Debemos al político francés Camille Sée (1847-1919) la frase «Dicen que la historia se repite, pero lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan». Un siglo después, todo parece indicar que seguimos sin aprender y seguimos tropezando con piedras que aparecen de manera cíclica y que seguimos sin saber esquivar: solo durante el siglo xx hemos asistido a exterminaciones deliberadas y sistemáticas, como el genocidio armenio (1915-1923), al Holocausto judío (1933-1945), el genocidio camboyano (1975-1979), el genocidio de Ruanda (1994) o la masacre de Srebrenica (1995). Aunque el horror se repita, persiste.
En el artículo dedicado al sintagma memoria histórica, ya se observó que tomaba un significado con intención reivindicativa: la de no omitir o minimizar unos hechos injustos que se han silenciado por algún motivo. También sobre la base memoria se construye el neologismo lexicográfico formado por prefijación posmemoria, que, si bien a priori puede parecer una construcción extraña, puesto que el prefijo pos(t)- tiende a adjuntarse con adjetivos (posnatal, postraumático -ca, posmoderno), también se puede encontrar formando sustantivos (posguerra, posventa o la más reciente posverdad).
El término posmemoria fue acuñado en 1992 por Marianne Hirsch, catedrática de inglés y literatura comparada en la Universidad de Columbia (Estados Unidos), para aludir al proceso de elaboración de la memoria traumática del Holocausto por parte de las generaciones posteriores, principalmente la de los hijos de los supervivientes del genocidio judío, que se basa en los recuerdos de sus padres (fotografías, documentos, relatos, objetos). En definitiva, hace referencia a cómo la «generación de después» convive con el trauma personal y colectivo de sus predecesores, que transfieren su experiencia de un modo tan vívido y emotivo a los hijos que estos lo acaban sintiendo como si se tratara de recuerdos propios.
Este concepto, aunque no ha quedado exento de críticas, goza de una gran aceptación entre los expertos y ha demostrado ser de una gran eficacia para analizar y contabilizar casos de la relación que las generaciones posteriores o los testigos contemporáneos distantes mantienen con el trauma personal, colectivo y cultural de los demás, y hasta experiencias que ellos «recuerdan» o conocen solo por medio de historias, imágenes y comportamientos. Se comenzó a aplicar a guerras y dictaduras de la historia reciente como las de América del Sur en la segunda mitad del siglo pasado o la guerra civil española:
- La posmemoria se distingue de la memoria por una diferencia generacional y de la historia por una diferencia generacional y de la historia por una conexión personal. [Historia Crítica (Colombia), 1/1/2010]
- ¿Cuál es la relación de la posmemoria con el arte y la arquitectura (sobre todo, con los contramonumentos)? [Clarín (Argentina), 18/10/2016]
- Frente a la operación de incorporación que tiene la memoria histórica, la cual cancela la crítica, ofrece una lectura de algo llamado posmemoria y su dimensión estético-política: recupera el conflicto social sin reducirlo a su variante traumática, en una especie de conexión generacional. [La Jornada (México), 13/10/2019]
- El volumen intenta arrojar luz sobre las miles de historias del exilio desde novedosas y diversas perspectivas historiográficas como los «puntos de memoria», una intersección entre la memoria personal y el recuerdo cultural, el estudio del trabajo de la posmemoria en las familias de refugiados o el de la manera de transmisión de los valores políticos de una generación a otra. [La Vanguardia, 25/2/2022]
- Vivimos en tiempos de posmemoria, desprestigio del hecho real, fe en lo virtual y ausente, defenestraciones autobiográficas. Como si las autobiografías no fuesen representaciones de la precariedad y del miedo. [El País (España), 14/11/2022]
Mediante la posmemoria, pues, se pueden recuperar vivencias de la transmisión intergeneracional con el objetivo de superar el dolor a partir del recuerdo común para que devenga compartido: algunos aspectos clave que se tienen en cuenta son la necesidad de maduración del trauma heredado, la mediación y manipulación artística o la instrumentalización de las fotografías como medio de proyección emocional y de reconocimiento del pasado.
La palabra no se ha documentado todavía en ningún repertorio lexicográfico, ni del español ni de otras lenguas. Según la expresión de Primo Levi, por «deber de memoria» esta situación debería ser resarcida.
Elisenda Bernal
Observatori de Neologia
Universitat Pompeu Fabra (España)