El origen de la palabra skyline se remonta al año 1824. Como neologismo inglés, esta palabra se formó por el mecanismo de composición (sky + line) para significar tanto la línea en la que el cielo y la tierra parecen unirse (horizonte) como la forma de edificios, montañas o árboles cuando tienen el firmamento de fondo.
Esta palabra llega a nuestra lengua con la misma grafía del inglés, de ahí que se le considere como un préstamo no adaptado. Se trata pues de un sustantivo de género masculino, perteneciente al ámbito del urbanismo. Y, como consta en los diccionarios VOXUSO, Lema y Vox, también suele escribirse separada; o sea, sky line.