Desde sus inicios, la televisión y la industria cinematográfica se han ido actualizando constantemente para ofrecer nuevos formatos. Una de las técnicas para esta innovación es la hibridación de géneros, como se demuestra con la dramedia, aunque la hibridación no es un mecanismo reciente ya que en la Grecia clásica ya existía la denominada tragicomedia —también conocida como drama satírico, que es una combinación de la tragedia y la comedia. Los orígenes de este nuevo género se encuentran en las comedias de situación, un formato televisivo que consiste en una comedia que siempre se desarrolla con los mismos personajes y en un único lugar, las cuales han ido evolucionando y volviéndose más complejas. Algunas muestras actuales de estas comedias de situación son The Big Bang Theory o La que se avecina, dos series de televisión actuales con una gran cantidad de seguidores.
A diferencia de estas comedias de situación, la dramedia supera la situación cómica e incluye escenas dramáticas, de manera que los personajes evolucionan y no tienen por qué ser los mismos. Las primeras muestras de este género aparecieron a finales de la década de los 60 y principios de los 70, con ejemplos como Room 222 (1969) o M*A*S*H (1972). Aunque se documenta en la prensa española desde el año 1999, según los datos del corpus Factiva, la primera documentación en la base de datos del Observatori de Neologia data del año 2008, con ejemplos como los que podemos ver a continuación:
- Campos ha optado por una dramedia cuyo eje se basa en sus protagonistas, dos intérpretes de probado prestigio. [El Sur (España), 21/06/2008]
- Los doctores dejaban de ser también un dechado de humanidad y Ted Danson en la dramedia Becker fue uno de los pioneros. [Europa Sur (España), 3/05/2010]
En cuanto a la morfología de este neologismo, cabe tener en cuenta que se trata de un acrónimo —o cruce léxico, según la terminología que utilicemos—, es decir, se trata de una combinación de dos palabras, drama y comedia. La combinación se realiza, como podemos ver, a partir de la primera sílaba de drama (dra-) y las dos últimas sílabas de comedia (-media), de manera que es un cruce léxico prototípico: se ha formado a partir de la unión de dos palabras truncadas, una por apócope y la otra por aféresis, respectivamente. Por tanto, se trata de una construcción similar a la de otros acrónimos, como informática, que proviene de la unión de información automática. Además, el cruce léxico tiende a conservar el género de las dos palabras que lo forman adoptando normalmente la forma masculina si son combinaciones de palabras de diferente género, aunque dramedia opta por el femenino.
La acronimia es un proceso de lexicogénesis poco frecuente en español, aunque en inglés goza de una mayor productividad. De ahí que, poco a poco, la presencia de este tipo de voces aumente en los corpus de prensa, frente a la construcción sintagmática, más frecuente en las lenguas romances. Así mismo, debemos tener en cuenta que dramedia es semánticamente la suma de ambos significados, es decir, drama y comedia, como ocurre también en tragicomedia, aunque existen algunos matices.
Debemos tener en cuenta que el DLE no incluye dramedia, pero sí que recoge el sintagma comedia dramática, que define como ‘comedia en que las adversidades dominan en algunas situaciones o en su desenlace’, definición que no encaja exactamente con el acrónimo, que también ha sido definido como ‘obra dramática con rasgos de comedia’ (Alvar2) o ‘una comedia que tiene momentos dramáticos’ (Merrian-Webster).
Aun así, consideramos que la definición que más se adecua es la del diccionario de Cambridge, que define la dramedia como ‘mezcla de drama y comedia’, de manera similar al diccionario de Oxford. Sea como fuere, la dramedia va más allá de estas definiciones, ya que es un género de las artes escénicas que se caracteriza 1) porque mezcla rasgos de la comedia y el drama; 2) son obras basadas en un realismo cotidiano; 3) los personajes se vinculan fuertemente a la trama y 4) generalmente las tramas son más extensas que las de otros géneros, como las comedias de situación. Además, cuando son series televisivas, los capítulos duran entre cincuenta y setenta y cinco minutos.
A pesar de hacer referencia a un género híbrido de las artes escénicas en la mayoría de diccionarios no se incluye esta voz, excepto en Alvar2 y en las obras lexicográficas inglesas, ya que dramedy, en su versión inglesa, se documenta en la prensa desde el año 1986. Aun así, se trata de una palabra que se usa con frecuencia en el ámbito de la crítica televisiva y cinematográfica, como podemos observar en los siguientes contextos:
- Existen decenas de géneros y estilos, que ya están siendo cientos y muy pronto serán más (¿Dramediabélico-romántica de zombies carapintadas desempleados por Menem?, ¿Musical de misterio bíblico pos-cristiano sin Mel Gibson?), porque ya no se puede dejar de mezclar y mezclar. [La Voz del Interior (Argentina), 30/09/2006]
- Una inexplicable dramedia al estilo danés. [Página 12 (Argentina), 27/07/2014]
- Poco esperaba de este drama con toques de comedia (o dramedia como gustan decir los expertos), más que una historia lacrimógena y sensiblera sobre padres que se reencuentran con sus hijos. [La Nación (Chile), 2/07/2010]
- Ideada como una dramedia (drama y comedia), García narra la historia de amor de dos hombres en una residencia de ancianos, donde sufren el rechazo del resto de residentes. [La Vanguardia (España), 13/07/2015]
En definitiva, debemos tener en cuenta que la dramedia es un género escénico que proviene de la combinación de la comedia y el drama y que actualmente ha generado diversos productos culturales, no solo cinematográficos y televisivos, sino también teatrales, como algunas obras de Anton Chejov o Henrik Ibsen, que fueron pioneros en la mezcla entre comedia y drama. Por todo esto, consideramos que es una voz que debería incluirse en el DLE, aunque ya exista la entrada comedia dramática; primero, porque la definición de esta entrada no encaja exactamente con el género y, segundo, porque se trata de un cruce léxico similar a tragicomedia, que se corresponde además a esta idea de hibridación. Al fin y al cabo, aunque no sea una palabra frecuente en los diccionarios de algunas lenguas romances —como el italiano, el francés o el catalán—, la realidad es que se utiliza con frecuencia para denominar un tipo específico de género escénico, por todo esto pensamos que se debería incluir esta voz en el diccionario de la academia.
Ivan Solivellas Ugena
Observatori de Neologia
Universitat Pompeu Fabra (España)