sumisión química f.

sumisión química <em>f.</em>

El neologismo sumisión química es un compuesto sintagmático del tipo determinado + determinante, en este caso, un sustantivo seguido de un adjetivo que restringe la extensión del primero. El término, utilizado por primera vez en la literatura francesa forense por Poyen, Rodor, Jouve, Galland, Lots y Jouglard (1982), hace referencia a la administración de sustancias a una persona sin su conocimiento para causarle un cambio en su estado de alerta, de conciencia o en su capacidad de juicio. Esta pérdida cognitiva hace que la víctima se someta a la voluntad del agresor. En sentido estricto, pues, la construcción sintagmática sumisión química es adecuada, aunque se produce una metonimia, es decir, la sumisión la ejerce la persona que proporciona la droga, ya que no es la droga en sí lo que provoca que el sujeto se vea sometido a la voluntad de otro u otros bajo los efectos de la sustancia administrada. Una de las más utilizadas es el ácido y-hidroxibutírico, conocido como GHB, también llamado éxtasis líquido. El GHB es un compuesto orgánico muy simple, incoloro, inodoro y de sabor ligeramente salado, cualidades estas que le permiten pasar relativamente desapercibido cuando se suministra diluido en una bebida a la potencial víctima. También puede suministrarse por pinchazo.

microplástico m.

microplástico <em>m.</em>

Desde el punto de vista morfológico, microplástico se compone del prefijo micro- (en su acepción de ‘muy pequeño’) y del nombre plástico, lo que nos lleva a obtener un significado bastante intuitivo: plástico de poco tamaño —aquel que no supera los cinco milímetros, según apuntan los expertos—. Sin embargo, si buscamos este nombre en el DLE, comprobamos que el diccionario de la Academia no recopila todavía microplástico entre sus entradas, pese a registrar otras como microbús, microcrédito, microchip o microficha, en las que el elemento derivativo micro- se ha fijado a las respectivas palabras ya formadas (bus, crédito, chip o ficha). De hecho, la Fundéu, en 2018, en su elección de microplástico como palabra del año, ya denunciaba su ausencia en los repertorios lexicográficos del español.