pérdida de palabras que designan realidades que han cambiado o desaparecido como la adopción de nuevos vocablos, acepciones o giros —neologismos— que son necesarios para describir y aprehender conceptos nuevos. Un ejemplo de esto es el neologismo hiperconectividad, que será objeto de estudio y descripción en este artículo.
desescalar v. tr.
La crisis del coronavirus ha traído también cambios en el uso de la lengua, como reflejo del impacto social. Palabras como epidemia, asintomático, hidroalcohólico, PCR, confinamiento, cuarentena y desescalar, entre otras, han irrumpido con fuerza en los medios de comunicación y en nuestras vidas.
microteatro m.
El neologismo microteatro es sin duda una palabra transparente tanto en su significado como en su forma. Se trata de un sustantivo masculino derivado (de micro– y teatro), creado mediante prefijación, recurso muy habitual para la creación de neologismos, y que literalmente lleva al significado de ‘teatro (en formato) pequeño’.
epigenoma m.
En el año 2003 se completa la secuencia del genoma humano. La palabra epigenoma ya nos era, en cierta medida, familiar, y la prueba es que genoma está ya desde 1984 en el diccionario académico, como ‘conjunto de los cromosomas de una célula’, si bien se acompaña de una marcación técnica (Biol.) que nos da pistas de su carácter terminológico. A principios de los años 2000, genoma es una voz con enorme presencia en los medios de comunicación, y creemos, en ese momento, que el mapa de nuestra existencia se despliega por fin, sin incógnitas, ante nuestros ojos, pero no es así. Resulta que el genoma no puede explicar completamente cómo funcionan nuestras células, su comportamiento, sus trastornos, o las modificaciones que sufren por factores externos. La nueva cartografía de nuestra especie se llama epigenética, la cual se ocupa de estudiar los factores genéticos que son afectados por el entorno, en lugar de por la herencia, y la escala de estos nuevos mapas nos la da el epigenoma, un conjunto de compuestos químicos y proteínas que, si bien no cambia la secuencia de nuestro ADN, sí puede marcarlo de manera que se altere el modo en el que las células usan las instrucciones del ADN. Esto, como se explica en los primeros testimonios del uso del término, es además un descubrimiento esencial para la medicina, y en particular, para la investigación sobre el cáncer:
superbacteria f.
La palabra partitocracia es en español un préstamo del italiano. Según Eugenio Capozzi, profesor de historia contemporánea de la Universidad Suor Orsola Benincasa de Nápoles, la palabra partitocrazia fue utilizada por primera vez por Roberto Lucifero en 1944 en un debate público, recogido en su obra Introduzione alla libertà (La legge elettorale) (1944). Además del economista y político napolitano Arturo Labriola, quien empleó dicha palabra en varias ocasiones en distintos artículos periodísticos de 1946, importa destacar el uso que de ella hizo el filósofo Benedetto Croce, que, en una carta a Alessandro Casati datada el 7 de junio de 1948, afirmaba: «la partitocrazia e l’origine dalle assemblee dalla proporzionale continuano a dare i loro frutti insidiando e corrompendo la libera vita parlamentare» (E. Capozzi, Partitocrazia. Il «regime» italiano e i suoi critici, Nápoles, Guida, 2009, pp. 43-44).
parapolítica f.
Según el Diccionario de la lengua española, la base compositiva para– proviene del griego παρα- y significa ‘junto a’, ‘semejante a’, ‘al margen o en contra de’. En cuanto a política, el diccionario de la Real Academia Española indica que proviene del latín politĭcus, que a su vez proviene del griego πολιτικός/πολιτική (politikós/politiké). Dicho lema cuenta con 12 acepciones diferentes y en este caso se trata de la acepción que la define como ‘arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados’.