Gracias al avance de la tecnología y, en particular, de la inteligencia artificial, en los últimos años han aparecido diversas aplicaciones y páginas web que dicen ser capaces de encontrar a nuestro doppelgänger (doppelgängerin en femenino, en el alemán original) disponibles con tan solo un par de clics. Lo cierto es que, por lo general, la idea de encontrar a un completo desconocido que se nos parezca resulta curiosa, sorprendente e intrigante. Sin embargo, según el folklore nórdico y germánico, encontrarte con tu propio doppelgänger no es otra cosa que un augurio de muerte.

[fotografía] dos mujeres vestidas y peinadas igual, de perfil y espalda contra espalda separadas por un tabique
cottonbro studio (Pexels)

La palabra apareció originalmente en la lengua alemana, acuñada por el escritor romántico Jean Paul (1763-1826) en 1796, en su obra Siebenkäs. Así lo indica el Etymologisches Wörterbuch der deutschen Sprache de Friedrich Kluge (1975), que también señala que, tras este primer uso, el término fue utilizado por otros autores, como E. T. A. Hoffmann (1776-1822) en Die Doppeltgänger (1821). La voz está formada por el participio del verbo doppeln (‘duplicar’, y, por lo tanto, ‘duplicado’) y Gänger, del verbo gehen (‘ir’ o ‘caminar’, es decir, ‘el que va’, ‘el que camina’, ‘caminante’); la traducción literal sería ‘duplicado andante’.

Las formas Doppeltgänger y Doppelgänger han convivido desde su origen, según los datos del Digitales Wörterbuch der deustchen Sprache (en línea), que solo recoge la segunda forma, que es la que se ha impuesto y se ha exportado a otras lenguas, como el inglés, el español, el francés, el italiano, el chino, el japonés y otras.

Más interesante aún es la evolución de sus significados en las diversas lenguas mencionadas, empezando por el alemán. El Etymologisches Wörterbuch der deutschen Sprache de Kluge (1975) señala precisamente que Jean Paul, al acuñar el término, lo usó para «personas que piensan que pueden ser vistos dos veces o que podrían estar en dos lugares a la vez»; mientras que Hoffmann (1821) lo usó para referirse a una «persona engañosamente parecida a otra». Respecto a este último significado, Kluge indica que se trata del significado vigente. En el Deutsches Wörterbuch de los hermanos Grimm (1854-1961) se recogen ambas acepciones. Finalmente, el Digitales Wörterbuch der deutschen Sprache define el término de la siguiente forma: «(ser el doppelgänger de alguien) ser confusamente similar a alguien en apariencia».

Vale la pena remarcar, pues, el matiz de la confusión en el uso actual de Doppelgänger en alemán, y distinguirlo de la palabra Double ‘doble’. El segundo es un intento deliberado de copiar la apariencia física de una persona, incluso mediante complementos, maquillaje…, para poder sustituirla en una serie de situaciones determinadas, como una película; mientras que el primero hace referencia a una persona que se parece a otra por naturaleza hasta el punto de poder generar dudas acerca de la identidad del supuesto original y, en algunos casos, llegar a suplantarla y considerarse un impostor. Como se puede comprender a partir de esta distinción, la línea entre el uno y el otro es difusa; un Doppelgänger sería un Double ideal mientras nadie dudará de quién es el original y quién es el Doppelgänger, y un Double podría llegar a convertirse en Doppelgänger, si, potenciando su parecido, pudiera llegar a generar dudas sobre la identidad del original más allá de la voluntad de este.

El resumen de esta distinción es, entonces, que, en alemán, el Doppelgänger supone un problema o amenaza para la identidad de la persona a la que se asemeja. Además, volviendo a la idea de los augurios ya mencionada, en el folklore nórdico y alemán, ver a tu Doppelgänger se interpreta como un augurio de muerte, de mala suerte o de problemas de salud. Por lo tanto, queda claro que la figura del Doppelgänger en su lengua original tiene un tinte siniestro y amenazante, y no se le atribuye nada bueno.

