lluvia de ideas f.

lluvia de ideas <em>f.</em>

El publicista A. F. Osborn descubrió la técnica del brainstorming en unas sesiones experimentales, en el año 1939. Unos años más tarde, en 1954, describió esta técnica y propuso el nombre en su libro Applied Imagination. El brainstorming, traducido como lluvia de ideas o tormenta de ideas, es una técnica de grupos para generar ideas espontáneamente sobre un tema o para solucionar un problema, a través de la creatividad. El uso del término se ha extendido de distintas formas. Por un lado, como un procedimiento específico en nuevas disciplinas, como, por ejemplo, la creación de textos. Por otro lado, ha adquirido un significado más general, para expresar el momento inicial de una reunión donde se invita a sugerir ideas de forma libre y no estructurada, o bien para dar nombre a procesos de búsqueda de soluciones.

autoimponerse v. pron.

autoimponerse <em>v. pron.</em>

En una sociedad globalizada en la que las cosas nos suelen venir dadas y nos limitamos a dejarnos llevar por ellas siguiendo sus indicaciones, se ha hecho cada vez más necesario especificar y destacar mediante nuestro lenguaje cuándo nos estamos refiriendo a algo realizado por nosotros mismos. Entre otros elementos del lenguaje, el uso del pronombre se y el elemento auto- en determinadas circunstancias colaboran en esta indicación.

estratosférico, estratosférica adj.

estratosférico, estratosférica <em>adj.</em>

La atmósfera está dividida en cinco capas, las cuales son —empezando por la inferior— la troposfera, la estratosfera, la mesosfera, la termosfera (o ionosfera) y la exosfera. En su sentido original, el adjetivo estratosférico se emplea, pues, para hacer referencia a aquello perteneciente o relativo a la segunda capa más baja de la atmósfera. No obstante, se ha documentado un uso figurado de este adjetivo que no está recogido en el DRAE23, ni en sus actualizaciones posteriores, ni en los principales diccionarios de español (p. ej. Alvar2, Clave, DEA, VOXUSO, etc.).

momentum m.

momentum <em>m.</em>

El curioso caso de la voz neológica momentum despierta interés filológico por varios motivos: por un lado, por tratarse de un llamado latinismo craso o crudo, un préstamo del latín en su forma original, ya que mantiene la desinencia –um de la declinación neutra del latín; por otro, debido a la existencia del préstamo medieval momento, con el que nuestro neologismo forma un doblete léxico, dos palabras que comparten el mismo origen, pero presentan distintas formas; y, por último, por la vuelta a los orígenes del significado del étimo. Y es que momentum —acortamiento de movimentum y derivado del verbo movere, ‘mover’— significa ‘movimiento, impulso, cambio, variación’ en latín (Nuevo diccionario etimológico Latín-Español y de las voces derivadas, s. v.) y, con ciertos matices y como veremos a continuación, también en castellano. De ahí que tanto un momentum como un momento, y siempre desde el punto de vista etimológico, no sea otra cosa que un ‘pequeño movimiento de tiempo’.

tempus fugit loc. y m.

tempus fugit <em>loc.</em> y <em>m.</em>

Tempus fugit es una locución latina que se refiere a la velocidad en que transcurre el tiempo. Se podría traducir literalmente como ‘el tiempo se escapa’ o ‘el tiempo vuela’; quizás esta última sería la expresión equivalente más común en nuestra época. De hecho, el DRAE23, aunque no recoge la expresión latina, sí que incorpora la metáfora bajo el lema volar: ‘dicho del tiempo: pasar muy deprisa’.

premium adj.

premium <em>adj.</em>

La voz premium es un préstamo del inglés premium, lengua en la que es a su vez un préstamo —datado por lo menos a principios del siglo xvii, según se puede comprobar en el Oxford English Dictionary— del sustantivo latín praemium, que significa ‘premio’. En inglés fue desarrollando varios sentidos a partir del inicial ‘premio’, como el recientemente surgido en inglés americano ‘de precio y calidad superior‘, que funciona como adjetivo, y que pasó, a finales del siglo xx, al español.

redimensionar v. tr.

redimensionar <em>v. tr.</em>

Este vocablo parece tener un largo recorrido. De hecho, el Corpus de Referencia del Español (CREA) arroja casos que se remontan al año 1980, es decir, al menos se documenta desde hace más de treinta años. Aunque bien es cierto que el sustantivo redimensionamiento (recogido desde 1979 en CREA) fue la primera forma que se incluyó en Alvar1, con el sentido ‘acción y efecto de volver a establecer las dimensiones exactas, el valor preciso [de alguien o de algo]’. En Alvar2 sí aparece sancionada la forma verbal como ‘volver a establecer las dimensiones exactas, el valor preciso [de algo]’, sin aludir a personas. Igualmente, en el diccionario Clave también se incluye con notas significativas similares (‘volver a medir o a calcular’). No se recoge, sin embargo, en el NEOMM.

estatuilla f.

estatuilla <em>f.</em>

Obviamente, estatuilla es una voz española, una bella palabra diminutiva y afectiva sobre la cual el último DRAE, el de 2014, consultado en línea, al advertir que «no está registrada en el Diccionario», añade por todo dato complementario que «la entrada que se muestra a continuación podría estar relacionada: estatua». Otros diccionarios consultados, como Alvar1, Alvar2, DEA, NEOMM y VOXUSO tampoco recogen el lema. Sin embargo, si buscamos en las páginas impresas del DUE de 2007 obtenemos la información siguiente: ‘estatuilla f. dim. frec. de ESTATUA. Particularmente, óscar’; esto es, nos encontramos con un artículo que condensa un conjunto de datos, artículo que asimismo recoge el Clave desde 2008 con las indicaciones que siguen: ‘s.f. En cine, trofeo o premio’. Huelga poner de relieve que ambas entradas de estos repertorios generales de uso aportan una novedad respecto a sus predecesores. Los dos diccionarios coinciden en señalar un sentido nuevo y aparente de estatuilla. En el DUE se lee que dicho vocablo suele emplearse en lugar del epónimo óscar. Y el Clave nos dice que se trata de un término cuyo uso en el universo cinematográfico designa un galardón.

big bang m.

big bang <em>m.</em>

Esta designación con fecha de nacimiento registrada y padre conocido fue acuñada en 1949 por el astrónomo Fred Hoyle durante una emisión de la BBC. Con ella, el británico se refirió en tono escéptico y peyorativo a la teoría de la expansión del universo que había desarrollado el científico belga George Lemaître a partir de un razonamiento matemático, y más en concreto al momento en que el «átomo primitivo» dio lugar al espacio y al tiempo. Hoyle no podía pensar que, una vez comprobado experimentalmente el origen del universo, aquella alusión burlona fuera a convertirse en la denominación oficial de una teoría de la que siempre renegó.