Los cuidados y tratamientos cosméticos son tan antiguos como la propia preocupación por la belleza. No obstante, las redes sociales potencian, hoy más que nunca antes, la divulgación de las rutinas de mejora de la salud física y mental (los llamados autocuidados) para conseguir sentirnos sanos y gustarnos más. Parece que asistimos a una redimensión del concepto de belleza, donde lo bello se relaciona con lo terapéutico.
El neologismo que nos ocupa este martes ilustra ese vínculo. Se trata de la voz sérum (pl. sérums) o con su forma sin tilde, más infrecuente en español, serum. El sérum ‘suero’, especialmente usado para el rostro (aunque también encontramos sérum capilar o de pestañas) es un habitual de nuestro neceser personal, junto a cremas y otros bálsamos variados para el cuidado facial —o skincare routine, por emplear el muy popular anglicismo—. En su definición actual, se trata de un cosmético para la hidratación o revitalización corporal (específicamente del rostro), de disolución acuosa y textura ligera, con un alto concentrado de principios activos (así lo definen, por ejemplo, el Diccionario de neologismos del español actual, NEOMA o el diccionario en línea de neologismos Antenario). Es, en definitiva, un producto de belleza, pero muy vinculado al ámbito dermatológico, usado para prevenir el envejecimiento o como hidratante de las capas profundas de la piel. Se puede comprar en cualquier tienda de maquillaje y cosmética, pero igualmente en farmacias y parafarmacias. Asimismo, es habitual encontrar esta voz en textos divulgativos o publicitarios dedicados a temas de belleza y bienestar personal (revistas de moda, artículos de cosmética, blogs, etc.):
- Este es el sérum de vitamina C favorito de la reina Letizia: ilumina y difumina las arrugas. Si quieres tener una piel luminosa, retrasar el envejecimiento y eliminar las manchas al instante, tienes que probar el sérum de vitamina C que doña Letizia tiene como favorito. [El Español (España), 2/3/2023]
- Esta pequeña baya de color violeta intenso se extrae de la Patagonia andina, donde crece de manera silvestre, y se utiliza en productos como el sérum facial de luminosidad profunda, un shampoo, acondicionador y máscara capilar y un tónico facial. [La Nación (Argentina), 12/12/2022]
La voz se nos presenta en el español como un préstamo no adaptado del latín, es decir, un cultismo o latinismo que nos ha llegado sin adaptación morfológica o fonética, salvo la acentuación española (Fundéu recomienda que se escriba con tilde y sin usar cursiva). Aunque el cultismo es de uso frecuente en el español actual, lo cierto es que ya existía una palabra patrimonial española evolucionada de la voz latina: suero. Esta voz deriva del latín, aunque a través de una forma iberolatina o prerromana, emparentada con serum: serum/sorus* (variante ibérica) > suero. Sea como fuere, la base indoeuropea de la que deriva serum y luego suero, significa‘líquido, aguanoso’ (información etimológica tomada del Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico y del Diccionario de la lengua española). Este significado se extiende al ámbito de la salud, en los compuestos sintagmáticos españoles suero fisiológico o suero medicinal.
De modo que en el español contamos con el término patrimonial, suero, preferido para el producto medicinal (también para el suero sanguíneo o suero de la leche) y el préstamo no adaptado sérum para el bálsamo híbrido, cosmético-terapéutico. Por eso es frecuente encontrar el término acompañado de adjetivos que enfatizan sus propiedades (hidratante, revitalizante, antioxidante, etc.):
- Una vez eliminadas las impurezas de la piel, es vital utilizar un serum antiedad, puesto que numerosos estudios han demostrado que el proceso de envejecimiento empieza a los 25 años. A continuación, en función de la edad y del tipo de piel, se debe aplicar una hidratante o una nutritiva que aporte flexibilidad y luminosidad a la dermis. [CORPESXXI (México), 2012]
En muchas menos ocasiones hallamos el uso de la forma suero referido al producto de belleza, aunque es infrecuente y se localiza más en Hispanoamérica:
- En cosméticos, hay un suero formulado con péptidos de la bioingeniería, biotina y vitaminas B, que se aplica directamente en el nacimiento de las pestañas y se deja reposar durante toda la noche. [CORPES XXI (Honduras), 2021]
La introducción del neologismo sérum al vocabulario actual del español seguramente se haya producido por vía del inglés, como tantos otros términos del ámbito de la belleza y la salud facial. Otros neologismos actuales son: mousse, un tipo de limpiador, o booster, un bálsamo hidratante. Son productos de una composición y un uso muy similares a los del sérum, a veces indistinguibles para el consumidor medio inexperto.
En cuanto a su uso, nuestro neologismo ya tiene más de dos décadas desde su aparición estable en el idioma. Los primeros registros son de los años noventa —por ejemplo, la primera ocurrencia que registra el banco de neologismos BOBNEO es de 1997—. En estos primeros momentos es más frecuente encontrar referencias al sérum capilar, y más tarde al facial. Su frecuencia, con todo, se ha incrementado mucho en la última década y sigue en aumento. Pese a ello, no aparece en los diccionarios generales de referencia, como el Diccionario de la lengua española (DLE23) o el Diccionario panhispánico de dudas. Ocurre igual en otras lenguas próximas. Vemos que el término aparece en el Gran diccionari de la lengua catalana, pero solo en su acepción terapéutica y no referido al cosmético. También con este significado lo hallamos en el Oxford English Dictionary. Sí lo encontramos, en cambio, en el diccionario francés Le Grand Robert, así como en los glosarios dedicados al español actual: el Diccionario del español actual (DEA) consigna una primera referencia del año 1990; también aparece en el Nuevo diccionario de voces de uso actual, en el Diccionario Clave. Diccionario de uso del español actual y en el Diccionario de neologismos del español actual.
No es un secreto que belleza y salud se relacionan y se necesitan para ganar la batalla al tiempo. El elixir de la eterna juventud no nos ha sido revelado todavía, tan solo contamos con sucedáneos, pócimas de venta en parafarmacias y tiendas de cosmética. El sérum, pese a las campañas publicitarias, no nos hace rejuvenecer o perdurar muchos años, pero más suerte corre su nombre, que ya muestra estabilidad y pervivencia de más de veinte años en la historia del español. Es tiempo, en fin, para que la lexicografía hispánica tome nota y la incluya en sus principales inventarios.
Marta Puente González
Historia 15
Universidad Complutense de Madrid (España)
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