Los hablantes pueden acercarse al conocimiento sobre el origen o la procedencia de las palabras que emplean por medio de dos recursos principales: los bancos de datos léxicos y los diccionarios. De los testimonios disponibles en estas fuentes se desprende que ultraconservador se trata de un neologismo con algo de historia. Así, de acuerdo con las documentaciones ofrecidas por el corpus del Nuevo diccionario histórico de la lengua española, este adjetivo se utilizaba ya a inicios del siglo xx:

  • A su vez el liberalismo, como observaba La Sociedad, en lugar de avanzar, desplegaba velas hacia el mar conservador, que fue lo que sucedió respecto de varios capítulos, exaltados en un principio como dogmas liberales y alterados después en sentido ultra-conservador. [Marco Fidel Suárez: Sueños de Luciano Pulgar, I (Bogotá), 1911-1925]
  • Creo que se inclinaba más a ser ultraconservador que a revolucionario. [Pío Baroja: Desde la última vuelta del camino. Memorias (España), 1944-1949]
[fotografía] primer plano de un candado cerrado sobre un eslabón y una barra metálica, sobre fondo difuso
jplenio (Pixabay)

Por lo que respecta a la lexicografía, su primera documentación en español se halla en los diccionarios de neologismos de Alvar y Alvar2, donde se define como ‘de la tendencia política conservadora más radical’, así como en el diccionario VOXUSO, pero no se registra en otros repertorios generales del español (Clave, DEA, DRAE23).

Si comparamos estos datos con los que arrojan las consultas de las piezas léxicas equivalentes en los diccionarios de algunas lenguas vecinas, los testimonios en dichos idiomas son anteriores. Así, por un lado, Le Grand Robert recoge ultraconservateur con la definición ‘très conservateur (en politique)’ y lo data por primera vez en 1841; por otro lado, no aparece definida la voz ni el Dizionario Hoepli della lingua italiana ni en el Oxford English Dictionary, aunque este último diccionario recogeel adjetivo ultraconservative, datado en 1868, como ejemplo bajo el prefijo ultra-. No se descarta, pues, que el español lo tomara prestado, pero tampoco que pudiera crearse, a imitación de alguna de estas lenguas, como un derivado interno. De hecho, ya la 14.ª edición del Diccionario de la lengua española (DRAE1914) lematiza ultra como un elemento morfológico disponible en español, «2. En composición con algunas voces, más allá de, al otro lado de», y el DRAE1925 incorpora una tercera acepción: «3. Antepuesta como partícula inseparable a algunos adjetivos, expresa idea de exceso. Ultrafamoso. Ultraideal».

Por tanto, si bien por las documentaciones previas en otras lenguas podría pensarse en su transmisión al español por vía del préstamo lingüístico, realmente por tratarse ultra– de un prefijo productivo y manifestar, así, ultraconservador una estructura transparente, cualquier hablante del español lo interpretará como un derivado por prefijación.

En este sentido, los prefijos pueden dividirse en función de varios criterios, entre los que destacan dos, la clase de palabra a la que se asimilan y su significado, sin que ambos criterios resulten excluyentes, como se constata en el caso de la formación ultraconservador. Desde el punto de vista semántico, ultra– constituye un prefijo principalmente gradativo, ya que expresa el grado máximo con el que se manifiesta una propiedad, esto es, pondera su intensidad. Con este valor, además, suele ser característica su combinación con adjetivos calificativos (los únicos que admiten la expresión de grados). Por tanto, en el caso particular de ultraconservador, esta voz podría parafrasearse por ‘conservador extremista’ o ‘conservador excesivo’.

De otro lado, por lo que respecta al primero de los criterios, el formal, referido a la clase de palabra a la que se asimilan los prefijos, se trataría de un prefijo adjetival. Ahora bien, un mismo prefijo, como advierte la última gramática académica, dependiendo de cómo se interprete semánticamente puede adscribirse a más de una clase gramatical. Por consiguiente, si interpretamos ultraconservador como ‘más allá de lo conservador’, habría que calificarlo más bien como prefijo preposicional. Bajo esta segunda interpretación, subyace realmente un valor locativo; no en vano, lo posicional se aproxima a lo gradativo, puesto que las escalas no dejan de ser sino jerarquías que se interpretan en un plano vertical, lo que demuestra que los criterios de clasificación no resultan excluyentes.

En definitiva, ultra-, suma al significado principal de intensidad un valor locativo, siendo su presencia habitual en contextos referentes a las esferas política, ideológica y religiosa. Así, este prefijo, al combinarse con la voz conservador, un adjetivo que denota la adscripción política o ideológica al espacio de pensamiento político de la derecha, expresa el grado máximo de esta cualidad o una actitud que los hablantes consideran extrema.

Los ejemplos de la prensa, ofrecidos por el Observatori de Neologia, permiten comprobar su presencia con este valor de cualidad desmesurada dentro de los ámbitos de la ideología, la política o de los sentimientos:

  • En el cambio de rumbo del mercado tuvieron mucho que ver las explosivas manifestaciones del líder ultraconservador ruso Vladimir Zhirinovsky. [La Vanguardia (España), 15/12/1993]
  • La Iglesia del siglo xix, como el grueso del pensamiento ultraconservador y reaccionario de la época, no pudo menos que detectar la íntima conexión entre una revolución liberal, urbana, burguesa y modernizadora con un tipo de nacionalismo… [El País (España), 22/05/1996]
  • Esa idea genial se debe a las agrupaciones ultraconservadoras, racistas y proclives al fundamentalismo religioso de EEUU… [El País (España), 14/12/1997]
  • “Mientras nuestra institucionalidad ultraconservadora intenta hacer zancadillas a las reformas, creo que hay una sociedad que se da cuenta de que Chile cambió y vamos a trabajar en todos los rincones y en todos nuestros esfuerzos para hacer cambios estructurales”, dijo.  [El Mercurio de Valparaíso (Chile), 2/05/2018]
  • La Unión de Cineastas Peruanos, por ejemplo ha advertido que la iniciativa de marras es un peligro contra la libertad artística en el cine peruano, en el contexto de paranoia ultraconservadora. [La República (Perú), 24/06/2018]

De igual modo que el adjetivo base de la derivación, conservador, es susceptible de sustantivación, también se localizan ejemplos tempranos de ultraconservador funcionando como sustantivo:

  • Un ultraconservador no puede ser gobernador del país. [La Vanguardia (España), 21/01/1989]
  • Ayer mismo el ultraconservador, secretario de la organización Forward in Faith […] denunció en Londres la inminente y masiva fuga de clérigos anglicanos. [El País (España), 13/03/1994]

Pese a su pronta aparición en los bancos del español, en realidad esta voz no cuenta con abundante documentación hasta el último tercio del siglo xx, al tiempo que sus ocurrencias se incrementan sustancialmente, según CORPES XXI, en las dos primeras décadas de la presente centuria. Esta vitalidad de uso, singularmente en la esfera política, revela la conveniencia de incorporar ultraconservador como entrada en los diccionarios del español.

Francisco Javier Sánchez Martín
Departamento de Lengua Española y Lingüística General
Universidad de Murcia (España)

ultraconservador,
ultraconservadora adj. y m. y f.

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