Según el diccionario Zingarelli, en Italia llaman stracciatella a una sabrosa sopa que se cocina, básicamente, echando al caldo hirviendo huevo crudo batido mezclado con queso grana y removiendo rápidamente de modo que el huevo y el queso si stracciano, es decir, se rasgan o despedazan. Por supuesto, otras fuentes ofrecen diversas variantes de este plato, como suele suceder con cualquier receta y más particularmente con las tradicionales. El helado de stracciatella, por otra parte, se elabora dispersando virutas o pedazos diminutos de chocolate caliente en la base de nata y leche fresca, aderezada con extracto de vainilla y azúcar. Por último, recibe el mismo nombre una masa de crema fresca con hilos de queso mozzarella.
El italiano stracciatella procede de la adjunción del sufijo diminutivo –ella al participio adjetival stracciato, de stracciare, ‘rasgar, deshilachar, despedazar, desgarrar’. El OBNEO ha recogido usos de stracciatella, el primero de ellos de 2006:
- Me tumbaría en las colinas de la Toscana, me sentaría en un puente de Venecia (el de l’Accademia es favorito personal) a ver el Sol cuando abraza de los hombros a la ciudad; estaría solo en Roma, brindaría con un helado de stracciatella por Fellini y Anita Eckberg, sabría que, si los astros se alinean, a mí también me espera una dolce vita […]. [La Jornada (México), 12/01/2006]
- Cornetto con mousse de chocolate blanco al malibú y helado de stracciatella. [El Mercurio (Chile), 7/12/2012]
- La stracciatella es deliciosa, con sus trocitos de chocolate. Me gusta mezclar uno y uno, así que pido un helado de amarena (vainilla con frambuesa) y mango. [El Mercurio (Chile), 23/06/2013]
- «Para acompañar esta bebida recomiendo el Duetto, un postre de helado a base de galleta de chocolate relleno con helado de stracciatella, que es un helado blanco con chispas de chocolate. Se sirve bañado con manjar y fosh caliente», explica. [Diario Correo (Perú), 22/10/2014]
- La diferencia abismal radica en que el primero es de pasta hilada rellena de crema de leche de vaca —stracciatella— y el segundo es todo pasta hilada de leche de búfala. [El País (España), 18/04/2017]
- El delicioso tuétano con caviar y salicornia, que probamos mientras están en fase de pruebas, es un ejemplo de esa cocina, como lo son la anchoa con stracciatella o la ventresca simplemente maridada con colatura de anchoa y con unas almendras tiernas. [La Vanguardia (España), 23/06/2018]
La consulta a los bancos de datos académicos indica que la primera documentación, casi un hápax referido a la sopa, se remonta en el CREA a 1987, y no es hasta 2005, coincidiendo prácticamente con el OBNEO, cuando reaparece en el CORPES XXI, donde se recogen nueve casos, seis de ellos de un mismo documento, que aluden al helado.
En cuanto a la presencia en los diccionarios del español, stracciatella no figura en repertorios de neologismos como Alvar1, Alvar2 o NEOMM ni en obras de carácter descriptivo como VOXUSO, Clave o DEA. Tampoco se recoge en DIEC2 (Diccionari de la Llengua Catalana. Institut d’Estudis Catalans, 2007) ni en GDLC (Gran Diccionari de la Llengua Catalana de Enciclopèdia Catalana, en línea) en el caso del catalán; ni en Le Grand Robert ni en Le Petit Robert para el francés; ni en el Dicionário Priberam da Língua Portuguesa; figura, no obstante, en el Oxford English Dictionary con el significado de ‘sopa’ (pero no como helado), pero no se documenta en el Cambridge Dictionary ni en el Merriam-Webster.
Puede concluirse, por tanto, que la presencia de la voz stracciatella en los corpus y repertorios no es muy destacada en ninguno de los tres significados fundamentales con que se usa en italiano. Resulta especialmente llamativo que no figure en ninguno de los diccionarios de neologismos consultados. Stracciatella pertenece a la categoría de esos préstamos crudos o extranjerismos cuya forma no se ha adaptado a las normas fonológicas y ortográficas de la lengua receptora, pese a su indudable antigüedad en el español moderno y a la valorable frecuencia de uso de algunas de ellas (véase, en el caso del español, el francés collage, el japonés —a través del inglés— geisha o el italiano paparazzi). La constitución fonológica de otros extranjerismos, en cambio, parece haber facilitado su adaptación (cf. el japonés samurai, español samurái; o el inglés stress, español estrés).
No obstante lo dicho, la palabra cubre, al menos en el caso del español, una necesidad denominativa, es decir, su aparición no responde a un capricho meramente estilístico. Quizá esta circunstancia compense la relativa escasa frecuencia de esta voz en las fuentes consultadas y haga recomendable su inclusión en el diccionario académico próximamente.
Juan Miguel Monterrubio Prieto
Universitat de les Illes Balears (España)