El verbo hormonar es un caso de creación neológica interesante por concentrar sentidos variados, que se correlacionan a su vez con comportamientos sintácticos y con ámbitos comunicativos diversos.
suricata f.
En el ámbito hispánico, las suricatas fueron durante siglos poco conocidas fuera del campo de la zoología, lo que explica que ninguno de los principales diccionarios generalistas recogiera la palabra hasta 1996, cuando lo hizo la primera edición de Clave. No ha sido hasta las últimas décadas cuando han empezado a ser más conocidas por los hablantes no especialistas, sobre todo a raíz del estreno cinematográfico de El rey león en 1994. Desde entonces, la suricata Timón, uno de los personajes de la película, que ha vuelto a aparecer en sucesivas secuelas, se ha convertido en una figura célebre de la cultura popular. Más recientemente, también ha crecido el interés científico general por estos pequeños mamíferos emparentados con las mangostas; así lo atestiguan sus apariciones recurrentes en diversos documentales, como los del naturalista y divulgador David Attenborough.
pactómetro m.
Si el termómetro es un instrumento que sirve para medir la temperatura, el alcoholímetro, el contenido o la cantidad de alcohol, y el cronómetro, el tiempo, entenderemos que el pactómetro es un instrumento que sirve, a grandes rasgos, para medir pactos, como se desprende de los contextos que presentamos a continuación:
ciberbullying m.
Ahora que la tecnología nos rodea e incluso dirige nuestros pasos, es cada vez más frecuente el aumento de casos de ciberbullying. La necesidad de estar conectados permanentemente y de no perder de vista las últimas novedades en moda o música hacen que, inevitablemente, pasemos más tiempo pendientes de las pantallas que de la realidad. Como consecuencia, las estafas y delitos proliferan en la Red a pasos agigantados. Así, a ciberbullying se unen, por un lado, voces pertenecientes al ámbito del acoso como cibergrooming (acoso con intenciones sexuales al que se encuentra sometido un menor de edad por parte de un adulto) o luring (cebo o maniobra que emplean los pedófilos para atraer a los menores hacia encuentros fuera de la red) y, por otro lado, voces que hacen referencia a los causantes del delito: ciberdelincuente o cibercriminal.
hiperconectividad f.
Las lenguas cambian y evolucionan, adaptándose a los factores históricos, económicos, tecnológicos o culturales, entre otros, que influyen en una sociedad. Estos cambios son especialmente apreciables en el léxico, el cual es más sensible y permeable a la variación que la morfología o la sintaxis, y puede experimentar, en poco tiempo, transformaciones que impliquen tanto la pérdida de palabras que designan realidades que han cambiado o desaparecido como la adopción de nuevos vocablos, acepciones o giros —neologismos— que son necesarios para describir y aprehender conceptos nuevos. Un ejemplo de esto es el neologismo hiperconectividad, que será objeto de estudio y descripción en este artículo.
seitán m.
En el mundo en el que vivimos es difícil encontrar armonías, pues la vorágine cotidiana permite escasos momentos que equilibren no pocos desniveles. Las insatisfacciones del ritmo de vida no pueden minorarse con unos minutos de lectura de reiterantes textos de autoayuda, por lo que los propósitos iniciales se dan de bruces con la realidad. No obstante, no dejamos de buscar conductas que faciliten la quimérica felicidad. Bertrand Russell pensaba que se podía conquistar externalizando nuestras vivencias y sentimientos, pues, ya que somos entes sociales, solo la alteridad, frente a la ermitaña vida interior, podría superar el temor a los infortunios. Sin embargo, el japonés George Ohsawa, el padre de la macrobiótica, prefirió centrarse en el desarrollo del entendimiento humano, aunando la espiritualidad con la alimentación, gran responsable de la salud emocional. En ese sentido, la memoria, el buen humor o el sueño profundo se consideran leyes que proporcionan bienestar y encuentran parangón con el buen apetito, sea culinario, sea sexual. Se trata, una vez más, de conseguir un equilibrio, a partir de un principio único creador de las dos eternas fuerzas complementarias, el yin, pasivo y femenino, y el yang, su opuesto.
desescalar v. tr.
La crisis del coronavirus ha traído también cambios en el uso de la lengua, como reflejo del impacto social. Palabras como epidemia, asintomático, hidroalcohólico, PCR, confinamiento, cuarentena y desescalar, entre otras, han irrumpido con fuerza en los medios de comunicación y en nuestras vidas.
todocamino m. y adj.
Es bien sabido que todos los caminos conducen a Roma; los vehículos con que los transitamos nos conducen, en cambio, a historias lingüísticas no siempre conocidas. A lo largo del siglo XX, la industria del motor ha refinado y diversificado internamente su oferta. El neologismo que nos ocupa este martes, todocamino, se ha puesto en circulación para denominar a un tipo reciente de turismo que, en su breve historia, esconde varios detalles de interés que nos revelan mucho de cómo creamos neologismos y cómo estos se integran en familias más amplias.
muffin m.
Es innegable que en una sociedad cada vez más globalizada resulta ya poco sorprendente el uso y entrada de nuevas palabras en ámbitos diversos como es el del arte culinario. He aquí el caso de muffin.
pitufo, pitufa m. y f. y adj.
Todos conocemos a los pitufos, esos personajes pequeños y azules, con gorro blanco, que viven en comunidad en un poblado de casas en forma de seta. Creación del dibujante Pierre Culliford (Bruselas, 1928-1992), quien firmaba como Peyo, aparecieron por primera vez en Spirou, semanario de historietas francobelga. El 23 de octubre de 1958, la revista empezó a publicar La flûte à six trous (‘La flauta de los seis agujeros’) de la serie Johan et Pirlouit, en que los dos chicos protagonistas, con la ayuda del hechizo del mago Homnibus, viajan al país de los llamados Schtroumpfs (nuestros pitufos), los cuales han fabricado una flauta mágica. Aunque en un principio los Schtroumpfs fueran secundarios, su aparición tuvo tan buena acogida que enseguida tomaron protagonismo y acabaron teniendo su propio espacio en Spirou. Al igual que el éxito inesperado de los pitufos, la creación de la palabra schtroumpf para designar a estos personajes fue casual: Peyo, en una cena con el también historietista belga André Franquin, en vez de decir salière ‘salero’ usó, sin más, schtroumpf (vocablo que en francés no existe, pero sí se pronuncia como el alemán Strumpf ‘media’), y los dos amigos siguieron la velada hablando en schtroumpf, es decir, reemplazando algunas palabras por esta. Seis meses después, Peyo decidió llamar de esta manera a sus criaturas.