El universo de referentes que asociamos a la cultura rusa, especialmente en lo concerniente a su cariz popular y folclórico, incluye sin falta algo que venimos llamando comúnmente muñecas rusas. En cuanto se citan dichas muñecas, todo el mundo puede hacerse la representación mental de la «muñeca de madera pintada, vacía por dentro, que puede abrirse por la mitad y que contiene en su interior un conjunto de muñecas idénticas a ella, de tamaño decreciente, que se encajan una dentro de otra».