El neologismo sumisión química es un compuesto sintagmático del tipo determinado + determinante, en este caso, un sustantivo seguido de un adjetivo que restringe la extensión del primero. El término, utilizado por primera vez en la literatura francesa forense por Poyen, Rodor, Jouve, Galland, Lots y Jouglard (1982), hace referencia a la administración de sustancias a una persona sin su conocimiento para causarle un cambio en su estado de alerta, de conciencia o en su capacidad de juicio. Esta pérdida cognitiva hace que la víctima se someta a la voluntad del agresor. En sentido estricto, pues, la construcción sintagmática sumisión química es adecuada, aunque se produce una metonimia, es decir, la sumisión la ejerce la persona que proporciona la droga, ya que no es la droga en sí lo que provoca que el sujeto se vea sometido a la voluntad de otro u otros bajo los efectos de la sustancia administrada. Una de las más utilizadas es el ácido y-hidroxibutírico, conocido como GHB, también llamado éxtasis líquido. El GHB es un compuesto orgánico muy simple, incoloro, inodoro y de sabor ligeramente salado, cualidades estas que le permiten pasar relativamente desapercibido cuando se suministra diluido en una bebida a la potencial víctima. También puede suministrarse por pinchazo.

[fotografía] cápsula transparente de medicamento cerrada junto al contenido de otra en un fondo de color verde
Nataliya Vaitkevich (Pexels)

Si bien la sumisión química ya ha sido descrita en la literatura médico-forense desde principios del siglo xviii, es en las últimas dos décadas cuando este fenómeno ha adquirido gran importancia debido al incremento de casos en los que se perpetúa la violencia sexual sobre víctimas, cuyas capacidades intelectuales y volitivas se ven comprometidas a causa de la introducción de sustancias en su organismo. En la mayoría de las ocasiones, el suministro de la droga está relacionado con las actividades de ocio de las víctimas. En esta línea, el Ministerio de Justicia de España publicó en agosto de 2022 un dossier bibliográfico sobre la sumisión química donde se facilitan protocolos, guías, infografías, artículos científicos, etc., a fin de abordar este comportamiento presuntamente delictivo, muy en especial en lo que concierne a la libertad sexual de mujeres y de niños.

Si bien el término proviene originariamente del francés, la repercusión científica en el ámbito de la medicina ha provocado que, mayormente, la literatura sobre este fenómeno se publique actualmente en inglés lo que ha desplazado el centro de atención de una lengua a otra. Prueba de ello son las numerosas incidencias que se registran en la web buscando en las tres lenguas (español, francés e inglés) la secuencia «sumisión química pdf». Los resultados se decantan exponencialmente a favor de la última. En español hemos encontrado 362.000 documentos; para el francés, 370.000; finalmente, el número de documentos que registra la web para el inglés es de 508.000.000.

En el ámbito hispánico se prodigan los ejemplos en los medios de comunicación desde el 2003 (Hemeroteca digital de la BNE). He aquí los ejemplos, que se prolongan exponencialmente hasta la fecha:

  • Un estudio científico franco-británico acaba de desvelar las propiedades hipnóticas y sedativas del ácido gammahidroxibutírico (GHB), más conocido como ‘droga de los violadores’. El trabajo explica en gran parte el mecanismo que permite a esta sustancia provocar en sus víctimas un estado de sumisión química. [El Correo Español (España), 17/12/2003]
  • […] El fenómeno de sumisión química es un hecho emergente en nuestra sociedad, y relevante en casi todos los países de Europa. [El País (España), 11/2/2008]
  • Especialistas en toxicología y psicología clínica alertaron ayer en un congreso en La Coruña del incremento de la utilización de la sumisión química […]. [El Adelantado de Segovia (España), 25/4/2009]
  • Las drogas de sumisión, como la burundanga, están detrás de entre el 20 y el 30% de las agresiones sexuales […]. Aunque no existe un registro único de casos de sumisión química, los expertos […]. [La Razón (España), 23/5/2015]
  • Los Mossos d’Esquadra realizan ya patrullajes preventivos para proteger a posibles víctimas de violencias sexuales y por sumisión química en entornos de ocio nocturno, ya que estos espacios son «sitios de captación» de los presuntos agresores. [Diari de Tarragona (España), 4/7/2022]

Un acercamiento a cómo se representa la construcción sintagmática pone de manifiesto el grado de fijación que, paulatinamente, ha experimentado la construcción en el idioma. Así, por ejemplo, en las primeras incidencias se comprueba el sintagma «estado de sumisión química» o «violación con sumisión química», entrecomillado, dando a entender el uso metalingüístico (especial) que se hace de la secuencia. Este entrecomillado dará pie sucesivamente a cursiva para, finalmente, aparecer sin marca tipográfica lo que sugiere una evidente integración al sistema como sintagma con valor semántico propio, más allá de la suma de significados de las palabras que lo integran.

La correspondencia del término en francés, inglés y alemán es soumission chimique, chemical submission y chemische Unterwerfung, respectivamente. En lo que concierne a su inclusión en los diccionarios, el compuesto no se registra ni en el DLE, ni en el OED ni en el TLFi. En el caso del alemán, ni los diccionarios LEO ni PONS (en línea) traen el sintagma. Tampoco se halla en WordReference ni se registra en el CORPES XXI. Sin embargo, la web nos ofrece numerosísimas incidencias en los cuatro idiomas, (español, francés, inglés, alemán): 1.650.000, 1.900.000, 1.010.000.000 y 5.070.000 incidencias respectivamente, que demuestran, inequívocamente, la pertenencia del sintagma al idioma, más allá de si su uso ha sido sancionado por las instituciones de la lengua.

Mònica Vidal Díez
Universitat de Barcelona (España)

sumisión química f.

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