Probablemente cada uno de nosotros tenemos guardados en nuestra memoria una canción o un tipo de ropa que ha marcado una época de nuestra vida. Cuando tal referente personal trasciende a la colectividad y determina unas señas comunes, solemos hablar de «tendencias», «estilos» o «modas». El término noventero, noventera podría definirse escuetamente como ‘relativo a los años noventa’. Sin embargo, puede aplicarse a una persona que ha aprehendido dichas tendencias (actitudes o gustos) vigentes en un marco cronológico concreto —en este caso los años noventa del siglo pasado—, o bien a alguien que siente nostalgia, entendida como experiencia emocional ocasional pero recurrente, de lo que vivió y perdió o nunca tuvo en la década de los noventa.

Fotografía de un conjunto de instrumentos de percusión en un polígono abandonado.
Pixabay

El catálogo de los elementos que conforman dichos referentes aprehendidos o añorados es extenso y nos remiten a un universo temático difícil de acotar. Pueden incluirse, en lo que identificamos como noventero, cantantes y canciones (Alejandro Sanz, Britney Spears, Macarena…), grupos y estilos musicales (Nirvana, Backstreet Boys, Spice Girls, Oasis, Jarabe de Palo, Estopa…; pop español, grunge, rock alternativo, eurodance…); producciones cinematográficas (El silencio de los corderos, La lista de Schindler, Pulp Fiction, Forrest Gump…) y televisivas (Twin Peaks, Los Simpson, El príncipe de Bel-Air, Expediente X…); éxitos editoriales (Historias del Kronen de José Ángel Mañas, El capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverte, Generación X de Douglas Coupland…); o formas de vestir (pantalones de tiro alto, sudaderas anchas, camisas de cuadros o cazadoras vaqueras). Incluso podríamos referirnos a un espíritu noventero que confiere el hecho de haber jugado con la Game Boy o formado parte de las últimas generaciones que cursaron BUP, desterraron el casete y empezaron a escuchar música en CD.

La ausencia de noventero, noventera en los principales diccionarios de referencia consultados avala en cualquier caso la consideración del término como neologismo, si aplicamos la exclusión lexicográfica como criterio de neologicidad. No existe, pues, remisión alguna a un término concreto cuyo contenido semántico aluda a un sentimiento hacia lo que significaron los noventa. Únicamente algunas de las fuentes incluyen en el lema noventa una subentrada relativa a los (años) noventa/noventas con la acepción de «último decenio de un siglo, especialmente del xx» (DEA) o, en otros casos, se nos refiere a los noventa como «década comprendida entre los años 1990 y 1999» (VOXUSO). No obstante, en distintas fuentes lexicográficas es posible hallar adjetivos vinculados a años determinados de la década de los noventa (del siglo pasado o anteriores) en que acaecieron acontecimientos relevantes. Tal es el caso del término noventayochista «relativo a la generación de 1898» (DEA, Clave, DRAE23, VOXUSO), o noventaydósico, noventaydósica ‘perteneciente o relativo al 1992, como año de la Exposición Universal de Sevilla’ (Alvar1, Alvar2). Resultados parecidos se obtienen si se consultan diccionarios de otras lenguas, en los que no aparece un término equivalente a noventero sino expresiones similares a las subentradas mencionadas (los (años) noventa/noventas). Así pues, en inglés se utilizan fórmulas como «in the nineties» (nineties rock style) o «90s» (90s fashion products), parecidas a las del francés «dans les années quatre-vingt-dix/nonante/90» (la mode des années 90).

La base de datos del Observatori de Neologia recoge pocos ejemplos del uso de noventero, noventera (véanse los dos primeros), pero no es difícil recopilar muestras procedentes de distintos periódicos, en los que se utiliza el término con o sin marcas tipográficas, a través de los cuales puede observarse la amplitud temática a que nos referíamos:

  • El emblemático cuarteto noventero retomó sus actividades el año pasado, durante el festival Lollapalooza 2010. [El Sur (Chile), 17/02/2011]
  • La nueva versión del clásico noventero se estrena junto a A Roma con amor, de Woody Allen, y un aplaudido thriller. [El Mercurio (Chile), 17/08/2012]
  • Al margen de una honrosa excepción, las escenas de violencia sobrenatural o bien ofrecen el tipo de esteticismo arty del que su director ya abusó en Yo soy el amor (2009) y Cegados por el sol (2015) o, en el peor de los casos, imaginería propia de videoclip noventero. [El Periódico (España), 01/9/2018]
  • Un menú sabroso en sonidos también «muy noventeros». Guitarras contundentes y energía bien condensada en canciones que, junto a ese tratamiento tan alternativo noventero propio del punk garagero, galopan a lomos de varios géneros, como el rock primitivo de los cincuenta. [El País (España), 24/10/2018]
  • También Rosalía ha intentado meter con calzador la tendencia noventera de las botas pantalón. [La Vanguardia (España), 22/01/2020]

Igualmente habitual es el uso de noventero, noventera en páginas web que remiten a listas de éxitos de los noventa, a recopilatorios de referencias cinematográficas o literarias, a la recuperación de estilos en el vestir o a la asociación de colectivos que aúnan reivindicaciones nostálgicas. En definitiva, un afán revisionista o una creciente cultura del revival que añora la esencia de un pasado no muy lejano y transmite la sensación que las tendencias son siempre cíclicas porque tal vez, como reza la cita manriquiana, «(a nuestro parecer) cualquier tiempo pasado fue mejor».

Desde el punto de vista del análisis formal, noventero, noventera es sin duda un neologismo generado a partir de uno de los mecanismos de formación patrimonial más frecuente, la sufijación. En este caso se trata del sufijo adjetivizador –ero, -era (procedente del latín -arĭus, -a, -um, tras un proceso de yodización metatética), a partir de una base léxica nominal (noventa). En cualquier caso, el término noventero, noventera puede usarse también como sustantivo, a través del recurso habitual de sustantivación (los noventeros, las noventeras). Por lo que se refiere al componente semántico de dicho afijo, y según recoge la gramática normativa de la Real Academia Española, el sufijo -ero, -era es productivo como adjetivo gentilicio (habanero), aunque también forma otros adjetivos de relación derivados de sustantivos que designan materias o productos sujetos a comercio o a transformaciones agrícolas e industriales (central lechera). En su condición de adjetivos calificativos, pueden expresar gusto o afición por lo que se toma (cafetero) o por algunas actividades (fiestero, futbolero), y algunos pueden usarse como adjetivos relacionales (aduanero). Igualmente se alude al sentido general del sufijo con el significado de ‘carácter o condición moral’ (traicionero). Quizás este último sea el que más se aproxima al matiz semántico del sufijo en noventero, noventera aunque, como han señalado otros autores, específicamente se refiere a ‘un sentido de cualidad o conducta’.

Más allá, pues, incluso de una lectura sociológica que pueda plantearse de la existencia del término noventero, noventera, lo cierto es que desde el punto de vista lingüístico es una forma transparente morfológicamente y precisa semánticamente, como pueden serlo las formas análogas: sesentero, ochentero. Además, su aparición frecuente en la prensa y otros entornos digitales, así como el hecho de que contribuya a la definición de un comportamiento social en auge (la reivindicación de tendencias pasadas), deberían convertirla en una unidad léxica con posibilidades de incorporarse a los diccionarios de referencia de la lengua española.

Imma Creus Bellet
Universitat de Lleida (España)

noventero, noventera adj. y m. y f.

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