Todo este conjunto de significados, matices y connotaciones ha evolucionado de distintas formas al trasladarse a otras lenguas. En inglés, por ejemplo, se usa la forma doppelganger, y el Oxford English Dictionary lo define así: «aparición de un doble de una persona viva». También se recoge en el Cambridge Dictionary: «espíritu que tiene la apariencia exacta de una persona viva, o alguien que tiene la apariencia exacta de otra persona sin ser familia». El Merriam-Webster Dictionary indica que se puede usar como equivalente de double (‘doble’), de alter ego, y que puede hacer referencia a una «persona con el mismo nombre que otra» o a una «contraparte fantasmal de una persona viva». Por tanto, los diccionarios indican que se puede usar con las connotaciones siniestras y fantasmagóricas de la palabra alemana original, o bien en un sentido más neutro como sinónimo de doble, lo cual contrasta con la distinción que se señala anteriormente en alemán.

En español, a diferencia de los diccionarios de inglés, el término no se recoge en el Diccionario de uso del español de María Moliner, en el Diccionario del español actual de Seco, Andrés y Ramos, en el Nuevo diccionario de voces de uso actual de Alvar Ezquerra, en el Diccionario Clave de SM, ni en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia.

La palabra se documenta por primera vez en español en 1945, en un texto periodístico argentino:

  • El tema del doppelgänger – es decir, «el doble de una persona», «el yo maléfico de una persona, ella misma, pero malvada» […] cuenta con una gran tradición en la literatura alemana, desde Kleist y aun antes de él, hasta los expresionistas. [Correo Literario (Argentina), 15/3/1945]

En este caso, se trata precisamente de un uso metalingüístico de la palabra, puesto que, al ser un neologismo, requiere ir acompañada de una breve explicación. A continuación, algunos ejemplos de uso más recientes:

  • […] un hombre feo, oscuro, sexual y de tintes monstruosos. Un doppelgänger, en definitiva, capaz de abrir una honda fisura en su burbuja rosa. [Cinemanía (España), 1/5/2021]
  • Como el espacio del cibercafé en el que la imagen del doppelgänger de Wang aparece como un enemigo a batir en un videojuego online, sin saber muy bien cómo y por qué reta el protagonista. [Cinemanía (España), 1/9/2020]
  • Esta turbadora versión oscura o doppelgänger del agente Cooper representa una fuerza una voluntad malvada un poder. [La Jornada (España), 27/6/2017]

En estos tres casos, vemos que doppelgänger conserva el tinte siniestro del original alemán. Sin embargo, también hallamos casos en que se usa como sinónimo de doble, más neutro:

  • No, Claudia no es la doppelgänger femenina de Neymar ni quien llevaba esa pancarta era Piqué. [El Periódico (España), 9/4/2018]
  • Baudelaire amó tanto a Poe que en algún momento sostuvo ser su reencarnación, su doppelgänger.[La Nación (Costa Rica), 23/4/2021]

En definitiva, la no inclusión del término doppelgänger en los diccionarios del español se debe tanto a su reciente incorporación a la lengua como a su baja frecuencia de uso. A pesar de que, al parecer, la palabra empieza a usarse hacia la mitad del siglo xx, no se hace más habitual hasta entrado el siglo xxi y, aun así, sigue siendo poco común, restringida habitualmente a ámbitos de la narrativa cinematográfica o literaria; cabe destacar que la complejidad de la palabra, tanto gráfica como conceptual, fomentan su naturaleza restringida. Sin embargo, teniendo en cuenta que el Diccionario de la lengua española sí que recoge varias figuras del folklore tradicional germánico y escandinavo, como los troles o los gnomos, y el uso creciente del término, podemos afirmar que su entrada en el diccionario, sin duda, sería deseable.

Pol Garriga Martínez
Universitat Pompeu Fabra (España)

doppelgänger m. y f.

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