El poder judicial es uno de los pilares fundamentales de los países democráticos, junto con el poder ejecutivo y el legislativo. Impartir justicia es una empresa difícil y los letrados se enfrentan a una larga formación para poder juzgar a los ciudadanos que han cometido un delito. Sin embargo, en algunos países hay mecanismos para que la población participe activamente en algunos de los procesos judiciales.