gif m.

gif <em>m.</em>

En 1987, el informático Steve Wilhite creó y popularizó una extensión de archivo gráfico digital que permitía el despliegue en internet de imágenes animadas y banners —esto es, pancartas publicitarias para páginas web— de manera eficiente y en color. Así nacían los gifs (acrónimo del sintagma inglés graphics interchange format), cuya introducción, tal vez a modo de preludio de su extraordinario rol como medio de expresión de las culturas pop y meme, estuvo marcada por un caricaturesco debate de raíz capitalista, todavía vigente, a propósito de su nombre: ¿cómo debería pronunciarse, /gif/ o /ʤif/?

microplástico m.

microplástico <em>m.</em>

Desde el punto de vista morfológico, microplástico se compone del prefijo micro- (en su acepción de ‘muy pequeño’) y del nombre plástico, lo que nos lleva a obtener un significado bastante intuitivo: plástico de poco tamaño —aquel que no supera los cinco milímetros, según apuntan los expertos—. Sin embargo, si buscamos este nombre en el DLE, comprobamos que el diccionario de la Academia no recopila todavía microplástico entre sus entradas, pese a registrar otras como microbús, microcrédito, microchip o microficha, en las que el elemento derivativo micro- se ha fijado a las respectivas palabras ya formadas (bus, crédito, chip o ficha). De hecho, la Fundéu, en 2018, en su elección de microplástico como palabra del año, ya denunciaba su ausencia en los repertorios lexicográficos del español.

machirulo adj. y m.

machirulo <em>adj.</em> y <em>m.</em>

La lucha feminista está cada día más presente en nuestra sociedad, denunciando unas desigualdades que sufrimos las mujeres de las que no se eran conscientes. No es de extrañar, pues, que hayan surgido nuevas palabras para representar realidades que hasta ahora no tenían nombre, como es el caso de los términos micromachismo, mansplaining, manspreading o el que hoy nos ocupa: machirulo.

lenguaje inclusivo m.

lenguaje inclusivo <em>m.</em>

El término lenguaje inclusivo se usa en la comunicación actual con varios sentidos, si bien próximos, y ello por la extensión semántica del adjetivo inclusivo. En la discusión lingüística científica y en el debate social suele vincularse a las propuestas de un uso de la lengua en el que el género gramatical masculino deje de representar conjuntamente a hombres y mujeres, evitando el denominado masculino inclusivo o genérico. Con ello se pretende contribuir a erradicar lo que se conoce como sexismo lingüístico, fenómeno que abarca no solo cuestiones relativas al género gramatical, sino también usos léxicos discriminatorios para la mujer, enfoques discursivos androcéntricos y pautas de comportamiento machista en la interacción comunicativa. Con el sentido aludido, el lenguaje inclusivo podría encuadrarse dentro del llamado lenguaje no sexista y, al mismo tiempo, como parte del proceso que se conoce como feminización del lenguaje, cuyo fin es visibilizar el género femenino.

outfit m.

outfit <em>m.</em>

Pese a que se haya introducido en la lengua española recientemente, el origen de la voz inglesa outfit se remonta a mediados del siglo xviii. Este término, formado por derivación del verbo to fit out, ‘equipar’, se usaba inicialmente para referirse al equipo con el que los exploradores se embarcaban en expediciones, pero no fue hasta el siglo siguiente cuando la palabra se extendió semánticamente para designar también la ropa que llevaban los viajeros. Dicho uso cuajó entre los hablantes anglosajones y dio lugar a una nueva acepción que recoge el Oxford English Dictionary como ‘combinación de piezas de ropa (que a menudo incluye accesorios) escogidas o diseñadas para ponérselas de manera conjunta’.