La banlieue parece ser un fenómeno moderno, surgido en Francia al inicio de la segunda mitad del siglo xx. Este fenómeno es tan específico del país vecino que ni siquiera conoce traducciones en los periódicos españoles que adoptan la palabra gala. Es uno de los préstamos más recientes del francés, tal y como se documenta en el Diccionario de neologismos en línea, que recoge esta palabra con una referencia a un texto de 2005, con una grafía diferente de la grafía francesa banlieue y con una pronunciación también diferente [banlié]. Los diccionarios de la Real Academia Española, Vox, el Diccionari de la llengua catalana, el Oxford Reference Online desconocen esta palabra y solo el diccionario inglés Collins la incluye, con la precisión de que se trata de una palabra de uso muy poco frecuente. La banlieue es un fenómeno francés.
Sin embargo, la banlieue no es una invención nueva. La palabra aparece en la lengua francesa ya en el siglo xii en el sentido de un espacio sometido a la ley de la ciudad (ban) y de una legua (lieue) de amplitud. Desde el inicio, la banlieue es la periferia de una ciudad, un lugar inferior a la ciudad, aunque, en francés, la banlieue no era necesariamente negativa: el sueño de todo parisino, en el momento de la jubilación era, antes de los años 60, comprar un pavillon, un chalé, en la banlieue. Todo cambió con el crecimiento de las ciudades y la redistribución de la población en diversas zonas urbanas, con el final del Empire colonial français entre los años 1945 y 1963, y la inmigración masiva de los años 1960-1980. Es lo que transciende también del uso de la palabra banlieue en los periódicos españoles.
En un grupo nominal, la posición predominante de la palabra banlieue es el genitivo, con la preposición de, que transfiere el peso semántico del grupo al primer elemento del conjunto:
- Durante todo el mandato, los habitantes de las banlieues han estado en la diana. [El Periódico (España), 16/04/2017]
Empleada como genitivo, la palabra banlieue suele usarse en singular, precedida del determinante la, que supone que, implícitamente, el lector acepta conocer el concepto vinculado con el término. En este entorno gramatical, la banlieue es un lugar omnipresente, amenazador, conocido y polifacético.
Generalmente, la palabra banlieue va situada preferentemente en segunda posición de un grupo nominal. En esos grupos nominales, el primer elemento suele presentar una connotación negativa o agresiva (guerra, disturbios, banda de barrio, crisis, conflicto, revuelta…). Sin embargo, en pocos ejemplos, puede figurar en primera posición. En este caso, el complemento informativo resulta ser una restricción geográfica. Este complemento limita la banlieue en el espacio o, incluso discrimina las banlieues más peligrosas y las más aceptables.
De forma general, en el caso ablativo, la palabra banlieue aparece en plural dejando entrever de esta manera la amplitud geográfica del problema generado por la existencia de este espacio, incluso para ciudades medianas, no obligatoriamente rodeadas por un cinturón de suburbios como en el caso de París:
- Y todo ello sobre el trasfondo de los incidentes desatados a mediados de julio en las banlieues de Grenoble. [Gara (España), 1/08/2010]
En muy pocas ocurrencias, la palabra banlieue aparece en posición de nominativo y además, cuando ocurre el caso, este neologismo es sujeto de un verbo de la esfera del ser y no de la esfera del hacer, como en el ejemplo siguiente:
- Las banlieues son el territorio sin futuro de la crisis social. [La Vanguardia (España), 8/02/2015]
La palabra se encuentra también en posición de ablativo, indicando una localización, la banlieue es el escenario de una crisis de la sociedad, el lugar donde se juegan todos los conflictos sociales de Francia. Sin embargo, muchos textos delimitan las banlieues a la zona al norte de París y más bien a una ciudad (Saint-Denis) o a un departamento (Hauts-de-Seine) o la zona este, diferenciando así el norte y el este de la capital francesa y la zona sur o la zona oeste, más calmadas, hasta tal punto que pueden atraer o retener a personas con poder adquisitivo alto:
- El ministro del Interior, el catalán Manuel Valls, por ejemplo, declara bienes por valor de 640.000 euros, entre los que se incluyen un apartamento de 88 m2 en Évery —la ciudad de la banlieue sur de París de la que fue alcalde— y otro de 44 m2 en París, así como bienes mobiliarios por 88.000 euros. [La Vanguardia (España), 16/04/2013]
El entorno de las ocurrencias de la palabra banlieue hace muy a menudo referencia a diversos conflictos sociales, pero principalmente a conflictos étnicos y religiosos. La banlieue es ahora la zona ocupada de las periferias urbanas con una concentración marcada de musulmanes que generan fricciones o conflictos religiosos:
- Como el descontento en las viviendas protegidas de las afueras de París, las banlieues habitadas por las familias y los descendientes de los inmigrantes llegados de África y otros lugares. [El Comercio (Perú), 28/04/2007]
Incluso las buenas noticias, como una financiación exterior importante de estos suburbios conflictivos, pueden generar una lectura en términos de guerra de religiones o de apoyo a un grupo amenazador por parte de una riqueza musulmana:
- Los petrodólares qataríes se disponen a dar el salto desde los estadios y los barrios ricos de París a la banlieue, donde los gestores de los fondos del emirato se proponen inyectar dinero para financiar proyectos empresariales locales. [La Vanguardia (España), 27/09/2012]
A veces, los periódicos de lengua española creen necesario proponer una aposición a la palabra banlieue para que esta palabra resulte más comprensible por el lector. En este caso, hablan de periferia, de cinturones urbanos, suburbios más pobres, de modo que se pierde así la dimensión social y comunitaria de las banlieues francesas:
- Pero la verdadera prueba no será tanto el Legislativo como las reacciones en las banlieues los suburbios más pobres, donde la marginalidad llevó a que los jóvenes desataran episodios de violencia que el propio Sarkozy tuvo que controlar como ministro del Interior, en 2005. [El Mercurio (Chile), 12/05/2007]
Para los periódicos de lengua castellana, la banlieue es un fenómeno típicamente francés, difícilmente transferible a otro país. La transformación de las ciudades francesas en la segunda parte del siglo xx, principalmente de la ciudad de París, explica esta especificidad del país galo. Es verdad que todas las capitales europeas conocieron un crecimiento importante durante este siglo, pero el tipo de crecimiento experimentado por la capital francesa no tiene equivalente en Europa. Se debe a la conjunción de una configuración geográfica, con la existencia de una red de ferrocarriles que dibujaba un cinturón a las afueras de la ciudad y que propició la creación de unos lugares socialmente diferentes de la ciudad intramuros y de una inmigración masiva a partir de los años 50. Esta inmigración, en gran parte originaria del continente africano, se instaló en las zonas más baratas de la cercanía de París. Las crisis económicas y sociales de la segunda mitad del siglo xx transformaron esta reagrupación en focos de tensión marcados por una situación de precariedad laboral, por rasgos de comunitarismo religioso y lingüístico que coincidieron con tensiones y conflictos marcados por las distintas religiones en el mundo.
Los periódicos de lengua española intentan explicar este fenómeno desconocido por sus lectores. No pueden traducir la palabra por un equivalente español. La conservan como un préstamo con una connotación de zona de peligro, de confrontación racial y de amenaza relacionada con las religiones.
Guilhem Naro
Universitat Pompeu Fabra (España)