preadolescente m. y f. y adj.

preadolescente <em>m.</em> y <em>f.</em> y <em>adj.</em>

Quienes en su vida cotidiana tratan con preadolescentes probablemente coincidan en señalar características que los hacen a la vez encantadores y frustrantes: la frescura y los hábitos de la niñez de la que se están desprendiendo conviven con las inquietudes y los cambios que se empiezan a experimentar como anticipo de la adolescencia. Resulta curioso, entonces, que un dato de la experiencia tan fácilmente identificable y tan claramente designado carezca de registro lexicográfico en nuestro idioma. En efecto, preadolescente no aparece como entrada en los principales diccionarios del castellano en general, ni en los diccionarios integrales de variedades de la lengua, a pesar no solo de su historia y difusión, sino de la realidad aparentemente inequívoca que designa.

islamofobia f.

islamofobia <em>f.</em>

El adjetivo islamófobo, ba ‘que tiene o muestra islamofobia’ y el sustantivo islamofobia ‘aversión o rechazo hacia el islam, lo musulmán o los musulmanes’ son dos neologismos lexicográficos no recogidos por el DRAE que, sin embargo, se encuentran ampliamente documentados desde hace años en las distintas variedades de la lengua española, como muestran los siguientes ejemplos recopilados por el Observatori de Neologia en diversas zonas del territorio español así como en diversos países de América Latina.

inasumible adj.

inasumible <em>adj.</em>

El neologismo inasumible surge de adjuntar el prefijo in– a la base asumible, que a su vez es producto de aplicar el sufijo –ble al verbo asumir. El neologismo se registra por primera vez en el Observatori de Neologia en el año 1991, en España:

  • Hacienda cree que tiene un coste inasumible y afirma que es políticamente inadecuada. [La Vanguardia (España), 19/02/1991]

antidesahucios adj.

antidesahucios <em>adj.</em>

A pesar de ser una voz de notable uso en la actualidad, antidesahucio(s) no aparece en ningún diccionario de referencia del español: ni en los prescriptivos, ni en los descriptivos ni tan siquiera en los de neologismos. Ello demuestra dos cosas: la primera, que es una palabra de muy reciente difusión en el español; y la segunda, que al responder a un esquema de prefijación absolutamente regular, transparente y productivo no parece haber necesidad de recogerla en repertorios lexicográficos al uso. Resulta llamativo que esta palabra no aparezca en fuentes hispanoamericanas, excepción hecha de cuando se informa, en textos periodísticos, de noticias relacionadas con España.

aporofobia f.

aporofobia <em>f.</em>

Aporofobia es un neologismo formado por composición culta: del prefijo griego άπορος, ‘pobre, sin recursos’, y del sufijo del latín científico –phobia, y este del griego -φοβία, aversión, rechazo. Como dice Martínez Navarro (profesor de Filosofía Moral), es un término que sirve para nombrar un sentimiento de rechazo al pobre, al desamparado, al que carece de salidas, al que carece de medios o de recursos.

prensa rosa f.

prensa rosa <em>f.</em>

Hoy en día, además de informarnos sobre la actualidad nacional e internacional, los medios de comunicación también nos entregan información sobre las actividades y la vida privada de personajes públicos y famosos como actores, cantantes, deportistas, modelos, presentadores de televisión, entre otros. Este género periodístico, que cuenta tanto con seguidores como con detractores, se conoce como prensa rosa, es decir, la ‘prensa dedicada a informar sobre temas relacionados con la vida privada y amorosa de personajes públicos o de cierta importancia social’ (VOXUSO).

Relacionada con la cultura popular o sensacionalista, el propósito de la prensa rosa no es informar, sino más bien vender, conmover o emocionar, transmitir sueños, ilusiones y modelos de vida, ya que en ella todos son felices, ricos y realizan actividades que provocan placer, en otras palabras, viven «la vida color de rosa». Además, a través de este tipo de prensa el lector siente que puede acceder a una parte de la intimidad de los famosos:

nini o ni-ni m. y f.

nini o ni-ni <em>m. </em>y<em> f.</em>

Decir que la vida de las unidades léxicas está fuertemente ligada a la de las parcelas de realidad que representan puede parecer una obviedad. Sin embargo, existen casos en los que esa simbiosis queda mucho más patente que en otras, probablemente porque la trayectoria de algunas realidades suscita un interés particular entre los hablantes. Tal es el caso de los ninis, colectivo de jóvenes que ha cobrado relevancia en los últimos años: debido a la difícil situación socioeconómica que vive, el número de menores de treinta años que «ni estudia, ni trabaja» ha aumentado considerablemente. Este hecho ha favorecido la consolidación del apelativo con el que se les denomina como un neologismo de uso relativamente extendido.

savoir faire m.

savoir faire <em>m.</em>

En ocasiones, para denotar prestigio utilizamos un préstamo en lugar del equivalente en la propia lengua. La diferencia entre ambas palabras no siempre yace en su contenido semántico, que puede ser el mismo, sino en el valor pragmático que llevan asociado. En este sentido, si bien actualmente el inglés ejerce una fuerte influencia, aún encontramos en la lengua castellana préstamos del francés de este tipo, lengua que ejerció este papel hace algunas décadas en el ámbito internacional. Entre los neologismos de esta lengua destacan los asociados al ámbito de la sociedad, como affaire, enfant terrible, grandeur, je ne sais quoi, savoir faire, etc.

memoria histórica f.

memoria histórica <em>f.</em>

El sintagma memoria histórica se utiliza en el castellano actual con un significado especializado: ‘recuerdo colectivo o recuerdo extendido en una comunidad sobre acontecimientos de su pasado’. Este significado podría ser interpretado como composicional pues el sustantivo memoria queda definido de manera interpretable desde la segunda edición del María Moliner (DUE 1998):

2. Presencia en la mente de alguien determinado o de la gente de algo pasado: ‘No queda memoria de tal hecho’.= *Recuerdo. Conciencia del pasado histórico.

opinólogo, opinóloga m. y f.

opinólogo, opinóloga <em>m. </em>y<em> f.</em>

En textos periodísticos de Argentina, Chile, España, Perú y Uruguay, al menos desde los años noventa del siglo XX se registra con cierta frecuencia la voz opinólogo para designar a las personas que, especialmente en la radio y en la televisión, expresan sus opiniones sobre cualquier tema sin poseer un conocimiento especializado sobre él; la opinología se convierte así en una especie de seudodisciplina cuyos cultivadores reúnen, además, un nuevo requisito: la rotundidad de sus juicios y la simpatía que suelen suscitar en su público, que a menudo se siente identificado con este nuevo profesional que traslada a los medios de comunicación de masas la charla informal (y, en ocasiones, malintencionada) típica de quienes pontifican sobre lo divino y lo humano acodados en la barra de un bar o refugiados en el anonimato que brindan las redes sociales. La voz se atestigua ya en 1990, vinculada al ámbito de la política: