En un contexto de notable crecimiento económico y demográfico de ciudades que cada vez se sitúan más en el núcleo del desarrollo vital y de gobernantes que hacen de las infraestructuras de una región —y de su carácter moderno y competitivo— una prioridad, megaobra es una de las formaciones lingüísticas que se van abriendo paso con fuerza en el español actual. A modo de ejemplo introductorio, en la página web de la alcaldía de Cali (Colombia) se publicaba un texto el 11/10/2017 titulado «¿Cuál es la situación de las 21 megaobras?».
De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, mega- (del griego μεγα-) es un elemento compositivo que significa ‘grande’, como en megalito y megaterio; el sustantivo obra, del latín opĕra, presenta múltiples acepciones, como la 1, general, ‘[c]osa hecha o producida por un agente’, la 4, ‘[e]dificio en construcción’, o la 5, ‘[l]ugar donde se está construyendo algo, o arreglando el pavimento’. Mega-, elemento compositivo, base compositiva o elemento prefijal (o prefijo), en el que se comprueba que los límites entre composición y prefijación se diluyen, también se usa en el lenguaje científico o técnico con el significado de ‘un millón de veces’, como en megavatio o megabyte (del inglés, a menudo con la forma abreviada mega). Y existe una tercera acepción de esta forma, marcada como coloquial en distintos diccionarios, que equivale a ‘muy’ (‘[d]enota magnitud o dimensiones extraordinarias’, indica el DEA: megafamosos, megafelices, megahoteles, megamillonario, megapopularidad y megatanques). En Alvar1, ya figuran, por ejemplo, megaciudad, megalibro, megaurbe [sic], etc., y en Alvar2, se añaden otras voces que incorporan mega-, como megaatasco, megacampeón, -ona, megaguay, megapelícula, etc. Asimismo, mega– figura en la Nueva gramática de la lengua española (2009) entre los prefijos de grado extremo, con re-, requete-, super-, hiper– o ultra-. Sin duda, se trata de un formante de enorme productividad en la lengua común, como evidencian otros casos espigados en la prensa: megacrucero, megajuicio, megarrestaurante, megaterremoto (que dispone de entrada propia en la Wikipedia: <https://es.wikipedia.org/wiki/Megaterremoto>), etc. Por lo que se refiere a la ortografía, la Fundéu recuerda que «mega-, al igual que el resto de los prefijos, se escribe unido a la palabra a la que acompaña, no separado de ella mediante espacio o guion».
Megaobra ya mereció una entrada en Antenas Neológicas – Red de neología del español de la Universitat Pompeu Fabra (España) como neologismo del mes en septiembre de 2016. Allí también se cita megaestructura como variante neológica, con idéntico valor de ‘obra ingente de arquitectura o ingeniería’. Además, el mismo patrón de formación, con un elemento culto y un sustantivo, se refleja en megaproyecto, ya incluido en Alvar1 e igualmente presente en Antenas Neológicas como neologismo de octubre de 2014, y también en el CREA, que recoge 24 casos en 23 documentos (9 en México, 5 en España, 3 en Chile, 2 en Colombia, 2 en Nicaragua, 1 en Argentina, 1 en Bolivia y 1 en los EE. UU.). Paralelamente, se observa un aumento en la productividad del prefijo macro– para expresar ‘tamaño grande’, y se registran numerosas ocurrencias de macroproyecto y macroobra en el lenguaje periodístico.
Aunque megaobra se refiere en algunas ocasiones a productos intelectuales, como diccionarios o eventos, habitualmente alude a la construcción, ampliación o modernización de infraestructuras, como puertos, presas, plantas de energía nuclear, viaductos, puentes, túneles, autopistas, aeropuertos, canales, líneas de metro, y, a veces, a realidades muy concretas, como el edificio de la dirección general del Grupo Bancolombia, en Medellín, o el mítico Titanic (véase el ejemplo de más abajo). Las informaciones en las que se da cabida a esta unidad léxica suelen relacionarse con los elevados presupuestos de los proyectos referidos, los retrasos, los errores de planificación y, a menudo, con los millonarios sobrecostes que acaban alcanzando, y que los convierte en un arma arrojadiza entre representantes políticos.
Todavía no hay datos de megaobra en el CREA, pero sí en el CORPES XXI, donde aparecen 26 casos en 22 documentos, desde 2003 a 2016: 1 caso de Paraguay (2005), 1 de Bolivia (2005), 1 de México (2007), 1 de El Salvador (2008), 1 de Argentina (2015), 1 de Ecuador (2016), 2 de España (2003 y 2008), y 18 de Colombia (desde 2009 hasta 2016). Llama la atención esta última cifra, que remite a una presencia especialmente abultada del neologismo en aquel país; sin embargo, no se recoge en el Breve diccionario de colombianismos de la Academia Colombiana de la Lengua (Bogotá, 2012, 4.ª edición revisada).
- En sus inicios, el asombro fue ante la magnitud de una megaobra desafiante, clasista por naturaleza e histórica por su viaje. Luego el interés de muchas personas, a lo largo y ancho del planeta, se desató en torno al cambio de ruta del Titanic, cuando las profundidades del Océano Atlántico se convirtieron en el destino final del barco. [El Mundo (Colombia), 13/04/2012]
La primera documentación de la voz en el Observatori de Neologia de la Universitat Pompeu Fabra es la siguiente:
- Permitir que el perfil de esta urbe milenaria sea redibujado por visionarios que descubrieron esta ciudad hace seis meses o geniales escultores que a menudo se desentienden del emplazamiento de sus megaobras es una nueva frivolidad urbana. [El País (España), 2/02/2005]
A partir de los materiales que proporciona el mismo Observatori, comprobamos que megaobra se extiende ampliamente en América, en particular en Colombia, como hemos visto que ocurre en el CORPES XXI, pero también en México, Perú, Chile o Argentina. Estos son algunos ejemplos:
- Fueron importantes los debates en torno a las megaobras para el campeonato mundial de 2014 y los Jugos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, que están desplazando cientos de miles de personas de los barrios más pobres de las ciudades para beneficio de un puñado de multinacionales brasileñas de la construcción. [La Jornada (México), 27/07/2012]
- Una empresa estatal china se encargó de la megaobra que evita daños por fenómeno de El Niño costero en el país vecino. [El Comercio (Perú), 27/03/2017]
- El 15 de febrero comienza la construcción de la megaobra sobre el canal Chacao. Así será el puente que unirá Chiloé con el continente en 4 minutos. [Las Últimas Noticias (Chile), 4/09/2014]
- La megaobra (diseñada para traer unos 28 millones de metros cúbicos diarios (MMCD) de gas natural de Bolivia) debió haber arrancado a mediados de 2006. [Clarín (Argentina), 21/06/2009]
Resulta de interés constatar que megaobra se combina con ciertos adjetivos (hospitalaria, hidroeléctrica, vial, energética, hidráulica, etc.), lo que puede llevar a la configuración de unidades sintagmáticas neológicas. Ejemplo del Observatori:
- Megaobra hospitalaria. La semana comenzó con un anuncio importante: la construcción, a fin de año, de un moderno centro de atención ambulatoria en terrenos de Hospital Clínico Regional. [El Sur (Chile), 29/10/2006]
En otras lenguas se atestigua también la productividad de mega-, como ocurre con el italiano (megaprogetto, megatunnel, etc., que recoge el Osservatorio neologico della lingua italiana,), el francés (méga-projet, etc., cf.), el portugués (megaprojecto, megaprodução, etc.; cf.) o, ya fuera del ámbito de los romances, el inglés (megaproject y, en el ámbito informal, usos como mega rich, mega film, megastar, etc.; cf. <https://en.oxforddictionaries.com/>).
Así pues, en los textos periodísticos de América y de España se observa cómo esta unidad léxica, en la línea de megaestructura, megaproyecto o macroobra, experimenta un uso creciente y se ha ensanchado semánticamente para aludir a una amplia gama de posibilidades de construcción o de producción, que siempre hay que interpretar en función del contexto en que aparece. Sin embargo, aún no figura en los diccionarios de referencia, y habrá que ver si se consolida definitivamente en el conjunto de variedades del español o en alguna de ellas en especial.
Antonio Torres
Universitat de Barcelona (España)