La descarbonización se ha establecido como un término crucial en el discurso contemporáneo sobre el cambio climático y la sostenibilidad. Su relevancia ha ido en aumento, reflejada en su consideración como candidata a palabra del año por la Fundéu en 2018. Se trata de un vocablo derivado del verbo descarbonizar, incorporado recientemente el diccionario de la Real Academia Española (DLE) a través de la actualización del 2023 en su edición digital con la definición de «reducir las emisiones de carbono, especialmente las que se producen en forma de dióxido de carbono».
economía circular f.
Las sociedades modernas están enfrentando el cambio climático, un problema creciente que altera negativamente el medio ambiente, generado por hábitos de consumo desmedidos y despilfarro de recursos. Sin embargo, existe una alternativa como modelo de desarrollo económico para cuidar la naturaleza y disminuir los desechos. Esta nueva noción se denomina economía circular.
megasequía f.
Las distintas problemáticas que afectan a la sociedad actual, particularmente el cambio climático, han dado lugar a la creación de nuevas palabras para denominar nuevas realidades. Es así como surge el neologismo megasequía, que se utiliza para denominar una sequía más drástica y prolongada que una normal. Los períodos de sequía corresponden a lapsos en que la disponibilidad de agua en zonas geográficas es menor a la normal, los cuales pueden producirse por causas naturales, como los fenómenos interanuales de La Niña y El Niño. Sin embargo, las megasequías involucran un agravamiento y extensión de dichos periodos y están asociadas a causas provenientes de acciones humanas de orden global, como el cambio climático, y local, como el mal manejo de los suelos y la sobreexplotación de los recursos.
ecodiseño m.
En las últimas décadas se han agudizado los problemas de contaminación del medio ambiente y de deterioro de nuestro hábitat natural. Es por esto que se han presentado soluciones en diversos ámbitos de la vida para luchar contra la destrucción de la naturaleza, como en el transporte, donde se apuesta por dejar atrás los automóviles de combustión, o en la energía, donde se trata de aumentar el uso de las energías renovables y reducir las de origen fósil.
geopatía f.
La preocupación constante del ser humano por su salud y bienestar le ha llevado, en los últimos tiempos, a un gran interés por lo natural y ecológico y a un rechazo de lo artificial y elaborado. Para una alimentación saludable, por ejemplo, se valoran los productos ofrecidos por la tierra de forma natural, sin ayuda de fertilizantes o productos químicos. Esta conexión entre salud y natural ha supuesto una gran valoración de los hábitats saludables y, del mismo modo, un rechazo de aquellos lugares cuya permanencia en ellos pueda resultar nociva para la salud del hombre.
microplástico m.
Desde el punto de vista morfológico, microplástico se compone del prefijo micro- (en su acepción de ‘muy pequeño’) y del nombre plástico, lo que nos lleva a obtener un significado bastante intuitivo: plástico de poco tamaño —aquel que no supera los cinco milímetros, según apuntan los expertos—. Sin embargo, si buscamos este nombre en el DLE, comprobamos que el diccionario de la Academia no recopila todavía microplástico entre sus entradas, pese a registrar otras como microbús, microcrédito, microchip o microficha, en las que el elemento derivativo micro- se ha fijado a las respectivas palabras ya formadas (bus, crédito, chip o ficha). De hecho, la Fundéu, en 2018, en su elección de microplástico como palabra del año, ya denunciaba su ausencia en los repertorios lexicográficos del español.
residuo cero m.
La preocupación actual por los problemas ambientales ha dado un gran impulso a la difusión del vocabulario asociado a esta temática. En efecto, en las últimas décadas, han entrado en el léxico general expresiones como agroecología, energía renovable o impacto ambiental, todas ellas registradas ya en el Diccionario de la lengua española de la RAE. Aquí, en las páginas de Martes Neológico, se ofrece también una selección de voces del mismo campo léxico (ecoparque, vía verde, antropoceno, ecotasa), al que se incorpora ahora residuo cero.
emergencia climática f.
El cambio climático es un hecho: la década de 2010 fue la más cálida de la historia y el año 2019 fue el más caluroso de Europa y el segundo más cálido a escala mundial desde que se tienen registros. Ante la gravedad que supone el calentamiento global, no es de extrañar que el diccionario de la prestigiosa Universidad de Oxford eligiera como palabra del año 2019 climate emergency ‘emergencia climática’, definiéndola como la ‘situación en la que se requieren medidas urgentes para reducir o detener el cambio climático y evitar el daño ambiental potencialmente irreversible resultante de este proceso’. De hecho, no solo en inglés se escogió este sintagma como palabra representativa del año, sino que también lo hizo el catalán, lengua en la que se proclamó neologismo del año, empatado, por la mínima, con animalista (en este caso, no fue ninguna institución la que eligió el vocablo nuevo, sino los mismos hablantes mediante una votación en línea convocada por el Observatori de Neologia y el Institut d’Estudis Catalans).
antropoceno m.
El término antropoceno (la ‘Edad de los Humanos’), da nombre a una nueva época geológica que seguiría al reciente holoceno. Aunque con un uso informal (a veces se encuentra escrito con mayúscula y otras con minúscula) es un término de composición culta que aparece a menudo en los medios de comunicación por sus consecuencias científicas, ambientales, sociopolíticas y legales. Desde el punto de vista científico, esta denominación pertenece a la cronoestratigrafía (la datación en millones de años de la formación de la Tierra a partir de los estratos de roca). Se definen unidades geocronológicas: edades, épocas, períodos, eras y eones.
ecotasa f.
En un mundo como el actual, con un medio ambiente dramáticamente estragado por la superpoblación, la deforestación, la producción industrial, la extracción de combustibles fósiles, los medios de transportes mecánicos (automóvil y avión, sobre todo), el consumo de masas y el turismo, resulta absolutamente lógico que determinadas administraciones supranacionales, nacionales, autonómicas e incluso municipales hayan terminado imponiendo un impuesto especial a los agentes más contaminantes (fábricas, empresas de hidrocarburos, compañías eléctricas, actividad turística, determinados productos de consumo, como neumáticos, aparatos electrónicos, bolsas de plástico, etc.), para sufragar en lo posible los costes del reciclaje o reparación del deterioro que sus emisiones y otras actividades nocivas provocan en una tierra, un aire, un agua, una flora y una fauna que son patrimonio de la humanidad toda.