Sin duda, eco- constituye una base compositiva culta de enorme productividad en español, al igual que sucede en otras lenguas actuales, como reflejo de la creciente preocupación global por el medio ambiente y de las actuales medidas para combatir su deterioro. De ello da fe la Real Academia, que en su Diccionario de la lengua española, junto al significado original de este elemento compositivo, ‘casa’, ‘morada’ o ‘ámbito vital’, del gr. οἰκο- oiko-, consigna el significado ‘ecológico’.

Dos manos sostienen una bola de cristal que contiene un prado presidido por un árbol frondoso.
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El interesante proceso de especialización se percibe con más detalle en las tres acepciones recogidas por el Clave: 1) ‘casa’ > 2) ‘medio ambiente’ > 3) ‘ecológico’. En todo caso, no puede hablarse de homogeneidad en el tratamiento lexicográfico de este elemento. Por ejemplo, el diccionario VOXUSO solo contempla la primera y más genérica de estas tres acepciones, pese a que da cabida a entradas como ecoetiqueta o ecoindustria, entre otras. Por su parte, Alvar1 y Alvar2 ni siquiera registran eco- como elemento compositivo, pero sí una larguísima lista de compuestos (hasta 39) entre los que encontramos desde los más conocidos, como ecoparque o ecotasa, hasta los más extraños del tipo ecoataúd, pasando por formaciones con valor metafórico de gran proyección internacional como ecocidio, cuyos equivalentes en lenguas como el inglés o el francés son igualmente interpretados en el Oxford English Dictionary y Le Grand Robert.

En cambio, el DEA no solo se limita a la acepción ‘ecológico’ y excluye las predecesoras, probablemente tomando en consideración que la acepción primitiva apenas se reconoce en términos como ecología y economía y sus derivados, sino que, además, frente a los anteriores diccionarios, incluye la entrada independiente eco como forma léxica resultante del acortamiento de ecológico o ecologista, si bien circunscrito al uso coloquial.

Formas neológicas articuladas sobre la base eco- asoman diariamente en el lenguaje escrito, especialmente publicitario y periodístico. A este respecto, el diccionario NEOMM apunta con buen tino hacia la motivación para la formación de esta rica serie de neologismos que «reflejan la idea de defensa de la naturaleza o acercamiento a ella».

Sin desdeñar la vitalidad de esta base compositiva, presente en innumerables creaciones léxicas, algunas ya instaladas en la lengua, otras latentes en el hablar, consideramos necesario el tratamiento independiente del acortamiento léxico eco. Efectivamente, es muy común encontrarlo como forma reducida de ecológico y ecologista y, por tanto, con valor léxico. Es cierto que en algunas ocasiones aparece marcada tipográficamente con mayúsculas o comillas.

  • Las ventas de coches «eco» y «cero emisiones» crecen en porcentaje, aunque su número todavía sea muy reducido en el actual parque automovilístico español. [ABC (España), 6/03/2019]

Pero cada vez con mayor frecuencia la hallamos sin ninguna marca, formando parte de llamativas campañas como, por ejemplo, Educa en Eco (empresa Ecoembes) o Desafío Eco (empresa YPF), de entidades como la fundación Alter Eco (Chile) o, fundamentalmente, en la prensa cotidiana:

  • La cosmética eco se convierte en más que una tendencia. [La Razón (España), 1/04/2019]
  • Alimentación, transporte y cosmética… los millennials han abrazado lo eco, abanderando unos hábitos de consumo más saludables. [La Vanguardia (España), 16/02/2019]
  • §  El grupo eco extremista que se atribuye la colocación de bombas en centros comerciales del Estado de México. [Infobae (Argentina), 30/03/2019]
  • Gasolina eco sustituye a la súper en Costa Rica. [La Prensa (Honduras), 4/04/2019]

En el Banco de neologismos del Instituto Cervantes se constata, al menos, desde 2011, tanto en textos escritos como orales. En este sentido, sorprende que por el momento el diccionario académico no haya incluido la entrada eco como acortamiento, de manera similar a lo que se ha hecho con otras bases cultas como micro o logo (formas acortadas de micrófono y logotipo). Aunque podría alegarse que el acortamiento suele atribuirse a la categoría sustantivo, desde luego, ello no excluye a los adjetivos de este tipo de procesos. Es más, aunque puede que su génesis se vincule a un estilo coloquial más propio de la lengua oral, puede encontrarse en textos escritos en lengua estándar, como se manifiesta en los ejemplos que hemos reproducido. Por el contrario, mejor suerte corre la forma acortada eco con el significado de ‘ecografía’, relativa a su homónimo eco, del lat. echo y este del gr. ἠχώ ēchṓ, que sí es recogida en numerosos diccionarios, pese a su adscripción al ámbito especializado de la medicina.

En suma, el devenir de esta forma hacia la especialización muestra que en la actualidad apenas se interpreta semánticamente de acuerdo con su etimología, sino como reducción de ecológico y ecologista no solo en los abundantes compuestos neológicos en los que participa sino también como forma acortada lexicalizada, también merecedora de una entrada propia en los diccionarios de lengua.

Carmen Varo Varo
Instituto Universitario de Investigación en Lingüística Aplicada
Universidad de Cádiz (España)

eco

2 pensamientos en “eco

  • 18 de junio de 2019 a las 09:10
    Enlace permanente

    Gracias por el artículo. Muy interesante.

    Es curioso. El DRAE tiene 12 acepciones de eco, pero ninguna del
    devenir reducido de ecológico y ecologista.

    No me sorprendería que en el futuro se tomen prestadas en nuestra lengua otras acepciones más del inglés, pero como verbo; reverberar, reflejar un sonido, compartir o expresar opiniones de otros, compartir características o, en informática, enviar una copia de regreso a su fuente original.

    Saludos

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  • 31 de diciembre de 2019 a las 08:29
    Enlace permanente

    Yo he visto eco- aplicado a otro concepto distinto del ecológico: el económico.

    Así, ecolibros (libros baratos), ecorreparación (reparación barata).

    Es mucho menos frecuente, pero ahí está. Lo dejo como apunte. Gracias.

    Responder

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