La palabra narcopiso pertenece de una familia de vocablos derivados del acortamiento de narcotraficante. Como señala la Fundéu, narco forma parte del diccionario académico, por lo que puede considerarse un término asentado en la lengua. El propio diccionario académico recoge otras palabras formadas con este mismo procedimiento como narcoavioneta, narcodinero, narcodólar, narcoguerrilla, narcoguerrillera, narcoguerrillero, narcoterrorismo, narcoterrorista y narcopolítica. Muchas de estas palabras tienen su origen en aquellos países del ámbito hispánico donde se desarrolla con más intensidad la producción y el tráfico de drogas. Así, en las entradas correspondientes a narcoavioneta y narcopolítica se incluyen marca de procedencia de Bolivia, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua o Perú. El resto, sin marca, se ha ido creando e introduciendo en el vocabulario a partir de los años noventa, fundamentalmente a través de la prensa.

[fotografía] dos drogadictos en un lugar subterráneo decorado profusamente con grafitos

Mart Production (Pexels)

La obra lexicográfica que contiene un mayor número de derivados es el Nuevo diccionario de voces de uso actual, de Manuel Alvar Ezquerra. En él, además de las nombradas, se incluyen narcoasesino, narcobienestar, narcocorrupción, narcodemocracia, narcodictadura, narcodivisa, narcoescándalo, narcofinanciación, narcogolpe, narcopoder, narcoproyecto, narcoturista y narcoviolencia. El DEA y el Diccionario de uso del español de España y América, por su parte, apenas recogen algunas entradas del diccionario académico.

En la prensa del año 2000 encontramos las primeras ocurrencias de narcosala¸ un derivado con connotaciones positivas incluido en el DRAE de 2001, que hace referencia a la «dependencia sanitaria de uso público donde los toxicómanos pueden inyectarse droga en condiciones higiénicas adecuadas». Está recogido también en la edición del DUE de 2007 y en Clave. Este último incluye un derivado más, narcogobierno.

El caso de narcopiso es algo distinto al del resto de la familia léxica. En primer lugar, se trata de una palabra que se origina y se usa en el español de España. Frente al resto del vocabulario que procede de los territorios de producción y gran distribución de la droga, narcopiso hace referencia al lugar donde tiene lugar el tráfico a pequeña escala, el menudeo. Define un inmueble que se utiliza para vender droga, especialmente heroína, y al que acuden los adictos para adquirir y, en muchas ocasiones, consumir, el producto.

Las primeras ocurrencias están vinculadas a la proliferación de estos inmuebles en el barrio barcelonés del Raval en el año 2017. Es entonces cuando la prensa empieza a hacerse eco de la impotencia de los vecinos ante este hecho que desestabiliza la vida del barrio. Así se muestra en los siguientes fragmentos:

  • Algunos vecinos y comerciantes de los alrededores sospechan que el hogar de Estel se convirtió de la noche a la mañana en otro narcopiso. Dicen que estos días muchas personas entran y salen de la finca de manera continua, que una de estas personas ya ocupó otras viviendas en el barrio que luego funcionaron como narcopisos. [La Vanguardia (España), 16/8/2017]
  • La plaga de narcopisos del Raval se extiende a viviendas municipales de protección oficial. [El Periódico (España), 16/8/2017]

Muy pronto, sin embargo, los narcopisos empezarán a prodigarse en otros lugares, como Madrid, y la prensa se hará eco de forma inmediata:

  • La Policía detuvo el viernes a tres Trinitarios en un narcopiso de Puente de Vallecas. Tiraban cubos con lejía a policías y vecinos que protestaban contra la proliferación de puntos de venta de estupefacientes. [La Razón (España), 19/10/2017]
  • La plaga de los narcopisos azota también el centro de Madrid. [El Periódico (España), 12/11/2017]

La segunda diferencia con las otras palabras derivadas es, como se puede observar, lo reciente de su aparición, pues no hay ocurrencias anteriores a 2017. Se trata de una palabra creada para nombrar un fenómeno concreto y reciente cuyo punto de inicio debió ser dicho año. La palabra, sin embargo, es seguro que estuvo en boca de los afectados con anterioridad a su aparición en prensa, pues en muchos de los reportajes y entrevistas son los vecinos los que hablan espontáneamente de los narcopisos. La naturaleza a la vez delictiva y dramática del hecho que se nombra hace que el concepto esté asociado a nombres, adjetivos y verbos relativos a acontecimientos policiales —detenido, desmantelamiento, dispositivo judicial, chantaje, delincuencia, etc.—, a actividades relacionadas con el tráfico y consumo de drogas y la violencia asociada —drogadicto, heroinómano, traficante, jeringuillas, cuchillo, machete, vigilante, etc.—, pero también a palabras negativas que describen la naturaleza de estos espacios y las consecuencias de la actividad que en ellos se desarrolla —dejadez, descontrol, feo, sucio, pavor, indignación, enfado, suciedad, miedo, inseguridad, etc.—.

Desde entonces, la palabra ha seguido usándose ininterrumpidamente y ha pasado a engrosar la familia léxica derivada de narco. Además, a partir de la visibilización del fenómeno que nombra, se han acuñado nuevos términos asociados como narcokupación, narcokupa, narcoturista, narcotour, este último, una iniciativa vecinal del barrio del Raval en Barcelona para llamar la atención de los medios de comunicación sobre el problema de los narcopisos.

Carmen Marimón Llorca
Grupo NeoUA-Proyecto METAPRES-COLING
Universidad de Alicante (España)

narcopiso m.

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