Franquicias de amplio espectro mediático como Gran Hermano, La Voz o Got Talent y festivales internacionales como Eurovisión han popularizado desde hace ya algunos años el método de votación interactiva por vía SMS o llamada de teléfono, conocido como televoto y dirigido a fomentar la participación activa de los espectadores, que eligen así a sus concursantes favoritos.
En español encontramos el televoto ya mencionado en numerosos textos desde los años noventa hasta la actualidad, inicialmente con alguna marca tipográfica y acompañado de algún comentario explicativo e, incluso, preventivo:
- Para dar una idea de la importancia que les otorga la emisora a las elecciones, se puede mencionar que hoy y mañana se realizará el «televoto por América», una encuesta telefónica cuyos resultados se pondrán en pantalla cada media hora. [La Nación (Argentina), 22/10/1997]
Más tarde, lo vemos ya plenamente asentado como modalidad común de intervención ciudadana en la toma de decisiones participativa a través de nuevos medios tecnológicos, característica de la actual «revolución digital»:
- Al igual que el martes, por un lado se han contabilizado las puntuaciones del jurado profesional que emitió sus puntuaciones tras el ensayo del lunes y, por otro, el resultado del televoto de los eurofans que han podido votar durante la noche de hoy. [La Vanguardia (España), 12/05/2016]
- En cuanto a la expulsión, Alba, Paola y Juan Miguel conocerán su destino: el elegido por la audiencia se trasladará a la Casa del Árbol y allí se medirá con Kiko en el televoto con el que se dedicirá el expulsado. [El Norte de Castilla (España), 29/06/2017]
Incluso llega a adoptar un sentido más general, aplicable fuera del contexto del entretenimiento televisivo, apuntando a una futura forma de organización política:
- Las redes y la era digital van a afectar a la vida política. La ciberciudadanía, la teledemocracia, el televoto, todo eso va a ser una realidad. [El País (España), 05/12/2013]
Pese a ello, este calco del inglés televoting (telephone voting), también presente en otras lenguas modernas, no aparece recogido en el diccionario académico entre el copioso grupo de compuestos vinculados con tele, atendiendo a sus dos acepciones interpretativas, es decir, el elemento compositivo culto de origen griego con significado de ‘lejos’ o ‘a distancia’ (como telebanco, teleconferencia, telerruta, teletrabajo…) y la forma apocopada coloquial de televisión (como teleadicto, telebasura, telerrealidad, televenta…). Ello nos da una idea de la relevancia que en nuestra lengua tiene esta voz, que desde su origen etimológico ha ido modificando su contenido semántico y reordenando sus acepciones, desde el significado ‘promesa a los dioses’ hasta el actual sentido ‘expresión pública o secreta de una preferencia ante una opción’, como se observa en las sucesivas ediciones del DEA, que terminan consolidando como primaria una acepción inicialmente secundaria. En todo caso, al igual que el diccionario académico, tampoco se cita en él televoto.
Otros conocidos diccionarios tampoco contemplan su uso, en tanto que incorporan largas listas de otras formaciones con tele, en sus dos sentidos, a veces bastante inusuales o insólitas, como teleindiscrección, telemorralla o teleligue, en Alvar1, o teledivorcio, teleducha o teletodo, en Alvar2.
Una de las peculiaridades más destacadas de la formación que nos ocupa es que en ella, al menos atendiendo a su génesis, tele no alude a ninguna de las dos interpretaciones principales consignadas en los diccionarios de lengua, sino que se identifica con la forma abreviada de teléfono, sin duda, de menor éxito que la acepción ‘televisión’. La encontramos en NEOMM, por ejemplo, en los compuestos teleasistencia, teleoperador y televendedor, referidos a servicios que se prestan o personas que atienden a través del teléfono.
Por otra parte, las sinergias entre televisión, telefonía e internet parecen conducir inevitablemente a esta voz a una significación más genérica, referida a ‘multimedia’ o ‘multimodalidad’, que, además, implícitamente sigue aludiendo al sentido ‘a distancia’. No obstante, en esto último no coincide con la situación de su homóloga inglesa, que se ha visto en los últimos años desplazada por electronic voting, más comúnmente abreviada en el uso como e-voting. Efectivamente, si bien en español también encontramos algunas apariciones de la expresión voto electrónico, e incluso cibervoto, estas han prosperado mucho menos que televoto.
Así pues, dados el prometedor futuro de este sistema en ámbitos cada vez más numerosos y la considerable penetración social del uso de esta denominación, nos parece sobradamente justificada su inclusión en el diccionario.
Carmen Varo Varo
Área de Lingüística General
Grupo de Investigación «Semínein»
Instituto Universitario de Investigación en Lingüística Aplicada
Universidad de Cádiz (España)